Sus mandamientos me salvan

Yohana Molina
Lumbrera
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2 min readJun 30, 2020

Entre las líneas del Salmo 71 leemos que tenemos una lucha de la que necesitamos ser librados. “La mano del impío , del perverso y violento: El diablo” (Efesios 6). Nuestro creador nos da sus mandamientos como roca de refugio a donde podemos ir continuamente, en donde podemos estar a salvo incluso de nosotros mismos, porque nos salva de los deseos engañosos y torcidos de nuestro orgulloso corazón. Esta verdad hace que sea vital para mí cumplir sus mandamientos como respuesta a su cuidado y amor.

Me llena de confianza y esperanza conocer la veracidad de la Palabra de Dios en la vida de Jesús como hombre. Poder creer cada palabra revelada en las escrituras me acerca más al cielo, me compromete a vivir agarrada a mi salvavidas.

Jesús venció todas las tentaciones con la Palabra y lleno del Espíritu Santo (Lucas 4:1–13). Como nacida de nuevo por el poder del evangelio, tengo a mi alcance las mismas armas con la que el Hijo del hombre venció. Creer en él y cumplir sus mandamientos me hace vencedora.

Vivimos en un mundo caído, y necesitar a Dios se hace cada día más real y más urgente en mi vida. Dios está dispuesto a defenderme contra los ataques externos y mis deseos internos que se oponen a su SANTIDAD.

A diario necesito ese salvavidas para no atentar contra la relación con mi esposo, mi hija, mis padres y mis hermanos. En los momentos de desacuerdo con mi esposo, recurrir al divorcio por la incompatibilidad de carácter es mi gran tentación. Limitar el tiempo que comparto con mi hija, con la excusa de que trabajo para darle una mejor calidad de vida, es una mentira con la que tengo una gran lucha. Mis tentaciones son reales, como el Dios que me ayuda a vencerlas.

Me duele el corazón cuando veo morir a la humanidad por falta de conocimiento de la palabra de Dios, cuando la sana doctrina es silenciada por la falta de integridad de los líderes de las iglesias. El afán por querer resolver todo, nos aleja del puerto seguro. Es triste ver morir la esperanza de exponer el plan redentor de Dios, porque la sociedad ha decidido no entender e ignorar “que no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que salde de la boca de Dios” y que “en sus mandamientos hay amor y misericordia”.

Toda la palabra de Dios vivifica mi alma e indiscutiblemente es la que me salva. Lumbrera te invita a que compres tu salvavidas y no lo vendas (Proverbios 23, 23).

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Yohana Molina
Lumbrera
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Hija de Dios, discípula de Cristo, esposa, madre, hija, hermana, tía, muchos títulos que no tienen precio. Para todo lo demás hay que estudiar