¿Es el arte un cajón de sastre?
Definir qué es ‘arte’ no es una tarea sencilla por mucho que lo pueda parecer a simple vista. Si acudimos a la RAE, su definición normativa acapara varias acepciones. Entre ellas «manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros». Sin embargo, también reconoce ‘arte’ como la «capacidad, habilidad para hacer algo». Llegados a este punto, ¿podemos afirmar que en el arte todo vale?
Sin ir más lejos, el pasado mes de diciembre el artista Maurizio Cattelan vendía por 120.000 dólares su obra titulada «Comediante», consistente en un plátano pegado en a una pared con cinta americana. Sin embargo, dicha obra no duró mucho tiempo expuesta porque el artista performativo David Datuna se acercó a ella, despegó la fruta y se la comió, todo ello mientras era grabado por una cámara para poder difundir el acto posteriormente.
Tanto la venta de la obra de Cattelan como la performance de Datuna se produjeron en el Art Basel Miami Beach, durante el transcurso de la feria de arte internacional. Teniendo en cuenta ese contexto, pocas personas se atrevieron a negar que esa pieza de fruta o la acción del artista performativo fueran arte. Además, si indagamos en la intención de ambos artistas con sus respectivos trabajos, descubrimos un mensaje que va más allá del espectáculo y la repercusión generados, pues se trata de una crítica al materialismo y al valor que le atribuimos a objetos insignificantes.
Sin embargo, no es la primera vez que se usa un plátano o una banana para crear una obra de arte. Tiempo atrás, Andy Warhol hizo de esta fruta todo un icono al emplearla para la portada del álbum de la banda The Velvet Underground and Nico. Esta no era una imagen fija normal y corriente, estaba formada por una pegatina que se podía retirar y, por tanto, que permitía pelar la banana. De hecho, en la parte superior se podían leer las palabras «Peel slowly and see» (Pélala despacio y mira). El resultado era una imagen cuanto menos llamativa, con una connotación fálica que se convirtió rápidamente en un símbolo de la contracultura.
Como hemos podido comprobar, mientras la sociedad así lo dictamine y acepte, en el arte todo vale; aunque sea una pieza de fruta pegada a una pared blanca con cinta americana. No obstante, lo fundamental de todas esas producciones radica en el mensaje que quieren transmitir y el contexto en el que se desarrollan y exhiben, lo que provoca que pocas veces nos cuestionemos su valía o calificación como obra de arte.
Documentación
CALVO, M. «El plátano de Warhol es ya un icono del arte y la música», HA! (Enciclopedia online Historia/Arte de Bellas Artes).
EFE. (2019). «El plátano pegado a una pared y vendido por 120.000 dólares acaba en el estómago de otro artista», 20 minutos, 8 de diciembre de 2019.
GARRIDO, M. (2017). «La historia del plátano que unió a The Velvet Underground y Andy Warhol», en Culto, 12 de marzo de 2017.
GRAFFICA (2015). «The banana album, Velvet Underground y Warhol», Gráffica, 23 de abril de 2015.
GUASCH, H. (2019). «Un visitante devora la obra del plátano de Cattelan en pleno museo “porque también es arte”», Los Replicantes, 8 de diciembre de 2019.
GUIMÓN, P. (2019). «El plátano de 120.000 dólares que un ‘performer’ se comió en Art Basel», El País, 20 de diciembre de 2019.
REDACCIÓN. (2019). «Venden por 120.000 dólares un plátano pegado con cinta americana a una pared», Público, 6 de diciembre de 2019.
