EL MARKETING BARATO DEL 3D, 4D, 5D… Y AHORA 8D

Maklabi
MAKLA ON DESIGN
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4 min readOct 19, 2018

Qué aburrido suena ya el 2D, posters impresos en un papel o una cortadora láser que corta o graba en madera. El 3D llegó en los ochenta a los videojuegos con títulos como I, Robot (1983, Atari)y Battlezone (1980). Aunque en su día fueron toda una novedad, ya estamos acostumbrados a ver videojuegos realistas e inmersivos y en la actualidad esta tecnología ya ha saltado al cine. Incluso tenemos impresoras 3D que imprimen objetos en 3D dejando atrás la impresión en papel.

Izquierda captura del juego Battlezone y derecha I,Robot. Primeros juegos poligonales en 3D.
Evolución de los gráficos 3D de videojuegos. The rise of the Tomb Raider (2015)

Hace ya un par de años, en una entrevista sobre impresoras 3D, me preguntaban si conocía las impresoras 4D. Intenté explicar sin éxito al periodista que no existían las impresoras 4D. Le expliqué que hacía tiempo que se estudiaban los materiales inteligentes que cambian sus propiedades y que sabía que se estaban imprimiendo dichos materiales. Pero que eso no tenía misterio alguno. Que no era una impresora 4D, simplemente una impresora con la que se imprimían materiales muy interesantes. Se ve que mi explicación no fue lo suficientemente cool porque el periodista siguió insistiendo en impresoras 4D.

No suficiente con ello, en las últimas vacaciones vi un anuncio de unos nuevos cines en los que las películas se emitían en 6D. Intenté buscarle la lógica o algún otro tipo de explicación en el anuncio y lo único que encontré es que las sillas se movían ligeramente y que te mojaban con agua durante la película. Curiosa concepción de las dimensiones…

Ahora, la última moda, el tema viral del momento, es la música 8D (ojo que pronto nos quedamos sin dimensiones). No voy a entrar a explicar qué es la música 8D porque no soy experta en música y porque Jaime Altozano lo explica maravillosamente bien. Os recomiendo ver el vídeo.

Dejemos las cosas claras.

Todo lo que hemos citado hasta ahora no pasa las 3 dimensiones (anchura, profundidad y altura), si me apuráis en algunos de ellos tenemos el componente del tiempo, pero no tenemos ni 5D, ni 7D, ni 34D. La teoría de cuerdas indica que puede haber 10, 11 o 26 dimensiones matemáticas (aun no está claro) pero solo si hablamos de concepción de teorías matemáticas para la explicación del universo.

Por lo tanto, ¿Por qué se habla de tantas dimensiones?

Yo tengo dos teorías: El marketing y periodismo inculto o sensacionalista.

Como ya hemos visto antes los términos 2D y 3D ya han sonado demasiado en las décadas pasadas con lo que si quieres llamar la atención pero a su vez quieres usar términos reconocidos tienes que añadir dimensiones a tus anuncios, aunque no tengan sentido. La gente se deja llevar y aunque no haya oído en su vida el termino 8D da por sentado que se trata de una nueva tecnología. Sea cual sea y funcione como funcione. Nos guste o no hay palabras que inconscientemente asociamos con tecnología punta: cuántico, en la nube, dotado de big data, full HD FXD RS, todo aquello que lleve números como 4.0, 6D… En realidad todo ello son palabras vacías usadas en marketing para generar interés.

El periodismo rápido y superficial es la segunda razón por la que se le da bombo a este tipo de términos. En la mayoría de los casos los periodistas tienen que cubrir un amplio abanico de temas. A veces el propio periodista no entiende al entrevistado o no entiende la publicación científica que cubre y asume que el resto tampoco lo entenderemos. La poca cultura científica que existe es retroalimentada por noticias mal publicadas o simplificadas para que todos los públicos puedan comprenderlo. Esto lleva a que muchas veces el periodista cree que la gente entenderá mejor la palabra “impresión 4D” que hablarle y explicarle correctamente qué es un material inteligente o con memoria formal.

Soy de la opinión de que, en lo que artículos divulgativos se refiere, estamos llegando a publicar papillas de noticias donde no solo se cometen errores científicos sino que confunden al lector. La incomprensión del periodista o la búsqueda del sensacionalismo con titulares poco rigurosos echan por tierra el trabajo de muchos divulgadores científicos que hacen una labor genial en dar difusión a la ciencia.

Pero ante todo, el error es nuestro, por no informarnos y ser críticos con lo que leemos. Si nos hablan de 7 dimensiones lo mínimo es preguntarnos qué significan esas dimensiones, a qué se refiere con ese término y si esa publicación tiene el rigor suficiente como para tomárnoslo con seriedad.

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