Playlist > David Bowie 2000/2010’s: la despedida

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
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2 min readJan 19, 2017

David Bowie entra al nuevo siglo con Heathen (2002), continuando el camino esbozado en Hours. Después de 22 años vuelve a llamar al productor Tony Visonti, quien estará con él hasta el último de sus discos. A pesar de seguir valiéndose de la tecnología para grabar, Bowie empieza a desprenderse de los adornos de los noventa. “I Would Be Your Slave” es un claro ejemplo de lo que todavía podía dar. Por el lado de los covers, están “Cactus” (Pixies) y “I’ve Been Waiting for You” (Neil Young). El Duque Blanco sigue vital y emprende otra gira para presentarlo.

Un año después llegó Reality. Más desenvuelto y creativo, Bowie está muy lejos de sacar provecho de su historia y se reinventa capturando –por momentos– el espíritu de sus primeras décadas, sin dejar de sonar actual, nunca retro. Esta vez elige versionar temas de George Harrison (“Try Some, Buy Some”) y Jonathan Richman (“Pablo Picasso”). Otra vez, vuelve a salir de gira, pero algunos problemas de salud encienden la alarma de un tipo que parecía invencible y capaz de reinventarse hasta el infinito. Más allá de algunas apariciones sorpresivas en distintos shows (David Gilmour, Arcade Fire, Alicia Keys) o programas de televisión, A Reality Tour será la última gira de su carrera, lanzada luego en CD y DVD.

Diez años hubo que esperar para escuchar nuevas canciones. Delicado de salud y cansado de salir a promocionar sus discos, Bowie se recluyó de la vida pública y anunció sorpresivamente la salida de The Next Dayleé nuestra reseña– el día de 66º aniversario. El arte de tapa con Heroes de fondo funciona como la explicación perfecta de su momento: reconciliado definitivamente con su pasado, y valiéndose de él, Bowie sabe que el futuro se acorta y hace las pases con su historia. El diseñador, Jonathan Barnbrook, lo explica mejor acá.

Con el cáncer de hígado ya avanzado, El Duque Blanco se entrega definitivamente en Blackstar –leé nuestra reseña–, su último y mejor disco de este siglo. Una muestra sobre su vida, David Bowie Is, recorre los museos más importantes y Lazarus hace lo mismo en los teatros. Escuchando las letras (en “Lazarus” dice: Miren acá arriba, estoy en el cielo/ Tengo cicatrices que no se pueden ver) y viendo los videoclips no podemos hacer otra cosa que maravillarnos con la calidad y la entereza con la que David Bowie enfrentó la muerte, que llegó dos días después de lanzar el disco en su último cumpleaños. Eterno.

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