Reseña: People, Hell and Angels, de Jimi Hendrix
“Hoy no apareció ningún disco inédito de Hendrix ni ningún texto no publicado de Bolaño.” El chiste circuló en Twitter tras la aparición de People, Hell and Angels, casi en paralelo con el penúltimo descubrimiento de nuevos escritos en la computadora del chileno. Y más allá del genio de ambos y del abultado rédito monetario que percibirán tanto la familia Hendrix como Carolina López (madre de los hijos del escritor y albacea de su obra), la pregunta sigue siendo la misma: ¿vale la pena difundir material que tanto el músico como el literato, ambos reconocidos por su obsesiva búsqueda de la perfección, no llegaron a terminar o no querían que se difundiera?
En el caso de People, Hell and Angels, por suerte para una obra post mortem tan maltratada como la del zurdo, hay sorpresas muy gratas. Y estas vienen de la mano de cuatro temas que Jimi registró junto con su Band Of Gypsies en 1969 y que aquí aparecen por primera vez en sus versiones en estudio: “Hear My Train A Comin’” (muy superior en el groove a la versión de la Experience que se encuentra en las BBC Sessions), “Earth Blues”, “Bleeding Heart” y “Villanova Junction Blues” (interpretada en el festival de Woodstock, aquí con un tempo más lento). Otras tonadas conocidas por los estudiosos del guitarrista son “Izabella” (que también fue tocada en Woodstock), y “Inside Out” y “Hey Gypsy Boy”, que con los títulos “Ezy Rider” y “Hey Baby (New Rising Sun)”, respectivamente, aparecerían de manera póstuma en el álbum First Rays of the New Rising Sun. Y la anécdota de “Somewhere” es la participación en bajo de Stephen Stills.
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En el caso de People, Hell and Angels, por suerte para una obra post mortem tan maltratada como la del zurdo, hay sorpresas muy gratas.
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El ingeniero de sonido Eddie Kramer, que registró casi la totalidad de las grabaciones en estudio de Hendrix y que cura, con autorización de los herederos del violero, estas apariciones, asegura que no quedan más cintas de estudio, pero que sí saldrán discos de shows en vivo, como el magnífico Winterland del año pasado. Ojalá así sea. La guitarra de Jimi merece ser escuchada tras su deceso de la misma forma en la que se prendió literalmente fuego: en vivo. / Pablo Strozza
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JIMI HENDRIX
People, Hell and Angels
(Sony)