EUSKADI 2020: TODO DEPENDE DE LA PARTICIPACIÓN

Javier Alberdi
MásQueDATA
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8 min readJul 3, 2020

El próximo 12 de julio la sociedad vasca está llamada a las urnas. Sin embargo, la situación postcovid presenta un panorama incierto tanto para la participación como para el sentido del voto. La participación puede ser una de las grandes incógnitas de las próximas elecciones, como ya se vio en las elecciones municipales francesas donde bajo entre 18 y 20 puntos en la 1ª y 2ª vuelta.

En Euskadi la “nueva normalidad” se ha traducido en un aumento sin precedentes del voto por correo con hasta 8 veces más de solicitudes que en las pasadas elecciones. En cuanto al sentido del voto, habrá que ver si la baja de participación es homogénea en todos los partidos y edades o si lo sufren más aquellos con una mayor tasa de indecisos o con el votante más envejecido.

PNV: Victoria por incomparecencia

El PNV se presenta a estas elecciones con una victoria holgada según todas las encuestas, con hasta más del 40% de los votos, niveles que solo alcanzaron Ibarretxe en 2001 y Garaikoetxea en 1984. Urkullu no solo goza de una alta aprobación entre su base electoral anterior, ya que apenas un 3% de sus votantes en las pasadas autonómicas valoran negativamente su gestión, sino que su electorado se encuentra muy movilizado de cara a los próximos comicios (más del 70% ira a votar con total seguridad, la mayor tasa de movilización solo superada por EH Bildu).

Por otro lado, podría ampliar enormemente su base electoral ya que se llevaría votos de todos los partidos, desde PP+Cs (5,8% de los populares y 13,5% de los naranjas) hasta Elkarrekin Podemos (5,2%) pasando por PSE (4,1%) y EHBildu (2,6%). Sería también la segunda mejor opción como lehendakari para los votantes del resto de partidos, incluso para aquellos cuyos partidos se personan como oposición (21% de los votantes de Elkarrekin Podemos, 11% de los de EHBildu y hasta el 30% de los del Partido Popular) por lo que enfocar la campaña en el candidato, tal y como están haciendo, debería de resultar positivo para sus intereses electorales. Además, el marco electoral de optar entre Urkullu e Iriarte (EH Bildu) que han lanzado ciertos partidos, no hace mas que reforzar sus perspectivas electorales.

Por tanto, salvo sorpresa el PNV trasladaría a las urnas el resultado de las encuestas. ¿El único riesgo? La participación entre las personas de mayor edad, más proclives a votar a los jeltzales. Es por ello que estratégicamente la campaña de voto por correo masiva que han lanzado en estas elecciones es una buena apuesta para lograr que su base electoral no se quede en casa por miedo al coronavirus.

EH Bildu: Segundo puesto apostándolo todo a la cuestión nacional

EH Bildu ha optado por una campaña que atraiga a la practica totalidad de los votantes más nacionalistas o con una identidad nacional únicamente vasca. Hasta un 60% de sus votantes se siente únicamente vasco, cifra que no alcanza ningún otro partido nacionalista en unas elecciones autonómicas ni en Euskadi ni en Cataluña y que tampoco logra VOX en las elecciones generales en relación a una identidad nacional únicamente española.

El lema de campaña “Egiteko prest” (Listos para conseguirlo) se combina con distintas palabras como Herria (Pueblo, que haría referencia a Euskadi) y Askatasuna (Libertad) tal vez como un pequeño guiño a su votante más radical. Se da también una mayor preponderancia a cuestiones sociales y laborales que en anteriores campañas, con el objetivo de lograr al votante más nacionalista de Elkarrekin Podemos que puede haber optado en el pasado por esta opción en vez de por EH Bildu por las cuestiones sociales. Dicho trasvase parece ser que se está logrando ya que el porcentaje de votante de Elkarrekin Podemos que en 2016 se sentía únicamente vasco era del 11,5% y EH Bildu estaría atrayendo a entre el 6,3 y el 9,2% de quienes optaron por Elkarrekin Podemos en 2016*.

Generacionalmente EH Bildu tiene una mayor penetración entre el votante más joven en relación con los demás partidos**, por lo que si el coronavirus provoca un efecto de bajada de participación con sesgo generacional podría verse altamente beneficiado. Un ejemplo de esto podría ser si se diera un rebrote en Bizkaia (donde el PNV tiene una mayor concentración de voto).

Elkarrekin Podemos — IU: A la contra de sus votantes y con un resultado que peligra

La última encuesta del CIS ha dado cierto margen a EP en contraposición a otras encuestas que le otorgaban una cierta bajada. Sin embargo, todo esto podría resultar un espejismo ya que casi un 30% de su antiguo electorado se encuentra indeciso y obtiene una fidelidad de voto muy baja, por debajo del 50%. Si finalmente no es capaz de movilizar a su electorado y acaba generándose una abstención que afecte especialmente a los indecisos, podría llegar a bajar de la cifra mágica de los 100.000 votos.

Respecto al enfoque de la campaña, hasta el momento se ha centrado mucho en la necesidad de un tripartito con EH Bildu y PSE, a pesar de que dichos partidos ya han dejado bastante claro que no van a pactar entre ellos. Por otro lado, este enfoque tan de tripartito y sin aspirar claramente a liderarlo (llegando a compartir parte del lema de campaña con EH Bildu), puede generar grandes problemas en sus bases electorales que mayoritariamente no tienen una buena percepción de EH Bildu y que podría explicar esa gran tasa de indecisos. También genera entre sus votantes esa imagen de que hay que optar entre Maddalen Iriarte e Iñigo Urkullu y en esa tesitura Urkullu sale mejor parado: el 62% del electorado de EP le aprueba frente al 44% de Iriarte y el 47% de Gorrotxategi; el 21% del electorado de EP preferiría a Urkullu como lehendakari frente al 8% que preferiría a Iriarte y el 30% que preferiría a Gorrotxategi.

