“La vida es una y está diseñada para hacer lo que uno quiera y le apasiona”
Cuántas veces hemos escuchado que la carrera que estudiamos en la universidad o instituto es algo que haremos toda la vida y que por eso hay que saber elegir.
Esa frase fue una de las que llevó a Camila Bascur a estudiar Ingeniería en Informática. Pero ella, en la medida que avanzaba en su carrera, se dio cuenta que sus intereses eran otros, más cercanos al ámbito social y cómo ayudar a las personas.
Conversamos con ella para que nos contara cómo hizo para pasar de una carrera con foco en la programación, a ser una talentosa UX Reasearch en Cencosud.
¿Qué te llevó a estudiar Ingeniería en Informática?
Fue un periodo súper difícil estar en cuarto medio y sentir la presión de estudiar algo que además debía darme a corto plazo un bienestar económico. Eso me llevó siempre pensar una ingeniería, porque siempre me gustaron las matemáticas y era buena en ello e informática porque era algo que se veía potente y en crecimiento.
¿Fue lo que esperabas?
Totalmente NO. Sigo convencida de que muy pocos estudiantes saben a ciencia cierta qué es lo que quieren estudiar o cuál es su camino. Yo siento que no lo tenía claro y entre tanta información que te entregan y, a su vez, no tener conocimiento pleno de ninguna carrera, fue una decisión difícil. Sumado a que se tiene instaurado el “es algo que harás toda la vida”, es como estar entre la vida y la muerte jajajaja. Pero siempre se puede dar vuelta y hacer algo que a uno le apasiona y te haga feliz y puede o no ser algo cercano a tus estudios, y está bien.
¿Cómo llegaste al research?
Fue un camino arduo. Nunca me sentí a gusto estudiando informática, ni tampoco sentí esa pasión que muchos tienen. Solo sabía que debía terminar la carrera y ver qué podía hacer para evadir un poco el mundo de la informática. Así fue como en mis últimos años de universidad tomé algunos ramos optativos ligados a la investigación de la experiencia de usuario. Ahí fue donde “vi la luz”. Primero porque era buena y segundo porque me gustaba. Posteriormente hice mi tesis en experiencia de usuario y ahí fue cuando mi cerebro hizo click y dije “esto es a lo que me quiero dedicar”.
¿Qué te enamoró en esa área o qué fue lo que te hizo decir “esto es lo que quiero”?
El ámbito social siempre estuvo presente en mí. Recuerdo que desde el colegio estaba preocupada por el sentir y bienestar de las personas y siento que eso fue un impulso a decir que la investigación de la experiencia del usuario era mi foco y era a lo que me quería dedicar. Siento que en nuestra área lo que nos mueve es hacer pasar un momento agradable a las personas y, a su vez, entender de primera fuente cuáles son sus necesidades y que es lo que los motiva a comprar, por lo que era hacer lo que me gustaba hacer de pequeña pero ahora de manera remunerada. Me apasiona ser la voz de las personas que muchas veces no son escuchados o entendidos.
Paralelamente hiciste el doctorado en Informática ¿qué te llevó a hacerlo?
Luego de hacer mi tesis de pregrado enfocado en UX, fui indagando más en un área de la ingeniería informática que busca estudiar al usuario en todas sus variables, pero desde el punto de vista informático. Y fue así como decidí seguir estudiando. Primero como una forma de desligarme un poco de lo que hace la mayoría de los que estudian informática, que es programar, y finalmente como una forma de profundizar en el área de experiencia y de mezclar el ámbito académico con el ámbito empresarial, que siento no es muy explotado hoy en día.
¿Qué ámbitos de la informática crees que te ha sido útiles como research y vice versa?
Creo que más que ámbitos de la informática, siento que fue más la formación que recibí en la universidad la que me preparó y me ayudó a guiar mi camino como investigadora. Lo principal, que me ayudó muchísimo, es tener un pensamiento crítico y no quedarme con lo que me enseñaron. Entender que siempre hay un mundo por descubrir y más si se trata de trabajar con personas. Por otro lado, que muchas veces lo que quieren las personas no es lo que necesitan y no es lo que les va a solucionar su problema. Sumado a esto y como no era buena programando siento que eso potenció mucho mis habilidades blandas, que hoy en día son fundamentales para trabajar como investigadora dentro de una empresa.
Recuerda a la Camila pequeñita: ¿soñaba con lo que estás haciendo hoy? ¿algo de eso se ha cumplido?
Siento que de cierta manera ha sido un camino de descubrimiento. Si miro hacia atrás siempre quise estudiar algo relacionado con la salud, porque mi objetivo era ayudar a las personas. Pero la biología y yo nunca fuimos buenas amigas. Creo que encontré esa forma de ayudar, quizás no directamente y un ámbito no tan crucial como es la salud, pero desde un área que me llena. Lo que le diría a la pequeña Camila es “Confía en tí. Confía en que todos los caminos por los que cruces te ayudarán de alguna u otra manera a formarte como persona y también como profesional. Descuida, que al final del camino, encontrarás y conseguirás hacer lo que te apasione”.
¿Qué consejo le darías a una persona que está terminando una carrera y siente que podría dar el salto hacia el UX pero tiene temor?
Que no importan cuantos UX existan. Siempre uno se puede diferenciar y entregar un granito de arena distinto. A veces por mucho que te digan que algo está saturado, siempre hay un camino para llegar a donde uno quiere. A veces es más corto, otras más largo, pero ¡qué importa! La vida es una y está diseñada para hacer lo que uno quiera y le apasiona.
Para concluir, Camila nos deja un consejo para todas las mujeres que están dando sus primeros pasos laborales, en especial en nuestra área de UX: “Cuando uno empieza sus primeros trabajos, uno no se cree capaz de nada, aun teniendo los cimientos. ¡No duden de ustedes, ni de sus conocimientos, créanse el cuento donde quiera que vayan!.
Si quieres seguir y conocer más a Camila, puedes hacerlo por LinkedIn e Instagram.
