Lyft CDMX: Mi experiencia en la orientación virtual
En julio de 2020 tuve la oportunidad de integrarme al equipo de trabajo de Lyft, y aunque esta no es la primera vez que cambio de ambiente laboral, debo admitir que llegué a sentir un poco de incertidumbre. Y es que en ocasiones anteriores, aunque en el primer día tampoco lograba asimilar todo lo que pasaba a mi alrededor, al menos podía ver la cara de mis compañeros que entraron conmigo y observar que no era el único que se sentía de esa manera. Sin embargo, en esta ocasión estaba claro que las cosas serían muy diferentes, ya que debido a las restricciones por la actual pandemia, mi proceso de onboarding tenía que ser: ¡Virtual!
¿Y cómo sería? ¿Con quién tengo que dirigirme? ¿Y si llego a tener un problema? Estas eran solo algunas de las preguntas que inundaban mi mente, ya que, obviamente, comenzar de manera virtual en una empresa no es algo sencillo. Sin embargo, el equipo de Lyft ya había considerado todos estos escenarios, y tenía muy bien organizadas las actividades a realizar, las cuales, sin duda hicieron más amena mi transición, y de las cuales hoy comparto mi experiencia.
Mi aventura inició el día viernes antes de entrar, cuando recibí en mi domicilio un paquete con mi computadora, una carta de bienvenida y las instrucciones para unirse a la primera reunión. Sin esperar mucho tiempo, me puse a configurar inmediatamente mi computadora (con la misma emoción de un niño que acaba de recibir un regalo), lo cual fue bastante sencillo, ya que venía pre cargado el programa “Self-service” de Lyft, en el que se podía buscar y descargar las herramientas recomendadas de acuerdo al área de interés, como ingeniería, productividad, seguridad entre otras. Así que después de navegar un poco por todos los temas disponibles, instalé aquellos programas que consideré de utilidad para mi puesto, configuré mi correo electrónico siguiendo las instrucciones descritas en mi hoja de bienvenida, e inicié mi calendario agregando la primera reunión.
El día lunes finalmente llegó, los anfitriones se presentaron con un entusiasmo que pocas veces había visto, nos dieron la bienvenida y una breve introducción de lo que haríamos en esa reunión. Para comenzar, nos hicieron presentarnos, decir nuestros nombres, de dónde veníamos, cuáles eran nuestros hobbies y a que departamento íbamos; información que me resultó muy útil, porque de esta manera pude darme cuenta de las personas que iniciaban conmigo y con las que trabajaría. Posteriormente, para hacernos sentir un poco más en confianza, hicieron una dinámica que me gustó mucho para estos tiempos de pandemia, la cual consistió en encontrar los objetos que ellos iban mencionando y/o que cumplieran con ciertas características dentro de nuestro hogar. Entre los objetos que recuerdo, estaban el gel antibacterial, algo morado y una peluca. Por suerte, aunque no me pregunten por qué, tenía a la mano todos esos objetos y gracias a ello me gané unos regalitos que muy amablemente me hicieron llegar hasta mi domicilio. Terminada la dinámica, nos brindaron una serie de pláticas en dónde se abordaron temas como los valores de la empresa, su misión/visión, las áreas de negocio en las que se centraban, las prestaciones a las que teníamos derecho y nuestro rol dentro de la empresa. Hacia el final de las pláticas, nos brindaron un cronograma que contenía las actividades a realizar en las próximas 2 semanas y nos dieron un respiro para asimilar toda la información que acabábamos de recibir. Con ello terminó mi primer día de onboarding.
Para los siguientes días, tener la guía de las actividades a realizar me ayudó bastante, porque de esta manera tenía claro qué es lo que tenía que hacer, cuándo lo tenía que hacer y en dónde se llevaba a cabo. Entre las actividades que recuerdo de los 3 primeros días, estaba tomar algunos cursos acerca de cómo detectar, prevenir y denunciar acoso en el ambiente laboral, cómo crear un ambiente más inclusivo, el protocolo y medidas de seguridad para evitar contagios de COVID-19 cuando regresáramos a la oficina, entre otros. De los que más recuerdo, se encuentra un ejercicio en donde podías tomar el rol del conductor en un viaje de Lyft, en el cual te enfrentabas a diversos escenarios en donde se tenía que tomar una decisión que podía cambiar el curso, por ejemplo, aceptar un viaje lejano a la ubicación actual que luego a pocos metros de llegar el cliente cancelaría, pero que daría la oportunidad de aceptar un viaje largo aunque podrían surgir eventualidades. Al final se puede ver la ganancia obtenida y nuestra calificación final, la cual, al menos en mi caso no fue muy satisfactoria, pero me hizo dar cuenta que ser conductor no es una tarea fácil y que debemos ser más empáticos no solo con aquellas personas que nos brindan un servicio, sino con todas las que interactuamos. A pesar de que en esos tres primeros días de onboarding se da mucha información, no se vuelve pesado, ya que los cursos cuentan con animaciones, videos que ejemplifican las situaciones y preguntas de diversos tipos que sirven para reafirmar los conocimientos adquiridos.
Después de tomar todos los cursos introductorios, el equipo de ingeniería (al cual me integraba) tiene que realizar cinco laboratorios enfocados en: herramientas de desarrollo utilizadas por Lyft, cómo desplegar código y monitorearlo, protocolo de acción ante eventualidades, banderas en tiempo de ejecución y temas relacionados con el lenguaje de programación Python. Debo admitir que cada laboratorio es algo extenso, por lo que se realiza uno por día y se asigna una persona encargada para cada sesión de laboratorio, la cual está disponible todo el día mediante Slack para resolver las dudas o preguntas que llegaran a surgir. Cada laboratorio consiste en un documento de Google Docs, describiendo el objetivo del mismo, conceptos importantes, ejemplos, ejercicios a realizar y preguntas a responder. En particular, me gustaron mucho, ya que prácticamente te van llevando de la mano por todo el ecosistema de desarrollo de Lyft de una manera muy amigable, incluso desde el primer laboratorio ya se empieza a introducir código al ambiente de producción. Pero no hay que alarmarse, las instrucciones son muy claras y el proyecto se diseño exclusivamente para ello, por lo que no habrá problemas. Mi recomendación para esta sección es agregar todos los links en marcadores directamente en el navegador y organizarlos en carpetas, ya que es mucha información la que se proporciona y aunque todo queda claro después de realizar cada laboratorio, en el futuro estoy seguro de que más de uno de nosotros volverá a revisar esas referencias.
Ya en el último día conocí a mi mentor Gerald, quien sería la persona que me guiaría y acompañaría en las próximas dos semanas, y quien me asignaría mis tareas iniciales, pero creo que esa es historia para otra ocasión…
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