Reseña: “La fiera”, de Mariano Tenconi Blanco
Mariano Tenconi Blanco e Iride Mockert sorprenden en La fiera apropiándose del mito de la mujer salvaje a través del ritual y la venganza. / Por Mercedes Halfon
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Con algún coqueteo referencial con la película de culto La mujer pantera (de Jacques Tourneur, 1941), esta obra de Mariano Tenconi Blanco vuelve al mito de la mujer-felino-salvaje, con algunos aditamentos locales que la vuelven única en su especie. En la selva tucumana, en plena noche, una fiera comienza a asesinar hombres. Se trata, en verdad, de una mujer tigre, que a diferencia del 99% de los héroes de este tipo en la ficción, no adquirió sus poderes por accidente, sino por elección. Ella quiere vengarse de los hombres (los verdaderos inhumanos, los verdaderos salvajes) que abusan de mujeres y niñas. Y a través de un ritual mítico de la región –quien baila sobre el cuero del yaguareté, el tigre de la zona, se convierte en el animal por las noches–, adquiere esa forma que le permite perpetuar su matanza.
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Porque se permite jugar con temas de peso y lo hace de un modo arriesgado, llega a un relato sólido y lábil como el mercurio.
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Así es que, como Uma Thurman en Kill Bill, pero con una tonada hermosa y unos textos que recrean lúdicamente el habla del norte argentino, esta tigresa patrulla su páramo. Iride Mockert es la actriz que encarna esta extenuante tarea con una fortaleza y una ductilidad asombrosas: es tierna, cruel, maternal, cómica o peligrosa, según el caso. Disfruta de matar y narrar ese deceso sanguinolento con una fruición digna de un personaje de Tarantino. La tigresa se mueve con soltura, y salta, trepa o simplemente mira con ojos fieros a la platea. El espacio construye de modo sintético una ruta de noche y, en esa oscuridad, ella se siente segura. Su tarea es triste y solitaria. Por eso, cada tanto se recrea cantando y es en esos momentos cuando la obra se abre hacia el bello terreno de lo impredecible: desde un rap o un hip hop, hasta zambas, chacareras o el mismísimo “Bombón asesino” son versionados en vivo por los músicos Ian Shifres y Sonia Álvarez, y cantados por Mockert.
Con texto y dirección de Mariano Tenconi Blanco, la obra podría pensarse como una respuesta anómala y personal a la pregunta sobre cómo dejar hablar un problema de la llamada realidad en el teatro. Sin adoctrinar, sin ser del todo correcta, yéndose por las ramas, pero sin dejar de lado ni un segundo una búsqueda estética que no parece querer quedarse del lado del “decir cosas”, La fiera es una obra conmovedora y política. Porque se permite jugar con temas de peso y lo hace de un modo arriesgado, llega a un relato sólido y lábil como el mercurio. Hay cómic, comedia musical, género chico criollo, pero hay sobre todo una obra que crea un mundo y un modo de referirse a él.
“Soy un tigre cumbiero del amor”, canta la fiera en una cumbia pegadiza, y de algún modo resume la apuesta de la obra. El peligro inminente, el color local, las emociones desbocadas.
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LA FIERA
De Mariano Tenconi Blanco
Con Iride Mockert y música en vivo de Ian Shifres y Sonia Álvarez
En El Extranjero, Valentín Gómez 3378. Domingos a las 21.
