Hola, ¿Está la Ciencia?

Eva Janeiro
MamaMail
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4 min readFeb 5, 2019

Que se ponga

ATENCIÓN: Este artículo es, como siempre, una experiencia vital personal de mi conocimiento -limitado- de cómo funciona el mundo desde una perspectiva lo más científica posible dentro de mis capacidades. Intento no ser magufa ni “amimefuncionista” pero yo no soy personal sanitario ni pretendo hacerme responsable de nada más que de lo que le pasa a mi familia. Dicho esto, vamos allá.

El invierno dura aproximadamente 3 meses, digamos, 90 días, de los cuales, mi hijo usa abrigo al salir del cole unos… 5 días, tirando por lo alto.

Eso sí, cuando toca salir de casa a las 9 de la mañana, parece que se vaya de expedición a la Antártida.

No falta el día en que escuche por alguna parte:

¿No tiene frío?

Llámame loca, pero creo que puedes preguntarle a él.

¡Se va a poner malo!

Saber el número de la bonoloto me iría mejor.

¿No le dices que se ponga el abrigo?

¿No ves que no?

Ahora mismo, mientras escribo esto, estamos en el ecuador del invierno y se ha constipado exactamente CERO VECES. Esta temporada lo único que hemos pasado, y hablo en plural porque yo también, es un “boca mano pie”.

¿Es mi hijo un superhéroe acaso?

Pues ya te digo yo que no. Seguramente ha sido fruto de la unión de la casualidad con unas defensas bastante apañadas.

Supongo que el que le puso el nombre de resfriado no nos hizo un gran favor al resto de la humanidad pero te voy a desvelar un secreto:

ES UNA ENFERMEDAD VIRAL.

Es decir, hace falta un bichito que vaya de una persona a otra para que se contagie. No lo produce el frío. Te lo prometo. Que no, que no.

Y por cierto, el sudor y la lluvia tampoco nos enferman ¡Sorpresa! :)

¿Y por qué nos enfermamos más en invierno?

Porque cuanto más frío hace, más nos encerramos en las casas y colegios, con todas las ventanas cerradas y la calefacción puesta. El caldo de cultivo perfecto para que virus y bacterias se hagan la ronda de humano en humano.

Y por cierto, la sensación de tener los pies fríos es un síntoma del resfriado, no una causa. Dejad que quienes disfrutamos de nuestros pies descalzos sobre el suelo vivamos en paz y armonía con el universo, leche ya.

En cualquier caso y retomando, el contraer o no un constipado, no es la razón de que Leo se ponga o no el abrigo, es una cuestión de libertad individual.

Yo no soportaría que otra persona me obligara a cocerme en el metro con el abrigo puesto o me hiciera quitármelo porque a ella le parece incómodo ¿Sabré yo lo cuáles son mis prioridades de confort mejor que nadie, no? Pues Leo y casi cualquier otro ser humano también, por puro instinto de supervivencia.

Es sencillo. Nadie pasa frío o calor por el mero hecho de pasarlo, es una respuesta biológica y natural del cuerpo.

Luego nos liamos la manta a la cabeza con bien de mindfulness pero negamos la autorregulación de nuestro cuerpo hasta para esto o para la saciedad, el descanso… Y así nos va.

Reclamar el cuerpo como propio es trabajar la autonomía, la autoestima y el autoconcepto a corto, medio y largo plazo. No subestimemos lo que eso puede suponer en otros ámbitos porque el precio es muy caro.

Para escribir este artículo, me hubiera encantado ponerle a Leo en la muñeca mi pulsera de actividad porque me gustaría compararla con la de una persona adulta en un día normal. Hablo de los cacharritos que se conforman con 8000 pasos diarios. Me da la risa solo de pensarlo. Además de eso, hay varios factores por los que pasan más calor que tú y que yo en este momento vital:

  • Su metabolismo está bastante más acelerado, cerca de un 25%
  • Su actividad es muy explosiva. Es como hacer entrenamientos hiit todo el rato.
  • Aunque no se desplacen en el espacio, no paran de moverse. Y lo sabes.

Me da mucha agonía ver a criaturas darse 300 vueltas al patio del colegio, con unos coloretes que ni the saw, que vienen a pedir quitarse la chaqueta (que ya dice mucho) y se van de vuelta al borde de la lipotimia. No sé ni cómo tienen ganas de seguir jugando.

En serio, ¿Cuánta gente conocéis que entrene con camiseta térmica, camiseta de manga larga, sudadera, plumas, gorro, bufanda, guantes…? Es fácil que tu hija/o está teniendo más actividad que cualquiera de esas personas. Si tú tienes frío ABRÍGATE TÚ.

Esto aplica también a taparles por las noches o a llevarles en el carrito con el equivalente a tres edredones nórdicos, que nos conocemos. Para un bebé la regla es una capa más de la que tú lleves. Es bastante más peligroso el calor que el frío. Ahí lo dejo.

Ah y en el coche, fuera abrigos. Ya no solo por temperatura, sino sobre todo, por SEGURIDAD.

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Eva Janeiro
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