“Todo lo que hago es por Él Mató a un Policía Motorizado”. Entrevista a Santiago Barrionuevo

El bajista, cantante y compositor de Él Mató a un Policía Motorizado habla de La Síntesis O'Konor, el nuevo disco de los platenses.

Los Inrockuptibles
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18 min readApr 3, 2017

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Por Javier Diz y Nazareno Brega / Foto Gastón Paci

“Hoy voy a salir a buscar todo lo que quiero”, canta Santiago Barrionuevo en el nuevo disco de Él Mató a un Policía Motorizado. Y, en pos de cumplir eso que pregona el Chango Santiago Motorizado en esta pegadiza canción, la banda salió en busca de nuevos horizontes y registró este próximo trabajo en un estudio de perfil altísimo en el desierto texano. “Esta vez voy a hacer lo que yo quiero hacer, esta vez voy a hacer lo inesperado”, insiste Santi Motorizado sobre el final de ese mismo tema, como si justificara que las distorsiones de antaño hoy le hagan lugar a delicados arreglos de guitarra, teclados y percusiones. “Dejamos el lo-fi y pasamos al sci-fi”, bromea Santiago al describir el disco. Las canciones son mucho más complejas que las de antaño, y las composiciones nuevas más sencillas y con letras juguetonas hoy parecen formar parte del imaginario solista del Chango, que ya grabó su debut en solitario. El disco solista saldrá recién cuando Él Mató tenga un respiro, y Santi no se cansa de aclarar que la banda es el proyecto de su vida y que no se imagina un futuro lejos del grupo. Las letras del álbum nuevo de Él Mató son todavía más narrativas que las de La Dinastía Scorpio, pero la gran evolución se nota más en la alternante estructura musical de las canciones. El Mató a un Policía Motorizado parece haber perdido el formato de las canciones como mantras, pero por suerte eso no implica dejar atrás la iluminación. / N.B.

El Mató a un Policía Motorizado grabando en Sonic Ranch
El Mató a un Policía Motorizado grabando en Sonic Ranch

ENTREVISTA> ¿Cómo terminó la grabación?
Hacia el final fue un poco cansador pasarse todo el día en el estudio, pero el clima ya era más relajado porque estábamos mezclando y no quedaba nada más que grabar. Hicimos las dos cosas allá, nos falta masterizar nomás. Como el productor Eduardo Bergallo tiene que volver a los Estados Unidos, teníamos el plan de masterizarlo en el estudio Sterling, de Nueva York, que es medio famoso, pero tienen poca disponibilidad y no nos copa hacerlo a la distancia.

¿Cuándo sale el disco?
La idea es sacar un simple ahora en marzo, como en La Dinastía Scorpio con “Mujeres bellas y fuertes” y “Chica de oro”. Y el disco saldría en mayo. Hay que coordinar con los sellos de España y los Estados Unidos para que salgan en la misma fecha, así que hasta puede salir en junio porque España necesita tiempo para fabricar los vinilos. Es la primera vez que un disco nuestro sale a la vez en los tres lados. La Dinastía Scorpio había salido un año después afuera y el EP Violencia salió más tarde en los Estados Unidos porque era diciembre y ese mes se editan solo cosas navideñas. Les podríamos haber mandado Navidad de reserva…

¿Les llevó mucho tiempo escribir las canciones? Cuando salió Violencia ya estaban trabajando en este disco…
Este fue el disco al que más tiempo le pusimos en la previa. Violencia nació de haber sacado algunas canciones que nos parecía que no iban con el estilo de estas y que no queríamos descartar. Seguimos trabajando entre los viajes y las giras y después grabamos las maquetas. Y después sí, los veinte días que estuvimos allá en el estudio hicimos todo de un tirón.

¿Haber viajado al desierto de Texas para grabar en un estudio grande con un presupuesto acotado los obligó a llegar con todos los detalles resueltos de cada canción?
Estaba casi todo resuelto, pero algunas cosas las terminamos ahí. Cambiamos unos arreglos y algunas cosas con los instrumentos. En Sonic Ranch nos encontramos con veinte sintetizadores que estaban buenísimos y empezamos a probar todos, así que a partir de eso aparecieron cosas nuevas. Y también llegué con algunos temas sin letra. Es muy loco. Nunca me había pasado. Estaba muy estresado, pero es un estrés raro. Me preocupaba mucho, pero con la presión también se activan cosas a último momento que están buenas. A una canción no le pude hacer la letra y la descartamos, así que quedará para más adelante. Al resto igual no es que había llegado sin nada, me faltaban un par de frases nomás. Llegué con una canción sola sin absolutamente nada de la letra, pero ya tenía algunas ideas.

