Junta presencial +M 2023: Vínculos, emociones y sororidad
Este pasado viernes 24 de noviembre tuvimos nuestra primera junta presencial del año, donde más de 30 mujeres nos reunimos a compartir un picnic y conversar sobre UX en el Parque Intercomunal de la Reina, en Santiago de Chile. El propósito de este encuentro fue poder fortalecer las redes que hemos construido como comunidad — que si bien están activas de forma online, mediante actividades como las mentorías — al vernos en persona se pueden sentir mucho más vivas.
Un cálido recibimiento
En mi caso, soy voluntaria de +M desde inicios de este año, y esta fue la primera instancia de poder ver en persona a mis compañeras y de conocer a otras colegas que conforman la comunidad, por lo mismo, estaba muy entusiasmada. Después de mi última reunión del día, atravesé Santiago desde el Poniente al Oriente, me di un par de vueltas al parque buscando estacionamiento y llegué al punto de encuentro, donde se veía un grupo grande de mujeres sentadas en círculo.
Llegar a un espacio lleno de personas puede ser intimidante, e incluso se puede generar un momento incómodo al interrumpir una actividad, pero en este caso, se sintió como si todas estuvieran esperando tu llegada. Me acuerdo que comenté “ay chiquillas, ¡fue una tortura estacionar!” y pude escucharlas reír completamente relajadas. Me sentí de inmediato “en mi salsa”, a gusto, cómoda.
Pronto retomamos la dinámica donde cada una se presentaba y podía hablar un poco sobre su historia personal y profesional. Entremedio de los relatos cargados de emoción, tuvimos varias mini-anécdotas que aportaban con la cuota de risas: los pájaros que mancharon a un par de asistentes, el fotógrafo de un show de drones que nos ayudó a sacar la foto grupal, la entrevista improvisada que después él le hizo a nuestras embajadoras (ojalá podamos verla algún día), y como mención honrosa, los tiernos perritos que también participaron de la junta.
Las historias de vida que atraviesan nuestra trayectoria laboral
En este espacio de calidez pudo florecer la vulnerabilidad para compartir historias de migración, cambios de carrera, logros y decepciones profesionales; historias sobre la edad y la idea de “estar tarde” para ciertas metas, en resumen, historias atravesadas por el fenómeno de ser mujer trabajando en UX y en tecnología.
Escuchamos a colegas hablar sobre su llegada a Chile buscando nuevas oportunidades, sobre lo complejo que es tener una red de apoyo muy limitada, y al paralelo estar buscando trabajo como UX, en un macrocontexto donde las vacantes laborales no abundan. Por su parte, otras compañeras contaban sobre la trayectoria profesional que han tenido, y en ese camino, las decisiones que fueron tomando. Era imposible no sentirse conmovida ante la fortaleza de estas mujeres: compartimos sus lágrimas y celebramos cada alegría.
Fue muy reconfortante darse cuenta de que, en una u otra medida, todas podíamos identificarnos con la historia de quien teníamos al lado. Por lo mismo, en esta junta vivimos la sororidad a flor de piel, no solo en la complicidad de entender profundamente a la otra, sino también en el deseo de empoderarla a nivel personal, y con ello, profesional.
Cómo lo vivieron las asistentes
Tuve la suerte de poder conversar más de cerca con las asistentes que se quedaron hasta el final de la junta. Nos quedamos hablando sobre algunos temas en común que tenían nuestras historias, y días después aproveché de preguntarles también cómo había sido la experiencia para ellas. Me dijeron lo siguiente:
¿Por qué deberías asistir a la próxima junta?
- Hacer redes: es el motivo más obvio cuando pensamos en asistir a eventos de estas características. Sin duda, nos une el hecho de participar en una misma área profesional, pero el tipo de redes que se puede hacer en una comunidad motivada por la sororidad va más allá de aumentar el número de contactos en LinkedIn. Más bien, se forman vínculos, donde hay una interrelación basada en la experiencia común. Es encontrar compañeras que te escuchan, que quieren acompañarte en el viaje laboral, y, por supuesto, “dirían tu nombre en un lugar lleno de oportunidades” — como recientemente posteó Tere, nuestra embajadora.
- Abrir los ojos: a veces, la vorágine del día a día no nos permite dar un paso atrás y observar lo que vivimos desde otro lente…trabajando remoto, aisladas, eso se puede intensificar. El escuchar a otras compañeras te permite “abrir los ojos” a experiencias que tú también atravesaste, y te permite articular el consejo que tal vez necesitaste en ese momento. Por otra parte, es muy iluminador darse cuenta de que si bien todas las trayectorias son distintas, hay puntos (de dolor y de alegría) en común. Si asistes a una próxima junta sentirás el efecto de tener una reflexión compartida, lo cual es sumamente enriquecedor.
- Pasarlo bien: por último, pero no menos importante, si asistes a una próxima junta de seguro lo pasarás súper bien. No hay nada más entretenido que una junta de chiquillas, after office, con ganas de conversar. Te aseguro cálidos abrazos, risas contagiosas, anécdotas para el recuerdo, y ojalá, lazos para la vida. ¡Nos vemos en la próxima junta!