Reseña: Noches azules, de Joan Didion

Cerca de cumplir ochenta años y con sus libros escasamente traducidos al español, Joan Didion da a conocer su escrito más íntimo y conmovedor. / Por Ana Wajszczuk

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles
2 min readMar 24, 2013

--

-

En su famoso poema “Nada dorado puede permanecer”, Robert Frost habla de la única certeza que se puede tener en la vida: que el tiempo pasa. Tan cotidiana que parece banal, es una frase que Joan Didion (Estados Unidos, 1934) exprime en Noches azules, su último libro, y hace reverberar como un mantra que concentrara lo más previsible y menos explorado que tenemos, al menos hasta que la pérdida lo pone en primer plano. “El tiempo pasa /¿Es posible que yo jamás me lo hubiera creído?/¿Acaso me creía que las noches azules podían durar para siempre?”, escribe Didion. De eso –de la pérdida de los seres queridos que preanuncia la propia muerte– tratan estas memorias, el primero de sus libros que llega a la Argentina como punta del iceberg de una obra formidable que abarca ensayos, novelas, guiones y artículos, apenas disponible en español. Lo que para Frost es lo “dorado”, para Didion, después de la muerte de su única hija, son estos crepúsculos del fin de verano en Nueva York, tan intensos que son “lo contrario de la muerte de la luz, pero al mismo tiempo son su premonición”. Su escritura gélida, tan intensa que tiene que hacerla remota, pulida, con chismes de “insider”, con frases que vuelven una y otra vez, con un ritmo que aprendió de Hemingway y una conciencia de sí misma y su lugar social que aprendió en Vogue –allí dio sus primeros pasos en el periodismo–, la propia vida de Didion fue muchas veces material de su obra, especialmente ahora cuando el final –esta vez el suyo– se acerca. Como en su memoria anterior, El año del pensamiento mágico, sobre el duelo por la muerte de su esposo de toda la vida, el escritor John Gregory Dunne y la enfermedad de su hija, y hoy involuntaria “precuela” de Noches doradas, el mentado narcisimo de Didion no empaña su densa capacidad poética para hablar de la mortalidad y los hijos como enigma (“estamos hablando de lo mismo”), la fragilidad y la pérdida, la vejez y la enfermedad sin darle “vueltas al tema”, entre lo “dorado” de Frost y el Blues funerario, de W.H. Auden.

-

Joan Didion
Noches azules
(Mondadori) 150 páginas.
Traducción de Javier Calvo

--

--

Los Inrockuptibles
Los Inrockuptibles

El medio para los que hacen — Música, cine, libros, artes y más.