La droga llegó al Papa

Mal-Tratados
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3 min readNov 30, 2016

Por Camila Resola

El Papa Francisco enmarco a Argentina como consumidor problemático de drogas y “hasta un poco de producción”, en el seminario “Narcóticos, problemas y soluciones de esta plaga mundial” en la Pontificia Academia de Ciencias que reunió cerca de 150 jueces, políticos y dirigentes de todo el mundo.

Días atrás, la Iglesia pidió que el Estado declare la emergencia nacional en adicciones ante el fuerte avance del consumo de drogas.

El padre Pepe Di Paola advirtió al presentar un documento de la Comisión Nacional Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del Episcopado que “hay que poner el ojo en tantos chicos que podrían no caer en la droga con un trabajo inteligente del Estado y la sociedad civil”.

“No podemos caer en la injusticia de clasificar al drogadicto como si fuera objeto o un trasto roto. Cada persona ha de ser valorada y apreciada en su dignidad para poder ser sanada”, aseguró Francisco en su discurso.

Vanesa Troncozo, presidenta de la ONG “La Misión”, un centro de prevención de adicciones bahiense que viene trabajando desde hace 15 años en este tipo de problemáticas, valoró en relación a esto que “el consumo ya está instalado, pero alguien tiene que motorizar para que ese pensamiento cambie de forma colectiva. Hoy es fundamental enfocarnos en políticas de prevención como él menciona. Y no tanto en el problema”.

Troncozo, que es socioterapeuta, sostiene que “vivimos en una cultura de consumo. Cualquiera de nosotros que no tenga consumo problemático de drogas legales o ilegales, cuando está mal, busca hacer algo que le guste. Todos como seres humanos buscamos fuentes de placer. El adicto no es tan diferente a nosotros en este sentido, pasa que su recurso de placer no es el mejor. El problema de la persona adicta no es que consuma o deje de consumir, lo que tiene que resolver es la emoción y vivir estas de manera funcional”.

Los últimos números oficiales brindados por la SEDRONAR sobre el uso de estupefacientes en el territorio argentino, durante el periodo 2001 y el 2011, reflejaron un notorio aumento en el consumo de drogas duras como la cocaína, la morfina y la heroína, aunque también caben dentro de la definición el alcohol y las anfetaminas.

Carlos Ibarra, pastor cristiano de una Iglesia Bautista, opinó que temas tan delicados como las adicciones hay que abordarlos de manera integral. Retoma al Papa cuando el máximo Pontífice menciona que “la formación humana integral es la prioridad; ella da a las personas la posibilidad de tener instrumentos de discernimiento, con los cuales puedan desechar las diferentes ofertas y ayudar a otros”.

Esteban, un sacerdote platense de la Catedral, consideró que “ hoy es necesario pensar en modelos de prevención que atiendan a chicos de barrios bajos, ya que es en esos lugares donde más se encuentra el mayor consumo y las grandes ventas”.

Un informe del 2015 del Observatorio de Políticas Sociales en Adicciones de la Ciudad de Buenos Aires afirmó que hubo un incremento del porcentaje del consumo de drogas sintéticas- aquellas que se fabrican a través de procesos químicos- que alcanzó el 300%.

Por otro lado, Francisco “Patico” Correa, sociólogo y referente político del ENPL (Encuentro Nacional Popular Latinoamericano) analizó la dimensión política y social del conflicto con el narcotráfico en el país. “Francisco pone en agenda la cuestión del narcotráfico, y se refiere a un flagelo en el que muchos bancos utilizan para lavar y blanquear fondos”.

Correa enfatiza que “no se puede entender la cuestión del narcotráfico y el problema de las adicciones sin antes saber que hay un sistema financiero y bancos que legitiman esa política y son cómplice”. Asociar el narcotráfico con los grandes bancos, dice Correa, es visibilizar la dimensión económica y política del problema.

“El Papa alerta sobre cómo en la Argentina la producción y la distribución son parte de un estado paralelo, que intenta fragmentar, dividir y romper las relaciones sociales construidas”, explica, “porque un país que está fragmentado y divido es mucho más débil para pelear frente a estas problemáticas.”

En ese marco, el lanzamiento del Plan “Argentina sin narcotráfico”, realizado en agosto por el presidente Mauricio Macri, suena bastante más a alineamiento con las políticas estadounidenses en relación a las drogas y de persecución al consumidos que a una genuina iniciativa contra un flagelo que destruye cada vez más jóvenes y familias.

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