El amor explosivo de Sole Otero

Los Inrockuptibles
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3 min readAug 16, 2017

Sole Otero plasma en Poncho fue, su primera novela gráfica, una historia de amor que va de la delicadeza a la asfixia.

Por Juan Manuel Domínguez

Sole Otero (La pelusa de los días, Siempre la misma historia, Chicks on Comics) logra algo feroz en su primera novela gráfica. Poncho fue cuenta una historia, la de Lu y Santi, una pareja a la que vemos, desde sus inicios, acompañada de una paleta de colores que la contiene y la expande, y de la que presenciamos sus cada vez más intensas detonaciones de uno contra otro y su cada vez más gigante monstruo personal. Sin anestesia, vemos a Lu y Santi amarse en sus primeros días, y apenas cuadritos después demolerse en una secuencia de violencia doméstica devastadora. Es que desde sus primeras páginas, Otero decide lanzarse a un vacío confesional. Pero no lo hace apelando a la crudeza barata, aquella que solo es explícita por efecto, y al contrario, se expone creyendo antes que nada en la página y en sus ideas. Como las experiencias personales y de terceros son su base, estas pueden destilarse en el diseño de una secuencia tan personal como poderosa para el medio. En un momento en que la honestidad en la historieta suele cotizar por las razones equivocadas, Poncho fue cuenta la novela de un amor asfixiante, donde él es Pac-Man y ella fantasma de sí misma, y donde ese sistema de puntos que los une es tan desesperado como centro gravitacional.

En sus colores, Otero sabe ir de la delicadeza de los primeros instantes a esas pequeñas bombas atómicas cuya radiación queda instalada en la pareja. Y no quiere hacer un manifiesto: está exhalando aquello que la lastimó, esa relación que comienza de algodón y se pone virulana, y que respira potencia visual y narrativa. Nunca se niega el punto de vista de Lu, pero tampoco nunca se niega la forma espinosa de ese vínculo: pocos libros, entonces, como Poncho fue saben que el relato inclemente realmente posee peso físico que se hace tangible en la página. Su belleza de tonos y formas es la troyana manera de leer esta sentida bola de demolición emocional: ¿qué somos cuando nos aferramos tóxicamente a lo que nos lastima? ¿Qué es la violencia psicológica y por qué importa etiquetarla y exhibirla?

Mutando abolladuras por energía, trucando tensiones XL por pinceladas que ilustran y nunca haciendo concesiones (ni a sí misma, ni a sus relatos o al lugar común), Otero logra una profunda lectura sobre la implosión volcánica de un sentimiento: ese que entendía el amor como salvación y que ahora sabe que puede ser tanto paraíso como el más terrenal y posible de los infiernos.

Sole Otero
Poncho fue

(Hotel de las Ideas) 216 páginas

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