Diseño de experiencias: Expectativa vs Realidad
Durante mi camino como diseñadora he pasado por múltiples etapas que he podido identificar ahora, mirando toda la historia en perspectiva, y decidí contarla ya que viendo a mi yo del pasado hubiera sido bueno conversar sobre lo que se venía.
Parte importante de mi crecimiento fue salir de mi zona de confort y atreverme a hablar, hablar de mis experiencias, hablar de mi conocimiento y el de los demás. Es por eso que escribo este artículo hoy, saliendo nuevamente de mi zona de confort porque escribir no es algo que haga con frecuencia, al menos no algo que leerán más personas.
Cuando comencé en el mundo del diseño tenía una serie de expectativas que resultaron tener un gran contraste con la realidad que me tocó vivir, a continuación les cuento 8 de ellas:
- 1 “Estudio estos 5 años, encuentro pega al tiro y estoy lista”
… Bueno, fácil no fue, me encontré con frases célebres como “aquí no contratamos mujeres porque quedan embarazadas”, “estamos buscando a alguien con más experiencia”, entre otras, por lo que decidí hacer mi propia experiencia y comencé un emprendimiento. - 2 “Woohoo, ¡Nunca más voy a hablar en público!”: No solo me tocó volver a hablar en público por la misma profesión de trabajar en diseño de experiencias, sino que me atreví a hacerlo para ayudar a otras personas a crecer y eso me motivó tremendamente a salir de mi zona de confort.
- 3 “Yo sola puedo con esto”
Una sale de la U pensando que debe ser capaz de hacer las cosas sola como si fuera algo necesario y no lo es. Yo no quiero hacer las cosas sola, en todos lados hay personas que nos apoyarán en nuestro trayecto y nos impulsarán a crecer. Mi mayor crecimiento y mi espacio más seguro ha sido trabajando en equipo, apoyándome en personas en quienes confío y que me enorgullece decir que sin ellas no lo hubiera podido hacer.
- 4 “No me puedo equivocar, voy a quedar mal parada”
A pesar de ser algo que no queremos que pase, es reflejo de que somos humanos, que podemos aprender a convivir con nuestros errores y que de hecho, son instancias que nos favorecen. Encontré lugares donde puedo embarrarla y gracias a eso mis errores han sido mis mayores aprendizajes. - 5 “Si lo dice tu jefe, tienes que hacerlo”
Esto es algo que me recomendó alguien muy cercano — “lamentablemente es tu jefe y debes vivir con eso”. Y algo que la realidad me ha demostrado es que debo fijar mis prioridades. Primero mi bienestar y mi familia, luego el trabajo. Me encontré con frases como “Esto hay que sacarlo si o si para mañana, aunque pasemos de largo” y me encontré con situaciones en las que se me pedía no seguir mis propios valores — “tienes que ponerte bonita para ir a la reunión”. - 6 “El diseño no paga”
Hay personas que nos dicen que hablar de esto es feo, sin embargo es algo que nos preocupa al momento de elegir una carrera. Cuando decidí estudiar diseño me enfrenté a muchas personas que tenían la convicción de que el diseño o cualquier carrera artística debería ser más un hobby que una profesión. Yo decidí dedicarme a lo que me apasiona porque es lo que me mueve a compartirlo y a dar mi 110%. Cuando entré al mundo de la tecnología pude ver y vivir como la unión de muchas profesiones se potencian entre sí. En un equipo multidisciplinario en el mundo de la tecnología el diseñador tiene el mismo valor que un ingeniero informático y comercial. Todos aportan con su conocimiento para llevar a cabo una sola solución. - 7 “Mi proceso será nice and smooth”
Así es como pensé que sería mi desarrollo profesional:
- 8 “La maternidad obviamente no será un problema”
Y aquí me he sorprendido enormemente para estar viviendo en el 2020 y seguir encontrándome con estas frases: — “¿Qué piensas hacer con el niño?” — “Es obvio que después del post natal no vas a volver y vas a quedarte en tu casa cuidando de él, ya te quiero ver tirando una licencia tras otra”.
Y es este último punto específicamente el que produjo un cambio de perspectiva, en el que más que expectativas ha sido la misma experiencia la que me ha forjado. Les cuento cómo ha sido para mí la maternidad en el mundo del diseño y tecnología.
Me convertí en mamá hace 2 años y esto ha sido un pilar importante en mi desarrollo como profesional.
- Aprendí a dar y recibir feedback: Uno aprende que todos estamos constantemente aprendiendo, como un niño. Esto ayuda a recibir el feedback constructivo como una oportunidad de crecer y darlo para ayudar a otra.
- Aprendí a trabajar mejor en equipo: Cuando me convertí en mamá no fue algo que hice sola, me apoyé de toda mi tribu — mi marido, abuela, mamá y papá, hermanas, suegros y amigas — . Aprendí a escuchar a los demás, tanto como valorar mi propia opinión.
- Liderazgo rotativo: Este pequeñito tiene iniciativa propia y ¿quién soy yo para cortarle sus alitas? Entiendo que debo guiarlo en muchos aspectos, pero él debe encontrar su propia forma de liderar y para eso somos su experimento. Dejaré que se equivoque y aprenda como todo niño debe hacerlo.
- Mindset lean:
Y este último punto lo rescaté de la charla “Diseñando como mamá, el mindset lean” de Silvia Angulo. No hay cliente más exigente que un hijo, a quien hay que resolverle sus exigencias de forma ágil y lean, sin perder tiempo en cosas que no nos ayudan a cumplir nuestro objetivo.
Y es que cada uno de estos puntos me han traído a estar acá hoy escribiendo este post y por eso les recuerdo: disfruten el camino y no nos apuremos por llegar a un final, aprendamos a experimentar y estar abiertas a resultados, siempre compartamos nuestro conocimiento y trabajemos en equipo respetando nuestras diferencias.
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Este artículo nace de una charla impartida dentro de la iniciativa “Charlas para niñas” de las mentorías de + Mujeres en UX.
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