Renovarse o morir

El tiempo pasa y los discursos van cambiando. Hace no mucho, las marcas de moda más reconocidas se limitaban a mostrar en sus campañas publicitarias a modelos con cuerpos canónicos, que representaban a la perfección los ideales de belleza contemporáneos.

Victoria’s Secret «Angels 2000»

Como ya señalaba Foucault en 1972: «Nada tiene sentido fuera del discurso». Es decir, las cosas físicas existen, pero solo toman sentido dentro del discurso. El discurso es una construcción sociocultural de la realidad capaz de crear conocimiento y significado. Y es que en los últimos años han nacido nuevos discursos acerca del ideal de belleza, cuestionando la imposición de unos cánones estéticos inalcanzables. Algunos movimientos tales como el ‘Body positive’, que dan visibilidad a los cuerpos no-normativos, también han alcanzado mayor reconocimiento social.

Con el auge de estas nuevas interpretaciones y formas de ver el mundo, el discurso ya anticuado que promovía los estereotipos de belleza occidentales, tiende a verse transformado para dar paso a un nuevo discurso de la inclusión, motivado por las nuevas generaciones que conforman las sociedades actuales.

Fotografía del desfile ‘Savage x Fenty Show’

Si se quiere sobrevivir en el mercado, las empresas tienen que estar al tanto de lo que promueven tales discursos. Por esta razón algunas marcas han empezado a apostar por una imagen mucho más diversa e inclusiva. Uno de los ejemplos más recientes es la nueva línea de lencería que ha sacado la cantante Rihanna, Savage X Fenty, que hace gala de contar con un amplio abanico de tallas, tanto para hombres como para mujeres, que se adaptan a todo tipo de cuerpo.

Cabe preguntarse si realmente estas empresas se apropian de manera oportunista del discurso de inclusión. ¿Su objetivo es dar voz a las que tanto tiempo han estado silenciadas? ¿O hay otros intereses? Está claro que, por el sistema capitalista en el que vivimos, las empresas siempre van a tratar de captar nuevos consumidores mediante las estrategias de marketing. A pesar de todo, me parece positivo ver cómo poco a poco una de las industrias más influyentes a nivel social, la industria de la moda, empieza a dar una imagen más ‘cercana a la realidad’.

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