Spotify y el streaming legal
Las plataformas de streaming legal no les dejan más que centavos a los artistas, pero son demasiado buenas para no usarlas. / Por Lucas Garófalo
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El mes pasado, el músico Damon Krukowski (Galaxie 500, Damon & Naomi) escribió un extenso y bien fundamentado artículo para el sitio web Pitchfork, en el que analiza el aspecto económico del negocio de distribución de música online, llegando a una conclusión más bien amarga: desde que él y sus compañeros de banda decidieron poner todo su catálogo disponible en plataformas de streaming legal como Spotify y Pandora, no ganaron más que centavos. De hecho, con el detalle cuatrimestral de los pagos recibidos y la información pública disponible (que no es mucha), hizo unos cálculos aproximados de cuánto le están pagando cada vez que alguien le da play a una de sus canciones: 0.004611 dólares. O sea, menos de medio centavo de dólar. Comparado con los cuatro, cinco, seis dólares que le quedaban de ganancia en los ochenta por cada single editado en vinilo de siete pulgadas, Damon obviamente se deprime. Lo entendemos. Conclusión: Spotify es malo y, a diferencia de lo que pregona en sus campañas publicitarias (“vamos a terminar con la piratería”, etc.), no está haciendo nada a favor del futuro de la música. De todos modos, promediando la segunda década del siglo XXI, la pretensión de que la publicidad de una mega empresa capitalista diga “la verdad” y se interese sinceramente por el bienestar de sus clientes suena un tanto inocente. Él mismo lo reconoce, e incluso revela ser usuario premiun de la plataforma –le cuesta 9,99 dólares mensuales– porque “amo la música, y el acceso que Spotify me da a música de todo tipo es increíble”. Supongamos que Damon, heavy user, se escucha unos cuatro discos al día: más o menos cuarenta temas. Son mil doscientas canciones al mes, lo que da un precio por tema de 0,0083 dólares. Menos de un centavo de dólar. Y eso solo para los usuarios que pagan (algo que no tiene demasiado sentido siendo que, con la versión gratuita, uno puede escuchar toda la música que quiera, siempre y cuando tenga conexión a Internet). Querido Damon, pongámonos de acuerdo: si nos parece bien pagar centavos, no nos quejemos cuando cobramos centavos. Spotify no está haciendo nada por la economía de los músicos, en esa te re bancamos. Pero tampoco lo estamos haciendo los millones de usuarios que, como vos, aprovechamos la oportunidad nunca antes vista de acceder virtualmente a cualquier canción que se nos ocurra, perfectamente ordenada, a costo casi cero. Y encima el motor de Spotify es un avión, como habrá podido comprobar cualquiera desde que desembarcó en Argentina el mes pasado: después de usarlo apenas uno o dos días, ya tira unas recomendaciones tremendamente específicas, casi infinitas, que permiten descubrir bandas nuevas literalmente en cualquier momento. ¿Es lo que le va a permitir a los músicos volver a ganar dinero a cambio de su música? Ni de casualidad, o al menos no de manera directa. La recomendación es asumir la realidad para poder empezar a disfrutarla.
