Lo que nunca dije

Sobre los amores que me hicieron crecer, aunque no quería

Loy Salazar
Maitrenial
2 min readOct 3, 2018

--

Estoy agradecida por la vida que viví antes. Esa vida que me permitió experimentar un amor estable, de esos que te dibujan los días con trazo suave.

Estoy agradecida porque esa vida fue larga y bonita. Pero sobre todo agradezco que se terminó en el momento adecuado. Yo busqué mi bienestar y aunque en ese momento no lo parecía, también busqué el suyo.

Tu bienestar ya no era yo.

En el arrebato de todo lo que pasó quizás no te dije cuánto significaste. Ya es muy tarde para hacerlo y es posible que no sirva de nada, pero tengo que decir que lo fuiste. Y lo digo en pasado y espero que se entienda. Lo fuiste. Y solo pido que esa historia quede ahí donde debe estar: en el pasado. Ahora, por favor, «vive tu vida, que yo la mía no la cambio por nada».

Estoy agradecida porque después de esa vida encontré más vida y más amor. Encontré un amor breve, intenso, que me hizo olvidar. Un amor que me enseñó que querer sin límites no es bueno. Un amor desbocado, alocado, fugaz… doloroso. Era el amor que yo pensé que necesitaba para estar bien. Fue la primera vez que sentí que se rompía mi corazón.

Mi bienestar no eras vos.

Te vi alejarte con los ojos llenos de lágrimas y quise morirme mil veces todos los días después de ese adiós porque sabía que era el último. El dolor acumulado por tu indecisión y luego por la pérdida de lo que nunca llegamos a ser me ayudó a encontrar la fuerza que necesitaba para encarrilarme. Nunca he podido darte las gracias por tu paso fugaz en mi vida.

Estoy agradecida porque el dolor que viví me ayudó a conocerme y a reconocer mi voz en medio de todas las voces que a menudo quieren decirte qué hacer.

A través de lo que viví, entendí que sin amor no somos nada. Cultivarlo, descubrirlo en sus múltiples formas, disfrutarlo, compartirlo y nutrirse del amor que desinteresadamente dan otros es vida.

--

--