¿Se metió en alguna letra la experiencia de estar grabando en un lugar como ese?
Tenía muchas ideas sueltas que me faltaban completar, pero hay algunas líneas puntuales que sí son sobre el paisaje que tenía el estudio. Era muy loco: estás en un desierto, en medio del campo. Siempre me pareció algo muy mentiroso eso de que el lugar donde grabás se te meta en el disco, pero me pasó. Me parecía un cliché. Igual es muy poquito, una frase puntual y me pasó por no tener antes la letra. El paisaje allá es muy extraño, muy de película de terror. Ahí cosechan nueces así que en invierno están todos los nogales pelados y la casa en la que paramos está al lado de un arroyo seco. En la letra hablo de un río sin agua. Siempre me dio demasiado vértigo no llegar con las letras completas, pero Bergallo me decía que era muy común que las bandas terminen de escribir los discos en el estudio. Para nosotros encerrarnos a grabar ahí unos días fue un gasto gigante. Nos dimos cuenta de que bandas con más presupuesto van a lugares así sin nada y se quedan tres meses componiendo. Tienen otros tiempos. Me puse a flashear con eso. Por ejemplo, Beach House grabó ahí el cuarto disco, Bloom. Y nos contaron que estuvieron dos meses y medio grabando. Nos imaginamos que habrán ido sin haber escrito nada, porque no se entiende cómo pasaron tanto tiempo grabando.

“Todo fue muy gradual en nuestra carrera. No tuvimos un salto de popularidad que nos haya cambiado la vida de un día para el otro.”

¿Te gustaría componer con esa metodología de encierro?
Está bueno. Nosotros fuimos con la idea terminada, a darle el toque final. Queríamos que sea una sesión definitiva aprovechando todas las herramientas que teníamos a disposición ahí. Y también hubo tiempo para cambiar algunas cosas en los arreglos, pudimos jugar con algunos temas que no estaban cerrados del todo. Pero lo otro parece más divertido. Me da un poco de vértigo encerrarme sin nada porque puede ser un fracaso total. Jugar y jugar y después no sale nada. En el festival de Mar del Plata vi The Man from Mo’Wax, un documental sobre James Lavelle y la banda que tenía con DJ Shadow, y en un momento él se mete a componer en un estudio y no tiene nada, está en cero. Así que empiezan a llamarlo productores para ver si ellos podían conseguirle algo, pero nada. Era desesperante.

Si bien las canciones de Violencia quedaron descartadas de este disco, ya marcaban un cambio de rumbo musical con lo que venían haciendo hasta La Dinastía Scorpio. ¿Piensan profundizar esa evolución?
Ahora las letras son más largas. Y la estructura de las canciones también cambió un poco, tienen más partes. Y cada parte tiene su letra. Está bueno como quedó. A nivel letras, todo es más narrativo, como hicimos en La Dinastía Scorpio. Mantienen ese clima, pero con más complejidad. Tampoco que vamos a hacer un disco progresivo, pero le dimos más bola a eso desde el primer momento. Hace un ratito justo ensayamos y estaba pensando que a algunos temas viejos los siento como que les faltan más partes. Son muy lineales. Me gustan y estoy orgulloso de las canciones viejas que iban directo a una idea. Las canciones nuevas van apareciendo de a partes. De repente ensayamos y salen las partes a y b. Y después capaz le agregamos la c. Y al rato surge otra más. Sentí esa necesidad ahora. Nos parecía que era un giro que estaba bueno que tuvieran las canciones.

Él Mató grabando

También grabaste tu primer disco solista. ¿Cómo elegís qué canción es para Él Mató y con cuál te quedás vos?
Son diferentes, pero donde más se nota es en las letras. Las del repertorio solista tienen un humor más personal, medio irónico, tonto o juguetón, que siento que no representa tanto a los chicos. Esa es la diferencia definitiva. Cuando tengo una canción nueva la toco solo y después veo. Si es del universo de Él Mató, pasa para ese lado. En las canciones solistas, al partir de esa cosa humorística de la letra, musicalmente ya encaro para ese lado. No sé describirlo, pero trato de complementar esa idea. También me doy gustos, como cosas de sonido medio retro.

