Viviendo En El Desierto

Rodolfo Peña
Lumbrera
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6 min readMay 17, 2021

Números 9: 15–23

“El día que fue erigido el tabernáculo, la nube cubrió el tabernáculo, la tienda del testimonio, y al atardecer estaba sobre el tabernáculo algo que parecía de fuego, hasta la mañana. Así sucedía continuamente; la nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de noche . Y cuando la nube se levantaba de sobre la tienda, enseguida los israelitas partían; y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban los israelitas.
Al mandato del SEÑOR los israelitas partían, y al mandato del SEÑOR acampaban; mientras la nube estaba sobre el tabernáculo, permanecían acampados. Aun cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo por muchos días, los israelitas guardaban la ordenanza del SEÑOR y no partían. Cuando la nube permanecía algunos días sobre el tabernáculo, según la orden del SEÑOR, permanecían acampados; y según la orden del SEÑOR, partían. Pero cuando la nube permanecía desde el atardecer hasta la mañana, y la nube se levantaba por la mañana, ellos partían; y si permanecía durante el día y durante la noche, cuando la nube se levantaba, ellos partían. Ya fuera que la nube se detuviera sobre el tabernáculo permaneciendo sobre él dos días, o un mes, o un año, los israelitas permanecían acampados y no partían; pero cuando se levantaba , partían. Al mandato del SEÑOR acampaban, y al mandato del SEÑOR partían; guardaban la ordenanza del SEÑOR según el mandato del SEÑOR por medio de Moisés.”

Este pasaje de las Escrituras ocurre justo después de que los israelitas salieran de Egipto liberados por Dios, a través de Moisés y, haciendo uso de una demostración extraordinaria de Su poder. Y Dios le había ordenado a Moisés que hiciera un tabernáculo.

Antes de avanzar en este mensaje, debemos considerar lo siguiente:

  • Dios fue quien ordenó que construyeran un lugar para Él estar, porque Él quería estar en medio de su pueblo y por medio de este lugar Dios les hablaría (Éxodo 28, 5)
  • Una vez se armó el tabernáculo DIOS habitó en Él inmediatamente. ¡Se dan cuenta! Dios no se hizo esperar.

Esta generación no conocía el desierto, que fue a donde Dios los llevó. Pero en el Desierto DIOS se encargó de darles lo que necesitaban.

Y podemos ver en la historia que DIOS estaba cubriendo sus necesidades 24/7. De día los cubría con la NUBE y de noche proveía FUEGO. Pues DIOS nos les dijo, bueno ya los saqué de Egipto, ahora arréglenselas como puedan. Ese no es nuestro Dios.

Dios les marcaba el CAMINO y además les marca el RITMO

¿Ellos podían moverse fuera de la nube?. ¡Pues claro que sí!. ¿Podían alejarse en la noche de la columna de fuego?. ¡Por supuesto!. Pero ¿qué les hubiera pasado?. Su hubieran deshidratado por el calor o congelado por el frío.

Se imaginan a este pueblo sin conocer el DESIERTO y viviendo en el DESIERTO sin DIOS. No hubieran aguantado ni un día.

Porque vivir en el DESIERTO sin DIOS es totalmente diferente a hacerlo con DIOS

Ellos no escogían a dónde ir y luego el SEÑOR se movía.

Ellos no tenían ni idea de cómo vivir en el DESIERTO, como nosotros no tenemos ni idea de cómo debemos vivir la VIDA

Es por eso que nosotros NO podemos escoger la RUTA y marcar el RITMO y luego pedirle a DIOS que vaya detrás de nosotros.

El SEÑOR va delante y nosotros lo seguimos

Hacia donde Él nos mande, debemos ir, y nos dice que esperemos, debemos esperar. Y esto nos impone varios retos:

  • CONOCER la voluntad de DIOS, identificar hacia dónde va la nube.
  • SEGUIR la voluntad de DIOS. Si la nube avanza, yo avanzo, y si la nube se detiene, yo también.
  • CONFIAR.

Jesús dijo: “Mis ovejas me conocen, mis ovejas oyen mi voz y me siguen”. Y esta verdad nos debe mover a conocer a Dios, pues solo al conocerlo podremos identificar su voz y saber cuál es su voluntad. Y una vez hemos conocido su voluntad, tenemos la tarea de seguirlo, y cuando lo seguimos demostramos que verdaderamente confiamos en Él.

De nada sirve saber lo que Dios quiere de nosotros y no llevarlo a cabo. Si esto está pasando en algún área de nuestra vida debemos revisar si la raíz del asunto es que no creemos en el Dios al que estamos conociendo o no confiamos en Él. Y en cualquiera de los dos casos, esto es una evidencia de que nuestra Fe no es genuina.

Pero hay algo más que debemos saber: La palabra de DIOS nos enseña que ahora (a diferencia del pueblo de Israel) nosotros somos el tabernáculo (ese lugar en donde DIOS quiere habitar).

DIOS crucificó a Cristo para poder habitar en Nosotros

Y así como le dijo a Moisés que prepara el tabernáculo para el habitar ahí, nosotros tenemos que disponernos para que Él habite en nosotros, y esa disposición está en creer en ese Dios que nos está llamando en el sacrificio de Jesús en favor nuestro. Apenas lo hagamos, así como en la historia del tabernáculo, Su ESPÍRITU vendrá. DIOS no se hace esperar. Y una vez tenemos a DIOS en nosotros, Él nos guiará y nos mostrará Su VOLUNTAD.

Los israelitas iban hacia una tierra. Ese era su destino. Esa era su promesa. Pero a diferencia de Israel, nosotros hoy vamos hacia la ETERNIDAD con Él. Ese es nuestro destino. Esa es nuestra promesa. Y esa promesa le costó a DIOS sacrificar a Jesús, lo más valioso del Universo. Pues por medio de Jesús fueron creadas todas las cosas y para él fueron creadas todas las cosas. Jesús no cometió ningún pecado. A ese Jesús sacrificó DIOS para podernos dar VIDA ETERNA, no un pedazo de tierra como al pueblo de ISRAEL.

Cada cosa que DIOS nos mande a hacer aquí nos conduce hacia EL, hacia nuestra tierra prometida. Y es posible que DIOS nos mande al DESIERTO, finalmente Él es que sabe la RUTA.

Quizá en estos momentos sintamos que estamos viviendo en medio de un DESIERTO, y lo más probable es que sea el mismo DIOS el que nos ha hecho pasar por ÉL. Pero de lo que podemos estar seguros es que si DIOS nos mandó al DESIERTO, Él mismo nos cuidará y nos sostendrá. Si estamos agarrados de DIOS, y vivimos bajo la guía de DIOS y estamos obedeciendo SU PALABRA, el DESIERTO no se sentirá como DESIERTO.

Y en este DESIERTO los hijos de DIOS no podemos vivir como los que no tienen a DIOS. Tiene que haber una diferencia. Los que hemos creído en el SEÑOR tenemos la responsabilidad y una oportunidad de oro de mostrar a los que no aún no han creído la razón por la cual soportamos, seguimos amando, perdonamos, vivimos confiados, con optimismo y esperanza en medio de la escasez, en medio del COVID, en medio de la violencia y el caos por el que atraviesa nuestro país. La razón para esto es que tenemos DIOS.

Mateo 5: 13–16

Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida , ¿con qué se hará salada otra vez? Ya no sirve para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo . Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija , sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.”

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Rodolfo Peña
Lumbrera

Sigo a Jesús • Miembro de IBDC • Consultor en PM&A • Colaborador en Lumbrera • Casado con Yoha • Papá de Vale • Tío de Liam