Tres libros basados en experiencias personales
Novedades literarias de calidad que abordan temas bien diversos, de las relaciones de pareja a la muerte de un hermano, pasando por las curiosas impresiones de un viaje a China. Para todos los gustos.
Por Malena Rey
Un reino demasiado breve
Mauro Libertella
Después de dos textos conmovedores como Mi libro enterrado –en el que abordaba la relación con su padre, el también escritor Héctor Libertella–, y El invierno con mi generación –suerte de racconto de la adolescencia ingenua de un chico judío de clase media en la Buenos Aires de los noventa–, acaba de publicarse el delicado Un reino demasiado breve, centrado en las primeras tres relaciones de pareja de su protagonista, un chico inseguro que intenta entender qué es el amor, cómo es eso de compartir la vida con alguien, y que se detiene en las obsesiones, en las complicidades y en las separaciones, siempre inexplicables y dolorosas. Con un pulso narrativo notable, Libertella es una de las nuevas voces a tener en cuenta, tanto para lectores empedernidos como para aquellos que disfrutan de leer una novela de vez en cuando. (Random House)
La máquina de escribir caracteres chinos
Eduardo Berti
El escritor argentino Eduardo Berti vive hace años en Francia. Por motivos familiares, se trasladó a Beijing durante un lapso considerable de tiempo, y ese viaje es la excusa detrás de estas impresiones sobre la siempre exótica China, donde se obsesiona por una especie de máquina de escribir usada que le ofrecen en un mercado y que funciona como posible hilo conductor del libro. Con fotografías muy elocuentes y anécdotas increíbles gracias a las que se convierte en una especie de extranjero invisible y atento, este libro no equivale a viajar a Oriente, pero por lo menos nos permite espiar e imaginar un poco cómo sería estar allí. (Tusquets)
El hermano mayor
Daniel Mella
Esta es una novela fuerte, por momentos triste, pero conmovedora e importante. La historia que se cuenta en El hermano mayor se basa en la vida del escritor uruguayo Daniel Mella, en sus lazos familiares y afectivos a partir de la muerte de su querido hermano Alejandro, alcanzado por un rayo en una casilla de una playa de Santa Teresa durante una noche de tormenta. “Tendría que haber muerto yo”, dice el autor. Narrada por momentos en futuro, por momentos a través de lo que sienten o expresan los otros, hay acá una exploración dolorosa y necesaria de la intimidad, desnudando las bajezas y los vaivenes emocionales a los que estamos expuestos como seres sensibles, atravesados por las más fortuitas circunstancias. Un libro para superar el dolor, como si la escritura fuera un antídoto posible. (Eterna Cadencia)