¿Cuándo va a salir?
No sé. Lo grabé y nada más. Ni siquiera hice la mezcla. Recién voy a empezar cuando terminemos esta movida con Él Mató. Venía postergando un montón la grabación, pero aproveché para grabarlo porque Willy se había ido de viaje a España y no íbamos a ensayar con Él Mató. La prioridad, siempre, es Él Mató. Ahora vamos a presentar el disco por un tiempo. En julio vamos de gira a México y en agosto volvemos a España, ya tenemos varios festivales. En septiembre vamos a Brasil y también iremos a Uruguay. Y cuando quede tiempo, ya veré qué hago con el disco solista. La prioridad es Él Mató y lo otro ya veremos.

“Todas las bandas quieren tocar en un lugar mejor, más grande, con más gente y es algo que está siempre dando vueltas en la mente, como una especie de ambición por inercia, como algo que tiene que ser así. Pero no sé cuán real es eso. Uno quiere tocar en un buen lugar con un buen sonido y que a la gente le guste.”

¡Y cuando terminés con toda la gira, empezás todo de vuelta con el tuyo!
A mí me copa tocar solo, pero lo hago nada más que cuando tengo huecos con Él Mató. Y no es algo prolijo como la banda, me cuelgo bastante. Igual está bueno que sea así, me gusta estar pensando siempre en Él Mató y que todo lo demás pase a segundo plano. Tenía ganas de grabar mi disco porque se filtraron algunas versiones acústicas, que no es como había pensado las canciones. No quería mostrarlas así, acústicas. Estuvo buenísimo igual lo que pasó con eso: se nota que quien las filtró lo hizo con buena onda. Cuando toco en vivo, la gente conoce las canciones por haber escuchado esas versiones en YouTube. Es un flash. Me acuerdo de los discos filtrados que conseguía en Napster, para mí es hermoso que pase también con mis canciones. Pero quiero mostrarlas de la manera en que me las había imaginado.

¿Grabaste el disco solo o con la banda?
Grabé con la banda con la que toco. Tom Quintans (Bestia Bebé) en batería, Morita Sánchez Viamonte (107 Faunos) en teclados, yo toco la guitarra y canto y, para el disco, llame a Pipe Quintans (Super 1 Mundial) para que toque el bajo. En la grabación también me ayudó Bergallo. Le mostré como referencia los discos de Adam Green, que es medio irónico y chistoso, con una onda medio de los cincuenta. Quería ir por ese lado, más onda Mac DeMarco. Grabamos la batería con un solo micrófono para que tenga esa cosa de sonido de los discos viejos. Se nota mucho la diferencia con lo nuevo de Él Mató. Esto es mucho más simple, lo de Él Mató es más complejo en todo sentido.

¿Cuál es la diferencia que más te sorprende si comparás este disco con los demás?
Sumamos varias cosas que antes no usábamos. Cambiamos mucho los arreglos. Por ejemplo, las percusiones, que siempre usamos pero nunca aprovechamos como en este disco. Esta vez usamos muchas marimbas, que no habíamos usado nunca. Es raro, pero nos encanta cómo quedó. Ahora que me lo pongo a pensar, no entiendo cómo llegamos hasta ahí. Parece un carnaval…

Muchas bandas dejaron de sacar CD y editan los discos solo en digital. ¿En qué formatos va a salir el disco?
En casi todas las bandas está esa necesidad de que la música que tocás tenga un formato físico. Hay bandas que editan casetes, que es lindo como objeto y muy barato, y después el disco se escucha en formato digital. Nosotros tratamos de editar en todos los formatos que estén a nuestro alcance. Yo soy fan de los CD y de los vinilos, todavía tengo el fetiche. Nosotros todavía tenemos colecciones de CD. En los Estados Unidos conseguimos cada vez más ofertas de CD a un dólar. Hace unos años era impensado, pero ya se masteriza pensando en el vinilo o en Spotify. Está buenísimo, lo usamos un montón, pero como fan tengo el fetiche por todos los formatos. Nosotros tuvimos hasta Myspace, que hoy es una antigüedad total.

