Noticias falsas y procesos de verificación: el problema y la posible cura

Alejandra
MDE/12
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8 min readNov 28, 2017

El pasado mes de octubre se viralizó un video en el que se veía a varias personas disparando al aire en una vía pública. A través de aplicaciones como Whatsapp y redes sociales la noticia se esparció rápidamente llegando incluso a los teléfonos de altos funcionarios ¿Por qué? El vídeo venía acompañado de una leyenda que decía: “Escoltas de las Farc en Ituango y la fuerza pública sin poder hacer nada. Esto sucedió ayer”. Rápidamente se prendieron las alarmas hasta que llegó la aclaración: los hechos habían sucedido en un municipio mexicano, en el que era común los disparos al aire durante la celebración de algunas fiestas religiosas.

Este es uno de tantos ejemplos que han surgido en los últimos años a propósito del fenómeno de las fake news, información que se esparce en la red como pólvora, generalmente con un contenido emocionante, escandaloso y polémico acerca de algún tema de interés que crea una cadena de alarmas y rumores que por su popularidad puede llegar incluso a ser reproducido por medios de comunicación reputados que no verifican la información.

Durante los últimos años las fake news han estado presentes en la cotidianidad de la red, pues la posibilidad que da la web 2.0 de cambiar el estatus de la audiencia de pasiva a activa sumado a la popularidad de las redes sociales provocó un estallido de información en la que todas las personas podían dar su punto de vista y contar su parte de la historia creando un diálogo constante entre internautas.

Este fenómeno ha golpeado ámbitos como el político, el publicitario y el económico pues los beneficios de la web 2.0 han sido utilizados para esparcir información intencionalmente dañina a través de la tergiversación de los hechos y la producción de datos amañados a conveniencia. Últimamente se ha visto cómo esta información ha influenciado decisiones políticas como las elecciones en EEUU, el Brexit y la independencia de Cataluña; también se le da un uso exagerado en épocas electorales, donde los ataques entre candidatos y grupos políticos se intensifican sacando a relucir los pasados y errores de los contendientes y en muchas ocasiones difundiendo información incompleta o falsa para quitar votos.

En la publicidad también se han dado múltiples casos que si bien ya eran conocidos desde antes de la llegada del internet, se intensificaron de igual forma con las redes sociales, desde comparaciones entre productos hasta campañas de desprestigio que en la mayoría de casos terminan acabando con la reputación de la marca y sacándola del mercado o mermando sus ingresos. Como ejemplos tenemos a las comparaciones entre Pepsi y Coca Cola y el escándalo del operario muerto en un tanque de Pony Malta.

Pero las fake news no son un tema nuevo en el mundo de la información. Si bien el término se popularizó en los últimos años, las noticias falsas esparcidas a través de los medios de comunicación son igual de viejas que el ejercicio del periodismo, aunque su momento protagónico llegó con la aparición del internet provocando lo que expertos durante el Foro Económico Mundial dieron en llamar incendio digital, plasmado en el Informe de riesgos mundiales de 2013. En éste plasmaron su preocupación por las consecuencias que podía traer la excesiva libertad en las redes sociales, pues el desorden de información masiva que se está presentando afecta enormemente los aspectos económicos y políticos del mundo entero, generando desconfianza y confusión.

Este fenómeno ha causado una pérdida de credibilidad en los medios, los ciudadanos se han dado cuenta que en el espacio donde no debería existir la parcialización ni la información amañada es donde más se está dando. El periodismo debería contrarrestar las noticias falsas y no potencializarlas. Hoy en día los ciudadanos llegan a confiar más en la información que aparece en redes que la que aparece en medios, teniendo en cuenta que la cantidad de colombianos que abren cuentas en dichas redes crece con gran rapidez.

Según Edward Schumacher-Matos, director de Edward R.Murrow for a Digital World en Fletcher School of Law and Diplomacy de Tufts University, la elitización de los medios provocó una gran pérdida de credibilidad entre la gente del común, pérdida que fue alentada por la llegada de la web 2.0 pues ésta permitió una distanciación entre las agendas que proponían los medios de comunicación y la audiencia, la cual encontró en la libertad de la red la posibilidad de definir lo que querían consumir, dándole preferencia a contenidos más auténticos. “Entonces lo que pasó fue que se creó una cultura en línea que valora no la experiencia, no la pericia de los expertos elitistas sino entre comillas la “autenticidad”, esto significa que se de una compresión total del hecho, sin importar los conocimientos individuales o las fuentes sino que quien escriba sea a la vez protagonista en el suceso.

Ante ésta problemática se hizo necesario que los medios generarán confianza en su audiencia y que el proceso de filtrado de la información fuera más riguroso. Muchos de los errores que se cometen en los medios podrían preverse si se llevan a cabo pequeños procesos de verificación, los errores van desde cosas pequeñas como el uso de nombres y lugares hasta más grandes como la credibilidad que se le da a cadenas de redes sociales y a fuentes como políticos que siempre dicen las cosas a conveniencia; esto se produce muchas veces por el fenómeno de la inmediatez en las redes, pues la chiva se convirtió en un elemento importante en el periodismo para atraer audiencia y por ende, mayores ingresos.

