Rosario Bléfari: “La escritura son momentos robados a otras situaciones”. Entrevista

Los Inrockuptibles
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6 min readFeb 20, 2017

Yo no me siento una escritora”, dice Rosario Bléfari (Mis Documentos) en algún momento de la tarde con una risa iluminadora. Son palabras que no tienen nada de ingenuidad ni falsa modestia, más bien son la comprobación de cómo se mueve frente a todo lo que hace: con una libertad absoluta. Ahora mismo, en las librerías de la Argentina y de Chile acaban de aparecer sus nuevas obras, después de un tiempo largo sin publicar: Antes del río (Mansalva) y Mis ejemplos (Lecturas Ediciones). Un libro de prosas poéticas y otro de cuentos son el resultado de años de creación solitaria y silenciosa que Bléfari, una música y letrista excelente, fue desperdigando por cuadernos, que luego juntó para darles forma a dos libros que sirven para complementar y expandir el mundo que creó con sus canciones y, en algún sentido también, con su actuación. La Bléfari que escribe es tan fascinante como la que canta. Un diálogo para entender a una artista contemporánea que hace de la creatividad un momento de conexión con el secreto de la experiencia que, tal vez, mueve al mundo.

ENTREVISTA> No publicás durante un tiempo y, de pronto, dos textos juntos.
Es cierto eso. En realidad, Antes del río se escribió mientras esperaba que se publicara. Fueron cerca de dos años. Se iba a reeditar Poemas en prosa, que había salido por Belleza y Felicidad en 2001, año fatídico. Me pareció bien y la idea era agregarle unos poemas nuevos a modo de anexo, algo que fue creciendo mucho y se publicó de modo individual, pero que siguieron esa sintonía.

¿A qué sintonía te referís?
Esa sintonía, que es algo secreto mío, viene de un libro que leí a los quince años: Pequeños poemas en prosa de Baudelaire. Ese formato me enamoró para siempre. La traducción me llegaba mucho, me era muy cercana. En ese momento me parecía que el poema en prosa era una poesía más universal.

“¿A qué se le dice literatura? Para mí, es el mundo de la relación con la lectura y no solo los libros, sino todo lo que pasa a nuestro alrededor. Y la escritura es cómo te la cuento a vos.”

¿Te costó entrar en esa sintonía con un libro que se publicó hace más de una década?
No, porque es mi modo, mi manera natural de escribir es así: poemas en prosa. Son unas anotaciones que son mi manera de acceder a la escritura. De hecho, a veces así puede surgir una canción. Veo como un trabajo el hecho de hacer esas anotaciones. No tengo un solo cuaderno, anoto en muchos lugares. Son cuestiones que incluso van apareciendo e interrumpen otras cosas que hago.

¿Tu escritura surge de intereses del momento o es algo que decanta luego de un largo tiempo?
Alguna impresión lo baja, pero la cosa viene dando vueltas desde antes y no termina de convertirse en palabra hasta que sucede. Vi o me sucedió o me dijeron algo, y eso hace que toda una idea ocupe un lugar. Estoy viendo la ropa colgada, que es una impresión sensorial, y hace días que vengo pensando en la violencia, o puede ser cualquier otra cosa, y a partir de ese latido, no sé bien cómo, se cuela algo y escribo, y finalmente eso que me acompañaba se convierte en palabras.

¿Qué ocurre cuando ya tenés el texto?
Soy de corregir mucho. Para mí, corregir es recortar, traducir algo que yo sé que está ahí pero que a veces no está del todo logrado, no es certera la forma en la que está enunciado. Me pregunto qué quise decir en el texto, busco por ahí. También ,cuando se muestra demasiado y se diluye en la claridad el texto lo vuelvo a ensombrecer. Lo llevo hacia algún lugar donde algo de su misterio se mantiene para que otro lo descubra. Necesito que el texto pida un poco ser descifrado. Incluso hasta en lo más simple. Y el misterio a veces puede ser: ¿por qué elijo hablar de eso? ¿Por qué estoy enmarcando esta cuestión? En todo caso, que el texto se vuelva un signo de otra cosa. Además, cuando corrijo me pongo como si fuera otra persona y tuviera que ordenar un poco lo que me dejaron para hacer. Pero se trata de hacerlo con amor para que quede bien todo, no bardearla. Tomar estos vestigios y tratar de construirlos, juntarlos, para que quede una obra o lo que se pueda.

