El creyente que soy

Mauricio Valerio
Yo tengo un Blog
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3 min readApr 16, 2021

Soy creyente de la ciencia, de Kubrick, de la física. Soy creyente de las teorías que no se han comprobado, de lo infinito del espacio y de su expansión, de lo que se descubre cada día. Creo en las ondas de radio que viajan, han viajado y viajarán a millones de años luz, creo en Contact, en Sagan, en Hawking y en el católico Darwing. También me declaro creyente del hermano Francisco.

Soy seguidor innegable y orgulloso de los cuestionamientos, sean estos los fenómenos inexplicables o los milagros sanadores. La duda, por decirlo así, es mi religión. La duda inexplicable. ¿La ha sentido?

Y aunque no entienda muy bien la ciencia, no logre interpretar bien “2001” o me cuesten las fórmulas matemáticas, insisto: soy creyente de las interrogantes. Creo fielmente en que hay vida inteligente y que no llegaremos a encontrarnos. Creo en los planteamientos no por lo fantásticos que aparentan ser; creo en ellos únicamente por hacernos dudar.

Creo en la evolución que un católico practicante nos expuso y también creo en un movimiento religioso que tiene como base a un ser humano que un día se detuvo y decidió “hacer el bien”, respetar a los animales y a la naturaleza.

Eso es ser agnóstico. Nos alimenta las dudas y no el odio hacia la religión ni la crítica hacia lo más sagrado e inviolable de las personas: su fe.

En un párrafo pretendo explicar porqué no me interesa atacar el porqué un Papa oculta casos de Sacerdotes violadores de niños, ni porqué pastores lucran con la esperanza y la desesperanza y dolencias físicas o espirituales de miles de personas.

De eso se ha hablado y, si bien, no debe seguir sucediendo, los humanos y nuestras conductas superan nuestras creencias. El cerebro da para mucho y cada caso es digno de atención y, en su gran mayoría, de una terapia, de una reconstrucción. Todos debemos detenernos y pensar en qué creemos.

Cuestionemos nuestras creencias, nuestra fe. Entendamos la incomprensible dinámica y química del cerebro; del nuestro, del ajeno y del cerebro en general. Los músculos se ejercitan.

No caigamos en el debate de odio e incluso, no debatamos sobre las creencias de los otros sin entender las nuestras.

Si dudar es pecado, me iría feliz al infierno.

“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.” Friedrich Nietzsche.

“Lo que haces puede ser el único sermón que algunas personas escuchen hoy” San Francisco de Asís.

“El sentido del misterio es la única emoción que se experimenta con más fuerza en el arte que en la vida”, Stanley Kubrick.

Si usted se siente atacado por algo en este texto e incluso, si se siente identificado por cómo pienso, sepa que preferiría no saberlo y no entrar en discusión. Este texto es un desahogo, un pensamiento. No pretendo señalar a quienes se siente diferentes o mucho menos “evangelizar”. El título de estas palabras es claro. Estoy hablando de mi creencia.

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Mauricio Valerio
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Todo un colocho mental y verbal — Siempre en Shuffle Mode