El síndrome “Yo también podría…”

Sergio Salazar Cavazos
Historias en español
3 min readJan 30, 2015

“… y debí empezar ayer”.

¿En qué parte de nuestro cerebro se acumulan las buenas ideas?

No sé ustedes, pero cuando tengo una buena idea inmediatamente se va a un disco duro que no sé bien cómo accesar. Quizá porque cuando sucede, me refiero a una buena idea, lo primero que hago es felicitarme por haberla tenido. “Eso podría funcionar”, “Nadie nunca lo ha hecho”, “Está bien fácil de hacer”. Y te quedas con la validación. Si eres listo anotas el nombre, el concepto, la sinopsis, la palabra clave con la que guardas el archivo en tu mente. Y sigues dándole scroll a Facebook, Twitter o leyendo cualquier artículo que detonó tu creatividad.

Diariamente tengo alrededor de 10 ideas que, si llevara a cabo, me harían millonario. No realmente. Más bien diez veces al día pienso que si hiciera lo que pienso, tendría la misma validación de mi mismo que si fuera millonario. Así me gusta más, porque odio el dinero. Lo odio y lo amo, porque lo tengo y no lo tengo, pero esa es otra historia.

La realidad es que después de la satisfacción del momento eureka, se me olvida. Se guarda y regresa cuando ves que alguien más hizo algo parecido; fue emprendedor y escribió un artículo, un tuit, compartió un artículo interesante o descubrió una canción. No sobran la información: hay cosas que debiste hacer antes de los 30, las películas que debiste ver antes de X premios, los eventos que si te aprendes en algún momento sacarás a la conversación, haciéndote validar.

No es hasta ese momento en que alguien compartió que finalmente llevó a cabo ese tramo entre el dicho y el hecho es que piensas “yo también podría”. Y te das cuenta que, igual que los propósitos de año nuevo, pudiste haber empezado hace mucho. Que seguramente ya llevarías mucho más hecho, sería cool, tendrías ofertas de trabajo, la gente esperaría leerte y darte like. Pero estabas muy ocupado, confiado de que estás lleno de buenas ideas en potencia.

Estoy cansado de ese síndrome. Constantemente tengo conversaciones con mi amiga Ana, que terminan en “wey, deberíamos hacer algo YA”. Casi siempre después de ver que alguien que consideramos común y corriente llevo a cabo su proyecto mediocre y le está yendo muy bien. La verdad es que los mediocres somos nosotros y estamos envidiosos de que no hemos podido hacer lo que cualquier persona puede. La vergüenza de ser tan listos que poner en práctica nuestras ideas es rebajarse. En mi cabeza todo tiene mil likes, ¿para qué ponerlo a juicio de los demás?

Recientemente tuve una junta con unos chicos que quieren armar un vlog de cine. “Yo tuve también esa idea” fue lo primero que les dije. Lo pensé el año pasado, entre las ideas de cómo hacer que más gente lea mis reseñas de cine. Nunca lo hice porque odio los vlogs de cine, odio los pseudo comentarios analíticos que terminan en “increíble”. No quiero ser esa gente, pero quiero ser como esa gente. Y en la contradicción, nada se hace.

Después de una junta de dos horas resolvimos casi nada y me fui pensando que mis ideas estaban más estructuradas y cercanas a lo realizable que las de los otros. Que realmente lo que querían de mi es lo que yo podría usar para mí mismo: juicio. En lo demás, tengo una Rebel, camisetas cool de cine y el cerebro y tiempo de ver películas sin quedarme en la calle. Aún así, aún y teniéndolo todo, es como la idea fuera más valiosa que el hecho. ¿Dónde podría llegar si tuviera un poco más de compromiso con mi mismo?

Esto es un intento optimista de romper con ese síndrome. De llevar el auto regaño mental a palabras y que esas palabras la gente las lea y se encuentre a sí mismos, o tal vez no. Que esto se escriba sin pretenciones, recordar que puedo redactar, que tengo ideas y que lo último que hace falta para exitoso es hacerlas como se respira, sin juicio y de forma automática.

De aquí a leer, escribir, ver películas y encontrarle el sabor a materializar mis proyectos. Ser una de esas personas que tan mal me caen… Pasé demasiado tiempo tratando de aceptarme como soy y ahora creo que soy demasiado. Ni modo, desaprender es parte de crecer.

--

--

Sergio Salazar Cavazos
Historias en español

Film Producer from Mexico. I write about films and dreams, which are sometimes the same.