Rosario Bléfari + Dani Umpi, en vivo en Casa Brandon.

¿Reconocés enseguida el género que va a revestir tu texto?
Cuando surge la prosa, con esa música especial, en el momento no pienso en nada, no tengo la menor idea. Está ahí como una cosa. Es un trabajo al que no lo veo como un trabajo, es más una necesidad, en el sentido en que no le concedo a eso ni siquiera una utilidad de ningún tipo y quiero que quede, sobre todo, como una constancia de haber pasado. Es más eso que otra cosa. De todas maneras, no tengo un método, ¡me encantaría! Siempre pensé y nunca llegó ese momento. Siempre es algo incrustado en medio de mil cosas que una hace para sobrevivir. La escritura son momentos robados a otras situaciones.

Sos música. ¿Abordás la escritura a nivel del ritmo y la sonoridad o en términos de sentido?
Son como dos caballos: uno es el del sentido, y el otro el de la palabra porque sí. Los voy llevando como puedo. A veces tira más uno y lo dejo, le corto la rienda, y tira un poco más el otro. Pero me gusta ir con los dos. Incluso que parezca que es uno el que lleva la rienda, jugar con eso. Es entretenido de hacer.

¿Cómo surge Mis ejemplos, el libro que acaba de salir en Chile?
Tiene que ver con el impulso de la industria editorial independiente. Que siga eternamente. En la medida en que sacan más libros, más sentido tiene como pequeño negocio. Eso mismo pasa con los discos. Hay una disposición a recibir textos. Sin eso no sé si me hubiese puesto a terminar lo que tenía porque no trabajo así tampoco. Yo tenía unos cuentos. Era una plantita a la que no regaba mucho. Y siempre con la idea de terminarlos en algún momento. Me los piden y me acordé que los tenía. Eran unos tiempos apretados y fue genial porque me hizo ver que contaba con algo. Y eran escritos que me acompañaron mucho tiempo. Cerrarlos fue una gran alegría. Eso me hizo prometerme que le dedicaría más tiempo, que trataría de escribir mejor, y cumplir con viejas promesas que tengo, como la de terminar una novela que vengo reescribiendo hace mucho. Me propongo darle con todo.

“El camino de las canciones siempre fue el camino urgente: escribís una canción y la cantás en la calle o la subís a Internet y la escuchan bastantes personas.”

¿Qué relación tenés con el cuento como género?
A mí me gusta mucho la literatura desde siempre. El camino de las canciones siempre fue el camino urgente: escribís una canción y la cantás en la calle o la subís a Internet y la escuchan bastantes personas. Tienen una inmediatez y mucho del que quiere, puede. Desde los quince a los diecinueve pensé que mi camino era escribir. Había hecho un libro grande de poemas, todos escritos a máquina, y lo corregí como la mejor alumna del planeta. Y lo llevé a varias editoriales y era una época muy árida, el mundo editorial era muy serio. Tampoco sabía a quién mostrárselo. Pero tenía una fe ciega en que eso era lo mío. Anduve de aquí para allá con mi libro y un poco me desanimé. Después ya estaba con mis canciones y algunos me escuchaban y todo cobraba un sentido. La literatura quedó como número dos. Pero para mí siempre fue el impulso primero de todo. Y también escribía cuentos por amor a la literatura. Mis cuentos son más como mis canciones, no son supercerrados y clásicos.

De todas maneras hay una ampliación de tus temáticas en estos cuentos.
Sí, hay algo sorprendente en el sentido de que lo que transito habitualmente se agranda, se amplía. Surgen otros aspectos distintos a lo que hago siempre. Mis canciones tienen un universo que amplié un montón. En los cuentos aparecen otras cosas por todos los recursos que tengo a mano.

¿Qué lugar ocupa la literatura en tu vida con todas las cosas que hacés?
Central. No estoy todo el día leyendo o escribiendo pero es un concepto de vida. Igual, ¿a qué se le dice literatura? Para mí, es el mundo de la relación con la lectura y no solo los libros, sino todo lo que pasa a nuestro alrededor. Y la escritura es cómo te la cuento a vos.

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Rosario Bléfari

Antes del río / Mis ejemplos - Rosario Bléfari

Antes del río
(Mansalva) 78 páginas
Mis ejemplos
(Lecturas Ediciones) 72 páginas

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