La representación

Alejandra Martínez 2018

En mi familia somos tres hermanos. Nos llevamos pocos años por lo que hemos sido muy buenos compañeros de juegos. Nunca nos ha faltado entretenimiento, teníamos miles de formas de pasar el rato y entre ser piratas, espías o evitar que Barbie llegara tarde a su cita, nos solíamos decantar siempre por lo mismo: inventarnos palabras y darle un significado que solo nosotros supiéramos y, de esta manera, comunicarnos sin que nuestros padres nos entendieran. Con siete años no teníamos ni idea de que estábamos haciendo uso del proceso de la representación.

Podemos definir la representación como el proceso de dar sentido a lo que nos rodea haciendo uso del lenguaje. La relación entre las cosas de alrededor, los conceptos y los signos se debe a este proceso pero su relación es totalmente arbitraria. Podríamos llamar a la mesa ‘libreta’ que nos entenderíamos igual. Nos entenderíamos porque pertenecemos a la misma cultura, hablamos el mismo lenguaje y compartimos el mismo mapa conceptual, porque el sentido no está en las cosas, nosotros damos el sentido a las cosas a través de su uso. De esto habla Lera Boroditsky en su TEDx Talk How language shapes the way we think

Lera Boroditsky (2009)

El sentido nunca está fijo. A medida que pasan los años, vamos evolucionando y los significados que damos a nuestro mundo cambian junto con el lenguaje. Un ejemplo de esto es que en 1706 podíamos encontrar la palabra ordenador en el diccionario de John Stevens — aún cuando este no se inventó hasta finales de los años 30 — significando por aquel entonces «el que ordena»; o en cuanto a la palabra nación, en el sigo XVIII se usaba para designar a un extranjero. Hoy en día, los entendemos de otra manera; ha pasado tanto tiempo que lo aceptamos sin cuestionar y como algo natural. Otro ejemplo de cambio de sentido es cómo la Real Academia Española continuamente elimina o incorpora acepciones de nuestro lenguaje. El año pasado realizó la primera actualización de la edición número 23 de su diccionario.

Nuestro hábitos cambian constantemente, cada día se realizan nuevos avances y nosotros cambiamos con nuestro mundo por lo que nos vemos obligados a denominar esa nueva realidad. El sentido no es «de» las cosas, el sentido es producido y está en constante cambio para convertir nuestra cultura, nuestra sociedad en un lugar más inclusivo e igualitario para todos y todas.

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