Sobre el mal gusto y su cura
Según dice Bourdieu en La distinción. Criterios y bases sociales del gusto (1979) el GUSTO es «una de las apuestas más vitales de las luchas que tienen lugar en el campo de la clase dominante y en el campo de la producción cultural».
El gusto estético cultivado fue algo que pertenecía casi en exclusiva a las clases pudientes desde la época de los griegos clásicos. Durante toda la historia, aquel que solo ha tenido tiempo para ganarse el pan, no ha accedido a la cultura. Hasta el siglo XVIII, cuando gracias a la Revolución Industrial, se dio un trasvase de capital económico a un estrato social inculto. Ese fue el momento en el que la burguesía abrazó con sus manos aún polvorientas la inmaculada cultura.
Capital económico versus capital cultural
En la película Small time crooks de Woody Allen (2000) un matrimonio muy enriquecido da una fiesta para sus ‘amigos’. Estos les excluyen, a pesar de tener más capital económico que ellos, por su falta de capital cultural.
Hablando de su pasado la mujer dice: «toda mi vida he sido una inculta. Nunca pude permitirme aprender nada, siempre había algo urgente. Y yo era buena estudiante, pero tuve que dejarlo». Esta situación previa a su enriquecimiento es lo que la hace diferente. Mientras ella procuraba sobrevivir, sus ‘amigos’ disfrutaban de entornos de clase alta con las necesidades básicas garantizadas, así que dedicaron su tiempo a culturizarse.
La solución que encuentra el matrimonio a su problema es contratar a un profesor que les explique cómo ser cultos.
La situación parece ridícula y ciertamente está escrita para causar esa sensación al espectador, pero es exactamente la solución idónea. Este es el punto en el que Pierre Bourdieu y Erwin Panofsky se dan la mano.
El ‘mal gusto’
Cuando se dice de alguien que es vulgar, o que tiene mal gusto se juzga cómo usa la cultura. La popularización y la capitalización de esta ha hecho que la cultura nos rodee y que, con o sin formación hagamos uso de ella.
Según Panofsky, tan solo podemos llegar a comprender las intenciones del arte o su profundidad a través del estudio. Pues los niveles profundos del arte, el iconográfico y el iconológico requieren conocimientos previos para percibirse. Por lo que la cura del ‘mal gusto’ es el estudio, no el dinero como confundía el personaje de Woody Allen.