Medios/Post/Pandemia: La Voz (Argentina)
Una colección de entrevistas para conocer cómo la pandemia transformó el trabajo dentro de las redacciones.
A un año del inicio de la pandemia podemos decir sin miedo a equivocarnos que durante los últimos meses se ha impulsado la transformación digital de los medios como nunca antes en la historia del periodismo.
Desde esta colección, de aquí en más #MPP, entrevistaremos a periodistas y directivos de medios para conocer como el nuevo contexto ha condicionado la forma en la que trabajan sus redacciones.
En este tercer envío de #MPP conversamos con Juan Carlos Simo, Prosecretario de Redacción en La Voz, Córdoba, Argentina.
¿Cuáles han sido los mayores desafíos al momento de llevar adelante un medio de manera remota y coordinar una redacción desde la virtualidad?
J.C.S: Un año después de este experimento forzado de teletrabajo, como lo calificaba ya Bloomberg en un temprano artículo de febrero 2020, te puedo decir que el desafío principal, más allá de la implementación técnica del trabajo remoto (VPN, infraestructura, etc;), fue definir los procesos y consolidar el uso entre periodistas de una plataforma de mensajes (en nuestro caso Slack) para documentar y transparentar las comunicaciones.
Antes de la Pandemia, habíamos tenido varias iniciativas pero los resultados eran parciales y sólo algunos equipos y procesos estaban en esta línea. Al estar forzados a trabajar como una redacción distribuida, ya de modo radical, logramos finalmente un grado de avance importante. Por supuesto, hay resistencias, errores y sobrecargas para corregir en estos procesos. Esto incluye los rituales de sociabilidad, las reuniones formales para definir el flujo del trabajo periodístico y las oportunidades de feedback y retroalimentación.
Luego se sumó otro nivel de desafío: cómo sostener la motivación y la tensión periodística en este contexto de incertidumbre tan prolongado. Una organización -es una verdad de perogrullo a esta altura- es también las conversaciones que se dan entre sus miembros y la ausencia de los encuentros casuales en las plataformas físicas tuvieron su impacto.
¿Cuáles de estos cambios impulsados por la pandemia creés que se mantendrán en el futuro para la industria de los medios?
J.C.S: Las redacciones funcionan casi desde siempre como redes distribuidas. Siempre hubo corresponsales y equipos que trabajaban en cierto modo remoto. Lo que ha ocurrido con la Pandemia es el grado en que esto se ha profundizado y, sobre todo, el modo en cómo nos imaginamos los propios periodistas el trabajo periodístico en red y en este mix de presencialidad y virtualidad, que ya se venía dando.
Esa noción de la presencialidad como el núcleo de la actividad en las redacciones ha cambiado para siempre. No sólo en el espacio físico de la redacción -los edificios- sino en el contacto con las fuentes y las audiencias, todas con su propia intervención en la generación de mensajes y transmisiones. La virtualidad no sólo creció entre los periodistas sino en todos los ciudadanos, según el acceso a las plataformas y las tecnologías y sus propias capacidades de comunicación. La explosión de streaming de user generated content (UGC) fue impresionante.
Esta transformación ya estaba en marcha y se radicalizó. Esas transmisiones compiten por los tiempos de las audiencias y también por su dinero, lo que plantea desafíos crecientes para la sostenibilidad de los medios, su capital simbólico y legitimidad. Hay que saber que todo esto es irreversible en las prácticas de producción y consumo, así como el modo de pensarlas y pensarnos. Seremos más híbridos que nunca, aunque se recuperen ciertos espacios de la vieja normalidad. Y un extra: la narrativa basada en datos también explotó en manos de usuarios especializados que no son periodistas, pero que rápidamente entendieron cómo hacer llegar sus visualizaciones y análisis en las plataformas sociales.
Hablemos de audiencias, ¿Qué cambios has notado en el último año en los modos de consumo de los usuarios? ¿Esto modificó sus estrategias de distribución de contenido?
J.C.S: Algo ya comenté antes. La Pandemia favoreció a los medios en cuanto a atención de las audiencias que buscaban información trabajada de modo profesional, en el marco de un ecosistema de medios y plataformas plagadas de desinformación. Los medios también entendieron su misión de servicio público y liberaron en distinto grado los contenidos periodísticos de valor para afrontarla.
Lo hicimos en La Voz y parte de esto ha quedado al día de hoy. Tuvimos un boom de suscripciones el año pasado, en el contexto de mayor aislamiento. También tuvimos que pensar productos para acompañar esa situación, desde luego, como un newsletter específico diario, sobre las medidas de la Pandemia, con muchísimo enfoque práctico. Una curaduría editorial en medio de la abundancia informativa. También hubo un crecimiento de audiencias femeninas, en todos los medios y en La Voz, también. En coberturas deportivas, explotaron los contenidos que apelaban a la nostalgia de los fanáticos y apuntamos a ese interés. Es evidente que la prolongación de los tiempos en el hogar también cambió las dietas informativas de las audiencias y tuvimos que revisar todo el tiempo los criterios editoriales y los modos de distribuir y dialogar con nuestros públicos. El equipo de fotógrafos y realizadores audiovisuales de La Voz tuvo un gran protagonismo para mostrar la vida en las ciudades en estos.
¿Has visto contenidos digitales en otros medios para destacar por su calidad u originalidad? ¿Cuáles?
J.C.S: Miles. Fue un año increíble para el periodismo, a pesar de todo. Quiero destacar dos grandes producciones de medios que pude seguir de cerca como consultor.
Por un lado, el trabajo que hizo, en Perú, el medio de investigación periodística Convoca con su plataforma de bases de datos y reportajes, que se llama Deep Data. Construida en plena Pandemia y con una redacción totalmente virtual, puso bajo la lupa las industrias extractivas de ese país en el contexto de Covid-19. Y el trabajo gráfico que hizo El Surti en Instagram y en su propio sitio, fue bellísimo.
¿Creés que este nuevo contexto impulsó cierto tipo de innovación que de otra forma no hubiese sido posible?
J.C.S: Sin dudas. Aceleró la transformación digital y el cambio cultural en las redacciones y en los periodistas, y nos empujó a pensar en nuevas soluciones para viejos y nuevos problemas. Creo que el impacto mayor fue la innovación en procesos, algo que tal vez sea poco visible a los ojos de las audiencias.