Stephen Malkmus sigue construyendo su estilo único

El ex Pavement se pasea por todos los trucos que supo hacer propios y suma algunos nuevos en Sparkle Hard, un disco a la altura de la leyenda del indie.

Por Javier Diz

Pavement está a punto de cumplir treinta años. De hecho, ya se hacen oír aquellos que comienzan a pinchar a Stephen Malkmus con la posibilidad de una (otra) vuelta con su banda temprana, con la que se hizo un nombre. La respuesta a esa retromanía insistente (nunca quedó tan clara la máxima “in it for the money” como en el regreso festivo que presenciamos en Buenos Aires, con los músicos peleados en el escenario) es Sparkle Hard. En once canciones, Malkmus recorre los laberintos de un estilo deforme que supo hacer propio, una especie de psicodelia folk que parte del indie, y que incorpora elementos que aportan nuevos colores (hay autotune en “Rattler” y “Brethren”) con otros ya conocidos pero más trabajados (la intro orquestada de “Difficulties”, las cuerdas que armonizan la hermosa progresión de “Solid Silk”, uno de los mejores momentos del disco).

Con Mike Clark en teclados, Joanna Bolme en bajo, Jake Morris en batería y la producción de Chris Funk (The Decemberists), Malkmus dio forma a una colección de canciones que se pasean por diferentes estados: desde momentos álgidos y ruidosos como los de “Shiggy” hasta otros más reposados, en los que Malkmus parece más inspirado, como demuestra en las dos canciones más Pavement del disco, “Middle America” y “Refute”, esta última una melodía hermosa, embellecida por la voz inconfundible de Kim Gordon, pasando por laberintos como el de “Kite”, el tema más enrevesado del disco, que avanza sobre una base de batería motorik de las que cada tanto intenta Wilco, intercalada con breves paradas prog á la Genesis (tampoco es tan tremendo, no se asusten) y culminando con una escalada de rock sónico.

Stephen Malkmus & the Jicks
Sparkle Hard
(Matador)