Portfolio: Daniel Johnston por Daniel Johnston

Daniel Johnston por Daniel Johnston: mejor no podría haber sido elegido el título del libro que adelantamos en este portfolio. Porque si hay algo que define a Johnston no es su obra musical (genial aun en su vertiente más lo-fi, plagada de composiciones virtuosas desde un minimalismo militante), sino su trabajo plástico, esa obra pictórica que cautiva el ojo con un poder poco habitual. En su primera visita a nuestro país, la librería Moebius estalló al exhibir los originales de este inmenso niño-hombre, deliciosos delirios de una persona fuertemente medicada que deja salir de su universo interior toda clase de alucinaciones: ojos con alas, capitanes américas y hulks, cabezas abiertas y vacías, hombres bombilla, triples seis, patos espaciales, fantasmas amigables, torsos femeninos desnudos y la recurrencia de palabras como “muerte” y “morir”. Lo que para una mirada poco atenta puede verse como dibujos de trazo infantiloide es, en realidad, la impresionante esencia de la obra de un gran reecodificador serial, un artista que procesa millones de referencias, lejos del pobre animador que dice ser. Como en su música, las influencias gráficas se disparan en distintas direcciones; de Jack Kirby a Picasso o Dalí, de donde hereda la forma humana, el color, los rostros y un surrealismo temático superador, aunque cuando se propone dibujar de manera “correcta” –más realista, más amable al ojo débil, domado– hace hábiles retratos que relega a cuadernos espiralados, con renglones. En fin: no hay mejor forma de conocer a Johnston que a través de sus dibujos. Deténganse, si no, en cada una de las curvas, de las diferencias entre los colores elegidos de la caja de marcadores, a observar el movimiento que tienen en su estatismo, a desentrañar qué puede haberlo motivado a trazar cada línea, a plagar todo de detalles (recurrentes, ocasionales) que elevan cada obra. Es muy fácil entrar en el mundo de DJ. Solo hace falta concentrarse, mutear todo lo que a uno lo rodea y dejarse llevar por ese sapo (Jeremías) que te saluda y te pregunta cómo estás.

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Daniel Johnston por Daniel Johnston
(Sexto Piso) 160 páginas

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