Todos hippies

Los mitos de las agencias de publicidad.

El fin de semana me junté a almorzar con una amiga a la que no veía hacía año y medio. Nos conocimos en el programa de mentoreo de Vital Voices. Mientras nos poníamos al día, me preguntó cómo me sentía trabajando en Sterling Cooper, ya que la última vez que la había visto estaba por ingresar a esa agencia.

Hablamos de Sterling Cooper, la multifamosa agencia de publicidad, uno de los lugares a los que cualquier estudiante de publicidad aspira a ingresar. Yo también fui una de ellos. Yo me autoenvié un mail a mi casilla de Gmail cuando tuve mi @SterlingCooper. Aclaro que cuando hice eso no era newbie y ya había trabajado en otras agencias para marcas conocidas (aerolíneas, medios, retail de tecnología, entre otras). Pero para una creativa publicitaria, Sterling Cooper eran palabras mayores.

El proceso de selección había sido largo: para incorporarme había pasado 7 entrevistas, charlado en diferentes idiomas con gente de 4 países. También me había juntado con el cliente, una de las compañías de la industria electrónica más importantes del mundo, a la que también admiraba (y admiro). Cuando entré, me puse muy contenta y pensé que me iba a quedar ahí mucho tiempo. Sí, eso creí, pero cuando mi amiga me preguntó qué tal Sterling Cooper, tuve que responderle que ya no seguía ahí, que había decidido renunciar y ahora estaba en una nueva agencia (otra de las agencias soñadas).

Ella se sorprendió. Luego me dijo que no era bueno para mi currículum que rotara de agencias y que, si quería poder balancear mi vida personal con mi vida profesional, iba a tener que cambiar de profesión. Ella conoce cómo es el mundo de las agencias, pero también cómo se manejan las empresas (no agencias), que raramente entienden la alta rotación que hay en publicidad. Recordé que cuando un publicista de agencia decide renunciar y se le pregunta el motivo por el que se va, si responde “Me voy a cliente”, no se le piden más explicaciones…

Como muchos ya se habrán dado cuenta, no menciono el nombre de la agencia real, menciono el nombre de una de las agencias más conocidas de la historia: Sterling Cooper, de la serie “Mad Men”. Porque los mitos de la publicidad están en todas partes, pero… ¿Cómo se le explica a alguien que pertenece al “mágico mundo” de los clientes (empresas que no son agencias) de qué se trata trabajar en la industria publicitaria local? ¿Cómo se le explica a un estudiante que la publicidad no es eso que vio en “Mad Men” o en “Lo que ellas quieren”? ¿Cómo se le explica a alguien de recursos humanos que no somos “todos hippies” y que la alta rotación es un síntoma de algo mucho más profundo que le está pasando a la industria?

¿Mitos verdaderos o falsos?

Dicen que trabajar en publicidad es glamoroso, que se gana muy bien y que todos son creativos, que los ambientes son lúdicos y relajados, que te la pasás de fiesta en fiesta y recibís regalos todo el tiempo. Pero…

• No, no es glamoroso ni te la pasás jugando a juegos mientras estás acostado en un puff. Gran parte del tiempo vas a tener que estar corriendo para resolver urgencias que nada tienen que ver con las que manejan abogados, médicos o bomberos. Sí, podés encontrar puffs o sillones, pero no quiere decir que tengas mucho tiempo para relajarte en ellos.
• Sí, vas a tener que quedarte varias veces hasta muy tarde o pendiente de tu trabajo los fines de semana. Y no, no te van a pagar las horas extra.
• No, no vas a recibir miles de regalos ni vas a tener miles de beneficios por trabajar con marcas conocidas. La “caja sorpresa” que le dan al personaje que encarna Mel Gibson en “Lo que ellas quieren” no suele ocurrir. Sí, en algunas áreas o si tu cliente es buena onda vas a recibir souvenirs o invitaciones a eventos interesantes.
• Sí, la gente se viste de una manera muy relajada y con mucha onda. Nadie te va a decir nada si te vestís de una manera original, ya que está bien visto ser y verse creativo.
• No, no es común encontrar publicistas mayores de 40. Y si vamos a hablar de mujeres, pocas veces vi alguna mayor de 35.
• Sí, los sueldos son más bajos que en otras industrias. Sí, los trainees ganan poco o nada. Sí, la forma más fácil de obtener un aumento es cambiando de agencia.
• Sí, el ambiente es muy chico, nos conocemos casi todos y te podés hacer muy buenos amigos. Sí, vas a encontrar gente multifacética, artistas encubiertos en forma de publicistas (fotógrafos, escritores, músicos, bailarines o pintores), así que si la creatividad es lo tuyo, vas a sentirte a gusto.
• Sí, tenemos más días de vacaciones que el común de la gente, pero rara vez vas a poder tomártelos todos juntos.

La alta rotación que hay en las agencias, en particular en las áreas digitales, es un síntoma de algo que ocurre hoy en día en la industria: imposibilidad de hacer carrera a largo plazo (se valora más al joven que al maduro), sueldos bajos, ausencia de diferencias entre lo que ofrece la agencia A de lo que ofrece la agencia B, poco tiempo para pensar estratégicamente y altos niveles de stress (todo se necesita para “ya”).

Creo firmemente que las mejores ideas creativas se generan en ambientes cálidos, lúdicos, organizados, flexibles y abiertos. Lugares luminosos, donde se puede crear y donde los objetivos son más importantes que las horas que uno pasa calentando una silla de escritorio. Espacios donde predomina el modelo de jefe-líder y no el de jefe-autoritario, donde uno puede proyectarse a futuro y retroalimentar sus conocimientos con actividades fuera de la agencia, donde se valora el aprendizaje, la curiosidad y el intercambio. Ambientes donde se irradia la motivación y donde la proactividad y la innovación se valoran más que la velocidad.

Ahora surge una nueva pregunta… ¿Podremos reconvertir la industria? ¿Podremos ofrecerle algo más a los publicistas que eligen seguir en las agencias y no pasarse del lado del cliente? ¿Podremos generar ambientes ricos en valores para seguir ofreciéndoles propuestas estratégicas y creativas a los clientes?

Yo sigo “en agencia”.

Cualquier duda, podés consultarme acá.

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