Descubriendo mi capacidad de liderazgo para facilitar y guiar

Siempre supe que el liderazgo de equipos era algo que quería experimentar, al menos, una vez en mi carrera profesional. Una de mis razones movilizadoras era la conexión que sentía entre el liderazgo y mi propósito personal, y si bien el camino no ha sido fácil, creo que está valiendo la pena el aprendizaje que me ha traído ser líder de un gran equipo.

Desde que partí mi vida laboral decidí prepararme para ser líder de muchas formas. Desde lo más académico, como hacer un MBA, formarme como coach y facilitadora de equipos ágiles, hasta lo más práctico, que era potenciar y pulir mis habilidades personales. Mi idea era estar lista y tener todas las herramientas necesarias para que cuando llegará el día de enfrentarme a este desafío, pudiera apoyar de la mejor manera posible al que sería mi equipo.

Me parece importante decir que creo que un líder no es necesariamente quien está a cargo de un grupo de personas, sino quien se gana su confianza y respeto. Esto tiene que ver con que la primera vez que incursioné en el liderazgo fue con equipos ágiles, un enfoque donde el líder muchas veces es designado por sus mismos compañeros de equipo. Esta experiencia me sirvió, entre otras cosas, para tener más confianza en mis capacidades de movilizar a las personas, escuchar activamente, identificar capacidades en cada uno de los miembros y, por sobre todo, me permitió darme cuenta que un líder es “quien hace que otros brillen con su luz propia”.

Por lo anterior, mi foco siempre ha sido el desarrollo de las personas: acompañarlas en sus procesos de crecimiento, saber por qué hacen lo que hacen y poder impulsarlos a descubrir y seguir sus propósitos. Creo que esto es clave y marca una diferencia muy importante en la huella que podemos dejar en otros, porque aunque esto siempre tiene que nacer de la persona interesada, lo importante es que el líder esté a disposición para trabajar en el desarrollo de su equipo.

En este artículo no compartiré tips infalibles como una receta de cocina, sino los aprendizajes que me han sido más útiles y valiosos en el camino del liderazgo:

• Para alcanzar tus metas, sean personales o laborales, debes ser perseverante, ya que a veces el camino no es fácil, pero es importante disfrutar el recorrido. Con el tiempo verás que la gratificación de los avances y, por sobre todo, de lo logrado, será tu mayor regalo.
• Una de las actividades claves en el desarrollo de mi liderazgo ha sido escuchar la experiencia de otros líderes referentes para mí. He tenido grandes modelos en mi historia profesional, y escucharlos, conocer sus historias, visiones, aprendizajes y los desafíos a los que se han enfrentado, si bien no asegura la clave del éxito, de seguro te entregará valiosos aprendizajes.
• Reúnete con quiénes serán tus líderes, pares y equipo, para saber qué esperan de ti, cómo les gustaría trabajar y los proyectos en los que tú podrías aportar. Lo importante es que esta no sea una actividad esporádica, sino que es fundamental que este relacionamiento y las instancias de feedback sean un hábito permanente.
• A pesar de que el networking debería ser parte de las actividades que realizamos a diario, todas sabemos que a las mujeres en la práctica nos cuesta mucho más. Por eso, aquí menciono dos grupos que te pueden ayudar a hacer esta actividad parte de tu día a día: Líderes y personas referentes, que estén al interior de tu organización o fuera de ella. Solo debes priorizar a las personas que consideras que más te aportan en la búsqueda y concreción de tus sueños.

Por último, recomiendo que no olvides nunca tus comienzos y que un día también partiste de cero en el camino del liderazgo, con miedos y sueños. Me gusta recordar que en la formación como coach me enseñaron que “los líderes no saben más que tú, solamente van un poco más adelante en el camino de aprendizaje”.

La humildad es una de las enseñanzas que trato de poner en práctica todos los días, porque no existen líderes perfectos y por muy drástico que suene, nunca los habrá. El verdadero liderazgo no se trata de tener poder jerárquico, sino de estar al servicio a los demás con integridad y empatía. Al final del día, la calidad humana de un líder es lo que realmente importa en cualquier organización, además de entender que cada día es una nueva oportunidad para seguir aprendiendo de quienes te rodean.