¿Qué fetiche les queda como banda?
Me encantaría tocar en Obras, es como un sueño. Creo que tocó Airbag hace poco. Para nosotros es un lugar mítico, pero no sé si las nuevas generaciones lo conocen. Creo que tiene que volver a funcionar para recuperar lo que era. Estaría buenísimo.

¿Cómo les va con los shows en otros países?
En donde más gente nos va a ver es en España y en Brasil. Es muy loco para mí tocar en Madrid solos en lugares del tamaño de Vorterix. Me acuerdo de que me asusté cuando llegamos al lugar y preguntaba si iba a ir alguien a vernos. El dueño del sello nos dijo que nos quedáramos tranquilos, que ya estaban todas las entradas vendidas. No lo podía creer.

Está bueno hacer el paralelo entre el crecimiento de ustedes acá y en el exterior porque en los dos lados parece haber sido natural y muy progresivo.
Cuando tocamos en el Primavera Sound en 2010 nos fue bien medio de casualidad. Era la primera vez y eso ya generaba una expectativa mínima, pero pasó algo muy loco. Tocamos en el escenario más chiquito, pero justo la banda que estaba a la misma hora en el escenario grande de al lado tuvo un problema con el sonido y tuvo que suspender el show, así que vinieron todos a vernos. Estaba repleto y vino hasta la gente que organizaba el festival. Como ellos se coparon, nos invitaron otra vez al año siguiente, pero en un horario y un escenario mejor. Esas cosas son raras en la Argentina. Somos una banda que no vendíamos tickets, pero los organizadores nos vieron, les gustó lo que hicimos y nos dieron condiciones mejores. Es muy lindo, también, que el afiche del Primavera Sound tenga a todas las bandas del mismo tamaño. Y ahí es un delirio pensar que a una banda le van a dar mejor sonido que a otra que toque en el mismo escenario. La dinámica de festivales acá no tiene nada que ver con eso que vivimos allá. Hay vicios viejos que son difíciles de perder.

También los debe haber ayudado mucho en España el apoyo que tuvieron de Jota de Los Planetas.
El Primavera Sound nos ayudó mucho, pero también fue muy importante que Jota sea fan nuestro y haya hablado tantas veces de nosotros. Cada vez que nos podía nombrar en una entrevista, lo hacía. La última vez fuimos a Granada un día antes de empezar la gira por España y me quedé en la casa de él. Hasta me terminó haciendo una entrevista. Estuvo buenísimo. Y eso que ambos somos muy tímidos, parecíamos dos idiotas que hablábamos cada tanto nomás. Igual creo que lo disfrutamos mucho los dos.

“Tuvimos ingresos como para comprar algunas cosas. Cuando empezamos a tocar no teníamos nada, ni instrumentos. Tocábamos con instrumentos prestados.”

¿Qué otro músico te sorprendió cuando lo conociste?
Me encantó cuando conocí a Rosario Bléfari. Siempre la admiré mucho y me mató cuando me dijo que le gustaban mucho nuestras canciones. Esa es una de las cosas que atesoro y colecciono. A veces leés en algún lado que tu banda es una mierda y ahí te acordás que por lo menos le gusta a Rosario Bléfari. También nos sorprendió mucho que nos tirara buena onda Calamaro. Puso algo en Twitter, subió una foto de la novia con la remera de Él Mató y creo que compró los discos en España y le gustaron. Es más divertido, tiene un plus que sea alguien que no haga música parecida a nosotros. Como con Los Decadentes. Los fui a ver en México porque soy fan y conseguí entrar gratis, pero como el lugar estaba lleno, terminé mirando el recital al lado del escenario. Y fue impresionante porque cada tanto, mientras estaban tocando, me miraban y me saludaban. Capaz que alguno venía y se me ponía hablar, mientras el resto de la banda seguía tocando. Un delirio. Con los Cadillacs también nos cruzamos en el Vive Latino y nos tiraron buena onda. También soy fan de ellos.

