La revolución de la comunicación local es sencilla y se llama Qwasap

Sofocles
Historias en español
4 min readMay 31, 2016
Qwasap

Ahora que Internet es el tejido que interconecta a todo el mundo, se están invirtiendo fortunas tratando de conseguir que las personas recibamos y prestemos atención a la información local. Y, por lo que se ve, usando la lógica más complicada.

Son numerosos los intentos de geolocalizar la información y que esta fluya. Desde los códigos QR hasta la tecnología NFC lo que no se ha logrado es que la gente vayamos por ahí escaneando cuadradillos ni deslizando voluptuosamente los móviles para intercambiar información.

Tampoco diversos intentos de redes sociales locales representan un modo exitoso de conectar a los vecinos de un lugar. No, la gente no queremos crear un nueeeeevooo perfil, con ooootro usuario y ooootra contraseña. Ni queremos instalar oooootra aplicación que va a estar ahí fastidiando a nuestra ya maltrecha batería.

Entre las aplicaciones con un éxito rotundo están las de mensajería instantánea. Ahí tenemos las sobrealimentadas Whatsapp y el Messenger de Facebook; junto a otras de renombre algo más discreto pero no carentes de usuarios (más en algunas partes del mundo que otras) como Line, Kik y hasta otras más enigmáticas de arrollador éxito en países como China.

Esas aplicaciones han conseguido que podamos estar permanentemente comunicados con nuestros contactos, formar grupos de lo más variopinto y muchas cosas más. Pero lo que no han conseguido de una manera sencilla y transparente es conectar usuarios que se encuentran en una misma zona geográfica.

Cierto que puedes formar tú personalmente grupos con gente de tu pueblo o de tu instituto, pero no deja de ser una forma de comunicación cerrada. Y la parte en la que trabajan duro muchas de estas macroempresas con aplicación de mensajería propia es en recopilar y tratar tus datos para intentar ubicarte en subgrupos que incluirán, naturalmente, tu ubicación real. De esta manera, tu atractivo como objetivo de publicidad es muy grande.

¿Pero qué pasa con la gente? ¿Cómo es que no es aún fácil, de una manera dinámica y en tiempo real, llegar a un sitio y contactar con cualquiera que esté allí para preguntar algo? Vale, ahora haces una media sonrisa y me dices que eso es lo de preguntar a alguien en la calle, lo de toda la vida. Ya, correcto, esa posibilidad tradicional no está excluida. Pero solo llegas así a los que pasan por tu lado. No puedes lanzar una pregunta a, potencialmente, toda la población para que te ilustren con opciones y variantes. ¿Con toda esta potencia tecnológica en el bolsillo aún no es sencillo conectar con el entorno cercano de una forma dinámica?

No me refiero a entrar en una web de viajes, por ejemplo, buscar un artículo que hable del sitio en el que estamos o vamos a ir y poner un comentario para esperar que en algún momento alguien lo responda. Hablo de algo tan vivo como usar mi aplicación favorita de mensajería.

LA SOLUCIÓN SIMPLE

Las aplicaciones de mensajería ya están en todos los móviles. La más abierta, segura y dispuesta siempre a facilitar las cosas es Telegram. No voy a entrar en una guerra sobre cuál es la mejor de todas. Pero para mi, Telegram es el referente. Por eso no me ha costado mucho decidir que la base para probar un modelo de comunicación geolocalizada iba a ser Telegram.

Este modelo tenía que ser necesariamente simple, que no implicara hardware adicional ni instalar nada en el teléfono, igual de dinámico que el propio acto de mensajear, abierto a todo el mundo y fácil de manejar.

Así que desde que Telegram comprendió que el futuro pasaba por ahí la cosa estaba clara. Del anhelo de establecer una comunicación localizada efectiva y la frustración de vivir en un mundo globalizado pero fríamente distante, nació Qwasap.

Como el resto de la información está en la web y un esbozo de la historia aquí, bastará que diga (lo sé, con absoluta falta de autoridad objetiva) que no hay, por el momento, otro medio de comunicación geolocalizada tan simple y asequible.

El medio está montado y, progresivamente es mejorado en numerosos aspectos; especialmente gracias a las sugerencias y experiencia de los propios usuarios. Me gusta imaginar que hemos empezado una revolución. Ahora solo toca esperar que los usuarios vayan ocupando su lugar en el mundo. Cualquiera que use Telegram (y cada vez son más, muchos más) puede activar el bot de Qwasap. Luego basta ubicarse en una localización y dejarlo ahí. No molesta, no gasta batería, no consume RAM, no hace uso de la CPU más allá de lo que precisa la propia aplicación de mensajería. Tú estás ahí, en esa ubicación. Mañana llegaré yo a la zona en la que estás tú; tal vez te necesite y tú me puedas ayudar. O viceversa. Será un acto de intercambio de información local instantánea. ¿No es bonito?

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