Reseña: “Eva. Alfa y Omega”, de Aurora Venturini
Aurora Venturini ofrece un “relato mitológico” sobre su vínculo con Eva Perón, y se suma a la lista de escritores argentinos que la hicieron objeto de sus ficciones. / Por Malena Rey
-
Entre todas las amistades que Aurora Venturini trabó a lo largo de su vida (hoy tiene 92 años) hay muchas celebridades de otro tiempo y de otro continente: el matrimonio de Sartre y Simone de Beauvoir, Albert Camus, Violette Leduc, Salvatore Quasimodo, por mencionar algunos nombres. Pero si de una se habló incansablemente es de la que mantuvo con Eva Perón, mencionada en cuanta nota biográfica sobre ella se escribiera. Aunque la palabra “amistad” tal vez quede demasiado grande, el vínculo fue estrecho durante los años que la autora de Las primas pasó como asesora en el Instituto de Psicología y Reeducación del Menor donde la conoció, y después en la Fundación Eva Perón. De acuerdo a sus palabras, Venturini parece haber sido íntima de Blanca Duarte de Álvarez Rodríguez, hermana de Eva, a la que siguió frecuentando después de la muerte de la menor. Pero, ¿cuánto de cierto hay en todo esto y cuántas semejanzas tiene con la realidad Eva. Alfa y Omega, su nuevo libro, una suerte de “relato mitológico” de estos vínculos? La propia Venturini se ocupa de desordenar las pistas. Por un lado, dice que “Si hubiera alguna inexactitud histórica, pido disculpas al paciente lector, porque no soy especializada en la materia sino novelista deseosa de salvar el recuerdo de La Abanderada de los Humildes”, y hacia el final agrega, en un breve epílogo, que “Los personajes y circunstancias de Eva. Alfa y Omega, salvo lo relativo a la primera presidencia del General y al sacrilegio cometido con el relicario de Evita, son ficticios. La ciencia histórica deberán ejercerla los historiadores y yo soy una escritora que aunque requiera del apoyo de algo acaecido en la realidad, crea fantasiosamente”.
-
Como en sus otras novelas, aunque en este caso con un registro más fragmentario, como si se paseara por algunas islas del recuerdo o avanzara por medio de saltos de la memoria, Aurora Venturini sigue ocupándose de ser la más originalmente anticuada de las escritoras actuales.
-
Entonces, todas sus palabras pueden leerse a medio camino entre la ficción biográfica y la verdad histórica. ¿Le habrá contado a Evita los desopilantes chistes que se incluyen en el libro? ¿Le habrá cebado unos mates a Perón en Puerta de Hierro como nos hace suponer? Nunca lo sabremos, y no importa. Sí están allí las voces, los sentimientos, la forma de hacer política en la intimidad. Como en sus otras novelas, aunque en este caso con un registro más fragmentario, como si se paseara por algunas islas del recuerdo o avanzara por medio de saltos de la memoria, Aurora Venturini sigue ocupándose de ser la más originalmente anticuada de las escritoras actuales. Da la impresión de que se permite todo, haciendo gala de su naturalidad y frescura tanto en la interpretación curiosa de los hechos que narra como en la incorporación de un habla que ya no se escucha, o en sus innovaciones formales. Una libertad admirable para la escritura.
En el volumen se incluye también una nouvelle más tradicional, Pogrom del cabecita negra, ganadora del Premio Municipal de La Plata en 1973, que relata el regreso del Moncho, hijo de una familia pobre y disgregada, a su pueblo natal en busca de sus orígenes. Ojalá haya Venturini para rato.
-
AURORA VENTURINI
Eva. Alfa y Omega
(Sudamericana)
224 páginas
