Tres

Madre mía, tres años ya de aquel 5 de septiembre de 2013 en el que solo sabía llorar. Parece que fue ayer y parece que ha sido siempre.

Supongo (espero) que la mayor parte de las madres recuerden el día del nacimiento de su(s) bebés como un día mágico, especial, extremo, qué duda cabe, pero en el que la oxitocina lo empaña todo y se convierte en purpurina y sobredosis de amor.

Yo no. Apenas recuerdo nada de aquel 5 de septiembre. Creo que mi cerebro se niega a atesorar aquella sensación de vacío, de pesadilla de la que no podía despertar.

Atrapada en la UCI con vías en los dos brazos, apenas si podía moverme para secarme las lágrimas, que no paraban de salir.

No sabía cómo estabas, si respirabas sólo o con ayuda, si tu padre estaba contigo, si alguien te había tenido calentito en brazos o no. No sabía nada y eso me mataba de pena.

Para mí tu cumpleaños siempre será nocturno, de cuando te escuché por primera vez, a lo lejos, como un gorrioncillo asustado, saliendo a la fuerza de mis entrañas.

No estuvimos juntos ese 5 de septiembre. Me robaron tu primer cumpleaños y eso sí que no lo olvidaré. No me interesa ese día, no fue tuyo, ni mío, ni nuestro, dejémoslo pasar, ya vendrán otros y todos serán mejores.

Cuando te conocí de veras fue como si hubieran venido los Reyes Magos. Recuerdo cómo esa mañana las enfermeras de la UCI se esmeraron en prepararme para nuestra cita. Con qué cariño y con qué ilusión me peinaron y me pusieron en la silla de ruedas para abrazar por fin al amor de mi vida. Y no se equivocaron. Me derretí ante ti y ya no he vuelto a recomponerme. Le diste a mi vida la vuelta y todo lo que me das es amor, vida, luz, calor.

No puedo desearte felicidades porque las tengo todas yo, desde aquel día en que por fin pude abrazarte. Te quiero tanto que me explota el corazón.

Gracias por elegirnos, gracias por acompañar nuestras vidas y gracias, GRACIAS por perdonarnos todos los errores que comentemos y devolvernos abrazos, besos y sonrisas. Eres la criatura más generosa que conozco.

En este cumpleaños, el regalo eres tú.