Retrato: Jeremy Deller en la Argentina
¿Qué tienen que ver David Bowie, una lechuza desplegando sus alas en cámara lenta desde una pantalla, y Gualicho, el muralista urbano argentino? Que los tres conviven en la muestra de Jeremy Deller (Londres, 1966), que acaba de inaugurarse en Proa y que continuará allí todo el verano.
Y aunque es extraño ver expuesta la obra de este artista conceptual en un museo, porque siempre adoptó el espacio público como área de intervención y de influencia, la curaduría –a cargo de los mexicanos Cuauhtémoc Medina y Amanda de la Garza– explicita justamente una serie de cruces ineludibles en su trayectoria: el de la cultura de masas con la intelectualidad, el de la denuncia callejera con la revisión de la historia inglesa contemporánea.
Molestar, incomodar, generar disturbios y registrarlos, corroer la integridad de los sujetos urbanos modernos tal como los entiende el capitalismo más encarnizado parece ser una obsesión de Deller que en esta muestra, llamada El ideal infinitamente variable de lo popular, toma varias formas: desde afiches, serigrafías y murales de grandes dimensiones (como el que dice I ♥ Melancholy) hasta registros en video (vale la pena ir con tiempo a visitar la exposición y detenerse en ellos). Uno de los puntos altos es justamente la obra England Magic, un elocuente registro de casi quince minutos que Deller expuso en el Pabellón Británico de la Bienal de Venecia de 2013, en el que a través de varios símbolos como el tema “The Man Who Sold the World” ridiculiza y muestra en crudo las contradicciones de una sociedad como la inglesa. Un experto, justamente, en transformar el espectáculo en una herramienta crítica, en socavar la identidad nacional para mostrar sus grietas y fisuras.
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Jeremy Deller
El ideal infinitamente variable de lo popular
En Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929