La urgencia de una revisión más rigurosa de la información ha llevado a diversos medios a incluir procesos de verificación en sus salas de redacción. Casos como el de The New Yorker en el que se tienen dieciséis personas que son conocidos como fact checkers o verificadores y un director, cada uno de estos tiene una temática en la que se especializa, toda información debe pasar por el filtro del director y del verificador que maneje el tema. De esta manera se reduce la posibilidad de reproducir información dudosa o amañada por intereses externos.

El fact checking, sin embargo, no es algo que surgió gracias a internet. Viene de una tradición del periodismo estadounidense, en el que muchos medios contaban con secciones especializadas en comprobar datos en sus artículos desde principios del siglo XX, siendo pionera la Revista TIME. Estos personajes, que en un principio eran sólo mujeres se dedicaban a buscar en los artículos datos que podrían ser engañosos y pasar horas y horas en bibliotecas públicas tratando de verificar su veracidad. En los últimos años y gracias a las facilidades de la web estos procesos se han popularizado y muchos medios como The Washington Post, CNN y St Petersburg Times los han acogido. Además de esto se han dado propuestas independientes de páginas web dedicadas a la verificación de datos surgidos en la red, en la que buscan que tanto los medios como cualquier ciudadano pueda verificar información dudosa, por ejemplo están FactCheck.org, PolitiFact y Truthsquad.

En Colombia

Las noticias falsas también han sido tema de preocupación en Colombia, principalmente debido a las constantes disputas políticas y problemáticas de corrupción y crimen organizado, pues estas situaciones han sido caldo de cultivo para la desinformación y la tergiversación de datos. A pesar de los esfuerzos de los medios colombianos de ejercer una labor de verificación, la fuerza de las redes también los ha hecho víctimas de rumores que han reproducido, haciendo que paulatinamente éstos pierdan credibilidad entre la gente del común.

Durante el último año el país vivió un evento que marcó un hito importante en su historia y que por ende fue el centro de atención en la redes contando con un gran cubrimiento mediático: el plebiscito por la paz, el cual polarizó al país, los líderes políticos de cada bando buscaron estrategias para persuadir a las personas de votar de cierta manera y así decidir el futuro de los acuerdos por la paz.

De esta forma los partidarios del no se encargaron de difundir información falsa que evocaba la emocionalidad y la rabia de la gente para que no votaran por la refrendación de los acuerdos. Este hecho prendió las alarmas de muchos medios acerca de la propagación excesivamente rápida de información deliberadamente falsa con intenciones políticas. Basados en esta problemática se creó Colombiacheck, un portal que se dedica a verificar datos y afirmaciones hechas por políticos y personajes públicos con relación a la implementación de los acuerdos entre las FARC y el gobierno, así como otras declaraciones que interesen al debate político y social en el país.

Hasta el momento los medios colombianos no han implementado procesos de verificación de datos como tal , por ejemplo en el diario ADN, de circulación diaria y gratuita, el único filtro que existe es el del editor que junto al periodista revisa la información buscando incongruencias o errores, pero más allá de eso no hay un proceso serio ni estandarizado.

Lo más parecido que se tiene a un proceso de verificación son los consejos de redacción. Según el editor encargado de la ciudad de Medellín, Jaime Barrientos, en el ADN se tienen dos: uno diario en el que se discute los temas del día y otro semanal realizado los martes donde se establece la agenda para la semana, en él participan tanto periodistas como editores buscando tener consenso en lo que se va a publicar; sin embargo esto no puede considerarse como un proceso serio pues no existen figuras o profesionales que se dediquen de lleno a ello.

Los medios en Colombia se han visto igualmente afectados por las noticias falsas, influidos por intereses políticos y económicos que han degradado la relación que tienen con la audiencia, lo que ha potenciado la credibilidad en información no necesariamente verificada, como dijo Roberto Pombo, director de El Tiempo, los medios no deben convertirse en guardianes de la verdad, desmintiendo toda clase de información que circula por las redes, pero sí deben ser el lugar que la gente prefiera en un entorno mediático lleno de falsedades.

Las noticias falsas como fenómeno social denotan una crisis general en los medios de comunicación y en la forma en que las audiencias los ven a ellos, pues la pérdida de credibilidad y de su función de ‘cuarto poder’ han potenciado la aparición de actores sociales quienes se dedican a tergiversar información a su favor teniendo vía libre para llegar a la gente de manera más sencilla y creíble haciendo uso del estatus de ‘autenticidad’ y cercanía con el cual ya no cuentan los medios politizados, los cuales parecen preocuparse más por el rédito económico que por la fiabilidad de la información que producen.

Infografia: “Noticias falsas” ¿un término correcto?: https://medium.com/%40LaMoralejais/noticias-falsas-un-t%C3%A9rmino-correcto-8a3c65e06b3c

Vídeo: La Web 2.0: un entramado de posibilidades: https://youtu.be/KoJgIITEpRQ

Encuesta “Consumo de información en plataformas digitales: https://medium.com/@LaMoralejais/consumo-de-informaci%C3%B3n-en-plataformas-digitales-c913412289c5

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