Quién es Jenji Kohan y cómo rompió los estereotipos femeninos en las series

No es una celebridad, y quizá su nombre no haya circulado tanto. Pero Jenji Kohan ya logró revolucionar, prácticamente sola, detrás de escena, los clichés hollywoodenses sobre la imagen de la mujer en las series. Showrunner todopoderosa de Orange is the New Black –que estrena quinta temporada por Netflix–, la productora también es la responsable de Glow, flamante título que llega este invierno y trata sobre… el catch femenino de los años 80. Conozcan a la última responsable de cambiar la televisión y sus representaciones.

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
7 min readJul 20, 2017

--

Por Olivier Joyard

Jenji Kohan

El primer episodio de Glow, la nueva serie de Netflix que transcurre en los bastidores de una emisión de catch femenino de los años 80, empieza con el monólogo frente a la cámara de una actriz en pleno casting (la magnífica Alison Brie: Mad Men, Community). La morocha, exaltada, se envalentona, habla de “no dejarse humillar” y de su sed de “justicia”. Todo nos conduce a creer que el personaje a encarnar es el de una mujer fuerte, que lucha contra el sexismo ambiental. Se entusiasma al hablar ese idioma raro puesto en una boca femenina, hasta que la directora del casting le anuncia lacónicamente que se equivocó y que está leyendo la parte de un personaje masculino. El verdadero rol a interpretar es el de una secretaria, que no dice más que algunas palabras, todas destinadas a su jefe.

A este tipo de situaciones, no tan alejadas de la más banal de las realidades hollywoodenses de los años 2010, alguien las está transformando lo más rápido posible en un mal recuerdo. Ese alguien es Jenji Kohan, productora de Glow, californiana de pura cepa, casada y madre de tres hijos, quien moldea en Hollywood la vanguardia de las mujeres “showrunners”: el big boss de las series.

Cada vez que ella está en el set, le agrega cosas divertidas a la escena. Su sello es que siempre te hace llegar un mensaje a través del humor. Y es un mensaje feminista, obviamente.”

Alison Brie (actriz de Glow)

Kohan comparte este título con algunas otras, principalmente con Jill Soloway (Transparent), Melissa Rosenberg (Jessica Jones), Lena Dunham (Girls) y obviamente Shonda Rhimes (Grey’s Anatomy, Scandal). En 2014 esta última escribió en la revista Time, cuando Kohan fue consagrada entre las “100 personas más influyentes del mundo”, que la veía como “una fuerza de la naturaleza”. “Esta expresión se me impone cada vez que tengo la chance de encontrármela en persona”, escribió. “Y no es sólo gracias a su fantástico cabello, a veces azul, a veces verde e incluso color malva. Es gracias al cerebro que tiene debajo de él.” Ese cerebro se dedica a crear, desde hace más de veinte años, en la industria de las series.

Producto de un linaje Beverly Hills, típicamente showbusiness (su padre, Buz, fue productor de varietés en los años 70; su hermano David, guionista y productor, es cocreador de la sitcom Will & Grace), Kohan logró rebelarse respetando la tradición familiar. Dio sus primeros pasos en la sala de escritura de The Fresh Prince of Bel-Air, alrededor de 1990… antes de hacerse echar al cabo de la primera temporada. Su carácter “alérgico a la autoridad” (dixit Stephen Falk, creador de You’re the Worst, a quien ella misma formó) y su propensión a decir “fuck you” tantas veces por día como respira contribuyeron a tallar un comienzo de carrera precoz pero frustrante a la vez.

Invitada a participar de Friends, esa especie de santo grial de las series cómicas de los años 90, Kohan también fue despedida, pero por una razón de la cual puede retrospectivamente sentirse orgullosa. Cuando los demás guionistas proponían un tema alejado de las preocupaciones de la juventud de la época, ella ponía por delante su experiencia concreta y cotidiana, explicándoles a sus compañeros que no salían lo necesario. Jenji Kohan pasó una buena parte de su vida escribiendo en el abismo, acumulando pasos efímeros por series que no había creado –particularmente Mad About You, Sex and the City y Gilmore Girls– y proyectos abortados. La prensa estadounidense reveló una docena de pilotos de series nunca realizados en manos de quien sería la creadora de Orange is the New Black.

Indudablemente, el problema de Jenji Kohan fue más el timing que su carácter. Los años 90 y los comienzos del 2000 estuvieron lejos de admitir la misma diversidad de personas y puntos de vista diferentes que los que propicia el mundo contemporáneo a las expresiones menos corrientes. La norma empezó a invertirla con Weeds, inventando uno de los personajes más influyentes del siglo que nacía, con la complicada Nancy Botwin, viuda y madre de familia por un lado, dealer de marihuana por el otro.

