Merezco ser feliz

No le tengan miedo a su proceso. El camino es largo, yo lo sigo recorriendo.

Loy Salazar
Maitrenial
2 min readSep 18, 2020

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Hace unas semanas noté que dejé de escribir hace ya algunos meses. Ni siquiera en mi cuaderno hay registro de notas espontáneas o pensamientos que pretendo recordar para escribir sobre ellos luego. Nada, puro silencio. Pero es un silencio lleno de luz porque escribir para mí siempre ha sido terapéutico. Usualmente es un escape de la vida común cuando el día a día me consume, cuando la gente y su sinsentido me harta, cuando extrañar duele, cuando tengo el corazón roto. Y ahora no me pasa nada de eso. La vida no es más “común” y el día a día se presenta diferente cada 24 horas. El sinsentido de la gente sigue ahí, pero lejos, aislado, aún a resguardo tras las largas jornadas de cuarentena que nos impuso 2020. Siempre extraño; mi vida es un constante extrañar porque siempre hay alguien lejos o porque ahora yo estoy lejos. Y pese a eso mi corazón no está roto. Pieza por pieza lo reconstruí, lo cuidé, lo nutrí, lo fortalecí y un día el amor tocó a su puerta de nuevo y lo ha llenado todo de los colores más vibrantes que existen. Es un amor que no consume, sino que alimenta; no tiene orgullo, no demanda, no exige; da de manera generosa sin esperar nada a cambio. Un amor maduro, lleno de gracia y de respeto. Un amor que me motiva a ser mejor persona, a dar el 100 por ciento cada día, a querer una familia. Me desconozco como la persona que era, pero me reconozco como esta nueva persona que soy hoy después de años de arduo trabajo interior. Y con mucho orgullo disfruto de mi ser y lo comparto con quienes me han querido a través de todo mi proceso.

No le tengan miedo a su proceso. El camino es largo, yo lo sigo recorriendo. Pero ahora me paro derecha, me acomodo mi corona y disfruto de lo que tengo porque he trabajado por ello… porque lo merezco. Merezco toda la felicidad del mundo. Merezco ser feliz.

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