Buena parte de las bases electorales de EP acaba decidiendo el sentido de su voto a última hora y tal vez no haya una gota (o Super Trionics) que colme el vaso y que les genere una baja tasa de fidelidad de voto, pero si que se encuentra con un gran problema de desconexión con sus bases que podrían seguir votándoles (voto cautivo) ante la falta de alternativa pero que les abandonarían muy rápidamente si esta se genera. Así pues, la estrategia de supeditación a Bildu por la que han optado, no parece que sea la que mejor resultado les puede generar.

PSE: Buscando el voto sanchista

En las elecciones generales de noviembre el Partido Socialista obtuvo hasta 100.000 votos más de los que obtuvo el PSE en las elecciones autonómicas de 2016. Por lo que generar la percepción de que el PSE es lo mismo que el PSOE de Pedro Sánchez es una opción ganadora para tratar de acercar a ese votante extra, que en principio esta optando por el voto dual PNV-Sánchez (hasta 37.000 votos)***. Este enfoque de campaña ya tuvo un antecedente en las elecciones autonómicas de Navarra donde María Chivite obtuvo un aumento del 60% del voto y supuso que terminara encabezando el actual gobierno autonómico.

Salvo sorpresa el PSE mejorará resultados y por lo tanto su peso en la futura coalición de gobierno PNV-PSE, siendo tercera fuerza y recuperando cierta referencia como el principal partido progresista no nacionalista en detrimento de Elkarrekin Podemos. Esto se traslada también en una recuperación del voto joven (en estos momentos el PSE sería tercera fuerza entre las personas de 19 a 24 años) que tradicionalmente optaba por Elkarrekin Podemos (23,9% en 2016 y 5,5% en 2020)****.

A pesar de esta cierta recuperación del voto joven, que optó mas por Pedro Sánchez que por el PSE, los socialistas vascos siguen contando con un electorado envejecido, al igual que el PNV, por lo que una abstención con sesgo generacional podría perjudicarle al igual que al PNV, con la diferencia de que no ha realizado ese ejercicio de gran promoción del voto por correo.

PP+Cs: La radicalidad de Iturgaiz resta más que el antiforalismo de Ciudadanos

Tanto PP como Ciudadanos se encuentran en descenso en Euskadi y ya antes de que se formalizase la coalición quedaba claro que sería una de esas sumas que restan (como Podemos+IU en 2016, CDC+ERC en 2015 o Navarra Suma en 2019).

Todo hacía sospechar que la causa de dicha bajada iba a ser la aversión que causa la oposición de Ciudadanos al concierto económico en el votante foralista. Sin embargo, en estos momentos parece que el excesivo conservadurismo del candidato va a pesar más que la formalización de la coalición, al cual no aprueban más del 30% de los votantes de Ciudadanos y casi el 20% de los populares y que solo tiene asegurado el voto del 53% de los votantes populares y el 32% de los naranjas.

En cuanto a sus bases electorales, les ocurre como a PNV y PSE. Son votantes de mayor edad que en caso de abstención con sesgo generacional se verían especialmente perjudicados. Aun así, la coalición PP+Cs tiene garantizada su entrada en todos los territorios con al menos un escaño y es en Araba, su tradicional granero de votos, donde se juega el resultado.

EQUO: Apostar todo al verde podría no ser suficiente

EQUO-Berdeak tras su expulsión de la coalición por parte de la cúpula estatal de Podemos se enfrenta a unas elecciones en solitario por primera vez desde su fundación en 2012. Si bien a priori tiene difícil la entrada (ya en 2012 siendo novedad se quedó fuera) aun tiene opciones. Su participación y representación en la coalición durante la pasada legislatura le garantiza un espacio mediático que puede permitirle continuar en el Parlamento Vasco.

Sin embargo, esta centrando su campaña en disputar únicamente lo verde, con un mensaje de desbloqueo muy parecido al de Más País y sin remarcar claramente su programa social ni reclamar parte del espíritu de la anterior coalición electoral. La etiqueta ideológica de ecologista no ha variado en el seno de la sociedad vasca desde 2012, cuando tenían una menor competencia, por lo que apostarlo todo a esto no garantiza su entrada. Además, cabe recalcar que los grandes triunfos de los partidos verdes en Europa durante los últimos años han venido acompañados de una mayor presencia de las cuestiones de izquierda como en las pasadas municipales en Francia, las generales en Holanda o la campaña de Ska Keller en las pasadas elecciones europeas, que les granjeó un segundo puesto en Alemania.

Por lo tanto y a pesar de que una mayor abstención haría más fácil para EQUO la entrada por Araba, una campaña únicamente verde y no de partido sandia (ecosocialista) no garantiza su presencia durante la próxima legislatura. El debate electoral en EITB puede ser clave.

NOTA: Los datos sociológicos aportados hacen referencia a los datos brutos publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)

* Solo podemos suponerlo al no estar aún disponibles los microdatos del CIS y no poder cruzar esas 3 variables: recuerdo de voto a EP, IDV a EHBildu e Identidad nacional únicamente vasca.

** Sería el partido más votado entre aquellos que no tenían derecho a voto y entre los menores de 44 años, empatando entre los 35 y los 44 con el PNV.

***Diferencia entre los votantes del PSE que optarían por el PNV en función del recuerdo de voto de las generales de noviembre de 2019 y de las autonómicas de 2016.

****Hace referencia a la encuesta preelectoral del CIS de las elecciones autonómicas vascas de 2016.

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