“Me pone un poco triste que se considere a las mujeres que pongo en escena como no convencionales, cuando de muchísimas maneras ellas lo son. Representan a una gran cantidad de personas. Lo que no es convencional es mostrar solo un prototipo del humano, como sucedió en la televisión durante demasiado tiempo.”

Además de haberle preparado el terreno a Walter White en Breaking Bad, Weeds impuso el sello Jenji Kohan: una manera fuera de lo común de interpretar la intimidad y la capacidad de acción de sus personajes. Desbordada y llena de autoridad a la vez, Nancy Botwin marcó el camino –incluso si la serie se agotó sola, después de cuatro o cinco temporadas– e instaló a Kohan como showrunner creíble, a pesar de los temblores pasados.

De todos modos, al principio no se llevaría del todo bien con la actriz principal, Mary-Louise Parker, al punto de que el presidente de la cadena Showtime, Robert Greenblatt, pensó en apartar a Jenji, incluyéndola por error entre los destinatarios de un email que evocaba la situación. La interesada en cuestión respondió con una de esas punchlines que solo ella puede escribir: “Le deseo buena suerte en el intento”.

Desde entonces, nadie pudo despedir a Jenji Kohan. Hoy reina en el imperio Orange is the New Black, una comedia cada vez más negra de la cual Netflix acaba de agregar la quinta temporada. En la cárcel para mujeres de Litchfield, las detenidas son de diferentes orígenes sociales y étnicos, los cuerpos no tienen el mismo fuselaje y la palabra femenina es escuchada. “Siempre busco esos caminos poco transitados en donde las personas que no tienen nada que ver son llevadas a encontrarse y forzadas a interactuar”, explicó recientemente a The Guardian en una de sus escasas entrevistas.

Incluso si la excitación del debut ya pasó, OITNB es oportuna y sigue inmersa en los sobresaltos contemporáneos. La última temporada termina con una referencia muy marcada al movimiento Black Lives Matter, con la muerte de una de las detenidas por parte de un guardiacárcel. El nuevo paquete de episodios se desarrolla en tres días, cuando las prisioneras toman posesión de la cárcel. Desde Londres, la actriz transgénero Laverne Cox, que forma parte del casting desde el principio, se deshace en elogios hacia su jefa: “Para Orange is the New Black, ella quería una actriz trans para el rol de una trans. Se comprometió con eso y ese compromiso cambió mi vida. Jenji creó esta serie teniendo la voluntad de cambiar la televisión y sus representaciones. Fue en el momento justo. Cuando empezamos, el streaming estaba en sus inicios, los responsables de Netflix lo dejaron pasar. El resultado es este: contamos historias de mujeres con cuerpos diferentes, mujeres de veinte hasta setenta años, negras, latinas, queers, y funciona muy bien. Nunca nos había representado tanto una serie, ni mostrado a qué se asemejan las personas. Es una revolución, que Jenji lleva a cabo”.

Alison Brie explica Glow con su encanto juguetón y se mete de lleno. Desde Los Ángeles, confiesa también haber estado seducida por el tornado Kohan: “Cada vez que ella está en el set, le agrega cosas divertidas a la escena. Su sello es que siempre te hace llegar un mensaje a través del humor. Y es un mensaje feminista, obviamente. Los roles masculinos siempre fueron más interesantes en Hollywood, pero Jenji contribuye con sus series a cambiar el paradigma. Glow muestra eso por lo que ella está luchando: ahí podemos ser agresivas, asquerosas, feas y fuertes, y eso nos da poder”.

Para Orange is the New Black, ella quería una actriz trans para el rol de una trans. Se comprometió con eso y ese compromiso cambió mi vida. Jenji creó esta serie teniendo la voluntad de cambiar la televisión y sus representaciones. Fue en el momento justo.”

Laverne Cox (actriz transgénero de OITNB )

Kohan no habla mucho de su trabajo, pero cuando lo hace, como fue el caso con The Guardian, no ahorra saliva: “Me pone un poco triste que se considere a las mujeres que pongo en escena como no convencionales, cuando de muchísimas maneras ellas lo son. Representan a una gran cantidad de personas. Lo que no es convencional es mostrar solo un prototipo del humano, como sucedió en la televisión durante demasiado tiempo”.

Entre los proyectos de Jenji Kohan se encuentra una serie que ella misma describe como similar en esencia a The Wonder Years (N. de la R.: Kevin, creciendo con amor en la Argentina), una comedia dramática de los años 80 que siguió la vida de un pequeño héroe entre sus doce y diecisiete años, pero esta vez con Jesús en el rol principal. Algunos devotos ya manifestaron públicamente su enojo con la existencia de semejante idea. Jenji Kohan decidió pagar un seguro contra el terrorismo para su oficina de Wilshire Boulevard, en Los Ángeles: ella sabe, más que nadie, que nunca se está lo suficientemente protegido de los idiotas.

Orange Is the New Black
Temporada 5 en Netflix

Glow
Temporada 1 en Netflix

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.