¿Cómo funciona la web?
¡No arrugues el ceño! Ya sé que no eres retrasado, que tienes un móvil, que pasas en internet un montón de horas. Ya sé que crees que sabes cómo funciona. En realidad es casi seguro que no tienes ni idea. ¿Te apuestas algo?
Internet antes de la web
Primera sorpresa, Internet y la Web no son la misma cosa. Internet existe desde los años 60, la web no aparece hasta 1989. ¿Flipas o no? ¿Para qué valía Internet entonces? Pues para un montón de cosas todas aburridas:
- Correo electrónico: Eso sí, en modo texto y sin formato. No había bonitos tipos de letra, ni colores, ni fotos.
- FTP: Podías bajar ficheros usando FTP (File Transfer Protocol). Te conectabas a una máquina, navegabas por interminables listados de nombres de ficheros, bajabas alguno y cuando llegaba (que solía tardar un rato) la mayoría de las veces era un tostón.
- Usenet Newsgroups: Podías leer los newsgroups que eran como los foros que conoces pero en modo texto (de nuevo sin fotos y sin fonts chulas). Ok, más que foros era más parecido a un buzón de correo (del de la época) gigante.
Ya. Eso era todo (o casi todo). Como te puedes imaginar intentar hojear este barullo para encontrar algo era una prueba de voluntad importante.
El momento de la revelación
Un tío en Suiza un día, aburrido de ahogarse entre listados de ficheros, imagina que estaría bien si se pudiera ir hojeando los documentos de un servidor sin bajarlos previamente y que sería aún mejor si desde ese documento se pudieran referenciar otros que estuvieran relacionados. La idea era buena, le dieron una beca y se puso a currar.
Dos años después de la idea (a finales de 1991) Tim Berners-Lee (con alguna ayuda) se había escrito el primer navegador y el primer servidor web. Por cierto, lo de navegador es bastante spanish. Timmy quería una herramienta para hojear documentación y por tanto el programita se llama browser (hojeador en inglés). Supongo que el término en español viene del Netscape Navigator que fue el primer navegador web (finales de 1994) que corría en Windows y que, por tanto, fue el más extendido entre el común de los mortales.
En esta primera versión de la web (HTTP v0.9) sólo servía para transmitir texto (HTTP significa HyperText Transfer Protocol), sin imágenes. Aburrido, ¿no? Aunque suene primitivo en lo básico sigue siendo igual, sólo que se han ido añadiendo algunas características con el paso del tiempo. Todo lo que hacía esta primera versión era:
- El browser se conecta al servidor y pide un documento
- El servidor envía el documento pedido por la conexión y desconecta para atender al siguiente
Como ves el servidor es bastante tonto, simplemente manda los documentos que se piden sin más consideración. No recuerda qué ha enviado ni a quién. Para él las peticiones son independientes entre sí. Cada vez que pulsas un link con el ratón tu navegador manda una nueva petición a un servidor y pinta lo que recibe. Eso es todo y no ha cambiado mucho desde entonces.
Ok, todo esto muy bien para leer docus pero cómo puedo comprar algo o subir fotos a Facebook si el servidor no guarda memoria de quién soy de una petición a la siguiente. Y ya que estamos, ¿qué pasa con las fotos y los vídeos que puedo ver con la web?
Vale, tienes razón, algo sí que ha cambiado. En la siguiente versión (HTTP v1.0) se complica un poco el tema para poder enviar otro tipo de archivos que no sean texto y se cambian los navegadores para poder pintar imágenes entre el texto de la página web. Por debajo, el funcionamiento no cambia demasiado:
- El browser se conecta al servidor y pide un documento
- El servidor envía el documento pedido por la conexión y desconecta para atender al siguiente
- El browser analiza el documento en busca de imágenes que tenga que pintar y por cada una:
3.1. Se conecta al servidor y pide la imagen
3.2. El servidor envía la imagen y desconecta para atender al siguiente
Como ves es igual que antes pero el browser realiza varias peticiones por cada página web. Esto era lento y seguimos sin poder tener carritos de la compra ni Facebook ni nada que merezca la pena en realidad. Aquí es donde aparecen las galletas.
Las galletas y la web actual
Nos habíamos quedado en que teníamos una web a todo color pero algo lenta y limitadita en funcionalidad. Para aquél entonces (mediados de los 90) ya había muchos usuarios de la web. Se habían creado muchas páginas, salía en las películas como el colmo de la modernidad y por tanto había mucho tráfico en internet. Para resolver los problemas de velocidad que ya eran desesperantes se lanzó la siguiente versión mejorada (HTTP v1.1) a mediados de 1999. El meollo de este cambio es principalmente técnico sobre cómo se gestionan las comunicaciones entre el navegador y los servidores por lo que no merece la pena entrar en detalle. Sólo mencionar que ésta es la última versión del protocolo hasta la fecha y es la que estás usando ahora mismo si estás leyendo esto directamente en la pantalla de tu ordenador. El secreto de su éxito (más de veinte años tiene ya el abuelete) es que permite incorporar nuevas características sin tener que modificar el protocolo y por tanto ha podido ir creciendo con el tiempo.
A pesar de tantas vueltas y versiones el problema sigue siendo el mismo: los servidores web son amnésicos y para ellos cada página que se pide no tiene relación con ninguna de las anteriores. Esto implicaría que tendrías que meter tu usuario y contraseña en cada página de Facebook que visites, por ejemplo. ¿Te imaginas que follón?
Pero, ¿qué pasaría si cada vez que se envía una petición se adjunta alguna información adicional de forma que el servidor pueda leer esa información y tenerla en cuenta al responder? ¡Qué simple, no! Ese paquetillo de información adicional es lo que se llama cookie y son el principio de la verdadera revolución en la web. Los usuarios de la web dejan de ser simples lectores para poder interactuar con las páginas y crear nuevos contenidos desde ellas.
Vale, pero ¿qué es en realidad una cookie y qué información contiene?. Amigo, esa es la pregunta del millón. Las cookies pueden ser muy pero que muy chungas pero esto lo vemos el próximo día.