¿Pensás que ya están cerca del techo o todavía queda lugar para seguir creciendo?
Cuando arrancamos había pocas bandas, era difícil. En esa época no sabíamos ni con quién contactarnos, un poco también por nuestra ignorancia. Había algunos focos, pero ahora hay un montón de sellos y festivales. Algo como el Festi Laptra, con dos escenarios y un montón de gente, era impensado. Es raro pensar cuál es el techo acá en Argentina. Todas las bandas quieren tocar en un lugar mejor, más grande, con más gente y es algo que está siempre dando vueltas en la mente, como una especie de ambición por inercia, como algo que tiene que ser así. Pero no sé cuán real es eso. Uno quiere tocar en un buen lugar con un buen sonido y que a la gente le guste. Pero después no sé si es importante que el lugar sea más grande o más chico. Uno aspira a más porque necesita al público para sobrevivir, uno no puede dedicarse a la música sin público. El deseo está, pero pensamos más en cómo hacer un show zarpado, con mejor puesta de escena. Para lo otro se necesita una estructura más grande. Yo flasheo sobre cómo hacer para que crezca Laptra. Cada vez que voy a un festival, miro todo y pienso en eso, pero tenemos el problema de que no hay muchos lugares intermedios y que los costos de producción acá son un delirio. Y capaz que la pasás bárbaro durante el festival, pero después va todo para atrás desde el otro lado. De momento en el Konex estamos bien, más allá de que ahora se está complicando un poco con los horarios y hay que bajar los decibeles del sonido por cuestiones que el lugar tiene con los vecinos. La verdad es que ahí las cosas salen bien y estamos cómodos.

El crecimiento de ustedes siempre fue gradual, pero al recordar los shows en Remember parece mentira todo lo que pasó con la banda…
Todo fue muy gradual en nuestra carrera. No tuvimos un salto de popularidad que nos haya cambiado la vida de un día para el otro. Y además todavía no nos creemos del todo lo que nos está pasando, o al menos yo no lo creo del todo. La realidad es que esto también puede cambiar, pero por ahora lo disfrutamos un montón. Cosas como este viaje. Haber ido a grabar a los Estados Unidos fue una inversión gigante. Las cosas las podemos hacer de otra manera y también va a estar todo bien, pero está bueno sacarnos las ganas de todo esto ahora que podemos. Quizá en otro momento no se pueda, somos conscientes de eso y por eso nos deja tranquilos saber que cuando tuvimos la oportunidad, la aprovechamos. Vivir del arte es inestable para cualquiera. Nuestro crecimiento fue gradual, pero siempre le dedicamos mucho tiempo a esto. Yo di clases mucho tiempo. Ganaba poco pero me alcanzaba. Después llegó un momento en el que no necesité más dar clases y empecé a disfrutar mucho más esto y a dedicarle todavía más tiempo.

¿Cuánto hace falta invertir en la banda para seguir creciendo?
Tuvimos ingresos como para comprar algunas cosas. Cuando empezamos a tocar no teníamos nada, ni instrumentos. Tocábamos con instrumentos prestados. A mí me prestaba el bajo Gastón Olmos (Ned Flander), Gusti tocaba con la guitarra de no sé quién, el Gato (107 Faunos) le prestaba su guitarra a Manu, no teníamos nada… Parecía un tango de la tristeza que teníamos, pero con eso estábamos bien. Y con el tiempo pudimos comprar instrumentos, pudimos comprar equipos para equipar una sala… Todo eso te va motivando. Tampoco somos de tener sueños de derroche con la guita.
Hace un tiempo tuve la suerte de poder comprarme un auto, pero elegí comprarme una camionetita para llevar las cosas de la banda. Ahora tenemos más cosas y la camionetita nos está quedando chica. Me tuve que comprar una valijita para el techo y me rompieron el orto.

“Es difícil vender entradas, es difícil vender discos… Lamentablemente en este sistema capitalista eso es necesario para seguir comprando cuerdas y dedicarte a tu arte y a tu música.”

