La responsabilidad
Escriba un relato donde queden expuestos sus secretos, reales o ficticios
La noche en que enterramos a mi tío abuelo supe lo que estaba dispuesto a hacer una mujer angustiada para evitar que las lágrimas ensombrecieran mi rostro.
Se retiran las zapatillas, se deshacen de las largas medias de colegiala y descubren sus pequeñas pantorrillas: son carnosas y bronceadas. Me regalan pistas de su cuerpo: la piel bronceada, los músculos desarrollados, el olor aromático, los hoyuelos de la espalda, las piernas trabajadas.
Ahora recuerdo un viejo haikú que dice:
Al atravesar el río
en la pantorrilla de la mujer
una planta acuática florecida
Mi memoria se atrae por esa noche, los dos acostados viendo una película, la cabeza pensando en su buena fortuna, en el pariente que no conoció, y la mujer imaginando tristezas, asumiendo ese sentimiento como una fogata que debía extinguir.