2015 tampoco tendrá rima.
2014 ha sido un año duro pero fantástico. Me gusta hacer siempre el balance pensando en todo lo que ha sucedido y analizando todo lo malo y lo bueno (y por ese orden). Porque si no me doy cuenta de cuánto he sufrido, los buenos momentos no tienen el mismo sabor dulce. ¿O acaso esa onza de chocolate que te comes un domingo de llorera en el sofá no sabe mejor que la que te comes cada día a media mañana? La segunda es una costumbre y hay días que ni te percatas de ella. La primera es un consuelo, un punto de dulzor en la amargura que estás tragando.
Pues de eso va el post este año.
Dale al play. Y disfruta de las verdades de esta letra (Paciencia si salen anuncios). Y si quieres, levántate y baila, que yo lo he hecho también. Aquí seguiré después de la canción.
Nacemos y lo primero que hacemos es llorar. Qué manera de empezar a vivir. Y encima llegamos sin saber qué es eso de la vida.
La vida es lo que pasa desde que nacemos hasta que morimos físicamente. Dime de qué manera quieres vivirla. Puedes elegir lamentarte de todo lo malo que te pase. De todo lo que no tienes. De lo que has perdido. De las personas que ya no están a tu lado.
O puedes elegir sonreír. Y dar gracias por todo lo aprendido en cada tropezón. Sonreír a las personas que te desean algún mal, para que sepan que no le das ningún valor a su odio. Seguir intentando todo aquello que no te sale, no vaya a ser que un día sí que salga. Y reír recordando todo lo que ya no tienes pero que una vez tuviste y fue bueno. Muy bueno. Y dar gracias por todo lo que sí tienes.
Da igual quien esté a tu lado. Hay alguien que nunca dejará de estarlo. Y eres tú mismo. Sonriéndote cada día al espejo, verás que el reflejo también te sonríe a ti. Sin condición.
Vamos a por la siguiente.
https://www.youtube.com/watch?v=tlYcUqEPN58
Este año tuve la suerte de hacer 300 km del Camino de Santiago. Y si hay una canción que me recuerde a esos días es esta. Mi Camino fueron momentos de soledad, de introspección, de sufrimiento físico y mental, de añoranza, de tristeza…
Pero también fue momentos de reír, de bailar, de complicidad, de compañerismo, de confesiones, de compañía, de consuelo, de escuchar, de cantar…
Tú eliges cómo hacerlo y con qué quedarte una vez lo has “acabado”.
Y eso me lleva a la última canción. Que además no es nueva en estos post. Pero no podía ser otra.
https://www.youtube.com/watch?v=5juCY0S10o0
Mi canción. La que siempre aparece cuando necesito la señal de “todo va a ir bien”. Mi 11.11 particular. Y este año también ha estado ahí en esos momentos. Porque como bien dice
“Nadie se hará el Camino sin suerte, que aquí lo malo en algo bueno se convierte”
Que seáis capaces de ver lo malo de cada año como un motivo para valorar aún más todo lo bueno que ha sucedido.
Feliz 2015