¿Cómo ves el sonido de las bandas de Laptra? Se los critica porque suenan parecido, pero ese sonido que los identifica también puede ser una virtud.
Hay un sonido en Laptra que de manera global abarca un poco a todas las bandas. A veces flasheamos con abrir más el juego, que se rompa más y aparezcan otros estilos, sobre todo para darle más riqueza al abanico del sello. Hay otros sonidos que nos gustan y no están presentes. Con muchas bandas venimos juntos desde el principio, como con 107 Faunos. Somos del mismo grupo de gente y crecimos juntos escuchando la misma música, compartiendo las mismas cosas… Como también los Japón, Reno o Koyi. Esa fue la base de Laptra y después conocimos gente. Me acuerdo que la primera vez que tocamos con Go Neko! fue algo medio de rebote, pero hubo un enamoramiento inmediato. Estaban haciendo la música que nos gustaba a nosotros, y eso te une y genera buena onda de entrada. Me acuerdo también que los Atrás Hay Truenos nos escribieron para invitarnos a tocar en Neuquén y cuando los escuchamos nos volvimos locos. Y además nos parecieron geniales como personas. Nosotros somos muy tímidos en general, pero cuando nos pasa eso, aparece enseguida una confianza tremenda de la nada. Enseguida nos hacemos medio amigotes y no sé si la música tendrá mucho que ver, pero nos enamora todo.

¿Ves en otras bandas del sello esa evolución en el sonido que tuvo Él Mató?
Creo que siempre están buscando un sonido que se note que sea propio, independientemente del sello. Escuché lo nuevo de los Faunos y se están yendo para otro lado. Están buscando esa evolución constante más allá de un sonido que saben que funciona, que saben que a su gente le gusta. Ellos siempre tratan de ir más allá. También hay algo en lo nuevo de Bestia Bebé, Tom es muy obsesivo y busca cosas todo el tiempo. Cuando arrancó tenía en la cabeza nada más que a Metallica. Después se animó a hacer canciones más punk y en el segundo disco ya tiene cosas tipo Vampire Weekend, que nada que ver. Van cambiando las sensibilidades de todos.

Con todo el tiempo que demanda Él Mató, ¿hasta dónde te podés involucrar en Laptra?
Como ya hice mil discos con El Mató, tengo muy aceitada la parte de la fabricación. Me encargo de taquito de toda la parte de la edición. En la parte artística no me meto porque soy muy fan, salvo cuando me piden alguna cosa muy puntual. Por ejemplo, en el disco de Super 1 Mundial me metí porque lo estaban haciendo de forma muy casera, que estaba buenísimo igual, pero les hinché las bolas para que vayan al estudio de Bergallo. Les pedí que le muestren para dónde querían ir, que él los iba a levantar un montón. Son cosas técnicas que fui aprendiendo y que suman. Y ahora desde el lado de Laptra pudimos ayudar a pagar la mezcla de Super 1 Mundial, algo que en otro momento hubiera sido un delirio total.

¿Qué te gustaría conseguir con Laptra?
Me gusta ver cómo las bandas van creciendo. Creamos algo que yo nunca había soñado. Desde ese lado, ya me siento contento y realizado. Cuando llegás a ese lugar igual querés más, sobre todo para que las bandas sobrevivan. Suena medio terrible y poco romántico, pero es así. Es difícil vender entradas, es difícil vender discos… Lamentablemente en este sistema capitalista eso es necesario para seguir comprando cuerdas y dedicarte a tu arte y a tu música. La idea es que Laptra sea una ayuda constante a las bandas. Algo nuevo que empezamos a hacer este año es editar todos los discos. Antes era un colectivo donde cada uno se editaba y eso ya era suficiente y ayudaba un montón. Pero ahora queremos que ayude un poco más y las últimas ediciones fueron 100 % hechas por Laptra. Eso me hace feliz, sobre todo en un momento en que los discos se venden cada vez menos. Queremos que esa rueda gire para que todas las bandas puedan seguir haciendo esto hasta el último día, cuando se mueran de viejos en un hospital horrible.

¿Te imaginás un futuro en el que toques solo, sin Él Mató?
Me imagino todo. Me imagino la muerte, cosas terribles, pero trato de no hacerlo. Me pondría muy triste. No me imagino tocando en otra banda. Todo lo que hago es por Él Mató.

> elmato.com.ar
> elmatoaunpoliciamotorizado.bandcamp.com

En vivo el sábado 2 de diciembre en el Festilaptra 2017 con 107 Faunos, Antolín, Atrás Hay Truenos, Ayrton Senna, Bestia Bebé, Cabeza Flotante, Hojas Secas, Javi Punga, Koyi, Las Ligas Menores, Mapa de Bits, Srta. Trueno Negro, Super 1 Mundial y Winter. Desde las 17 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131, CABA)

Entrevista publicada en el número de marzo de 2017 de Los Inrockuptibles.

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