Reseña: “El loro y el cisne”, la película de Alejo Moguillansky sobre el Grupo Krapp

Como parte de la Retrocedida Krapp, se estrena El loro y el cisne, una película de Alejo Moguillansky que sorprende por el cruce entre la danza, la ficción y el documental. / Por Mercedes Halfon

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
3 min readDec 25, 2013

--

-

El loro y el cisne es una película que contiene muchas otras, pero no solo historias o argumentos sino, propiamente, otras películas: géneros, lenguajes diversos que conviven, se superponen o alternan en un mismo filme. Alejo Moguillansky viene de dirigir la premiada Castro (2009) que sorprendió por encarnar una vibrante y caprichosa búsqueda formal en el contexto eminentemente naturalista del cine argentino actual. Aquí esa búsqueda fue por otros caminos, esta vez un poco más cercanos al documental, al registro de personas y lugares no desligados de su contexto de producción económico y conceptual. Ni tampoco de ciertas otras historias, más imaginativas, arbitrarias y posibles, que se desprenden de la central, como exóticos frutos maduros.

Podríamos decir que las películas que conviven en El loro y el cisne son: una anclada en el clásico género de películas “sobre el cine”, que muestra las peripecias del rodaje de un documental sobre danza en Buenos Aires; otra, ya con un corte documental, es el registro de esos diferentes ballets, clásicos, contemporáneos y folclóricos; y también está la historia del grupo de danza teatro experimental Krapp y su particular modo de creación de su última obra, Adonde van los muertos, en la que Moguillansky también participó activamente como videasta y actor. Hay que saber que es pareja de Luciana Acuña, una de las directoras del grupo. Por último, está la extravagante historia de amor entre un sonidista cinematográfico y una bailarina de este grupo independiente.

[youtube]http://youtu.be/xWRFSeGIGKk[/youtube]

En todas estas facetas de El loro y el cisne, los personajes son los mismos: el equipo de filmación de estos documentales sobre danza, integrado por el productor norteamericano, el director argentino, un camarógrafo y un sonidista. Este último, apodado El Loro, es el personaje encargado del giro más arriesgado y brillante de la película. Este ser con auriculares y boom a cuestas, como una especie de grandote tímido dibujado por Sylvain Chomet, empieza no solo a aparecer en plano mientras toma el sonido de la película que estamos viendo –ese revelar el procedimiento tan brechtiano–, sino que además pasa a convertirse en personaje, parte de la historia, sin dejar jamás los auriculares ni el boom con que graba todo. De pronto nos enteramos de sus angustias, de su ex novia y del creciente romance con Luciana, la bailarina cisne del grupo Krapp.

Así de raro e inesperado es este documental. Moguillansky, influido por los films-crítica-del-estado-del-cine godardianos, tanto como por el espíritu lúdico de la mejor danza contemporánea, hace una película que es como un Degas al que le pasó por encima la locomotora del arte del siglo XX. Todo puede pasar. Que un actor escupa su café en escena y eso quede, que dos bailarines estatales discutan sobre el estatuto de las pasantías y eso quede, que el protagonista-sonidista desaparezca con un truco digno de Méliès y eso quede. Si un ballet es una representación del mundo a escala y esta película es casi un experimental ballet cinematográfico, cae de maduro que la pregunta ya no es si se trata de un documental o una ficción o a qué genero pertenece. La pregunta es de qué mundo vino El loro y el cisne y cuál otro nace desde acá.

-

En MALBA (Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA).
Todos los viernes a las 22.

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.