Vivir más (y mejor)

Sofocles
Historias en español
3 min readFeb 5, 2015

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La ciencia avanza cada día, pero sus resultados se divulgan lentamente. A veces puede ser mejor precipitarse.

Actualmente hay en marcha, literalmente, miles de estudios científicos relacionados con la longevidad y el modo de ralentizar el envejecimiento. Muchos de ellos se publican en revistas científicas y pasan desapercibidos para la mayoría de la gente a pesar de contener ideas altamente prometedoras y, en no pocas ocasiones, aprovechables de forma inmediata.

Es cierto que cuando se publica un estudio científico en una revista acreditada se hace con la finalidad de ponerlo a disposición de la comunidad científica más que para el grueso de la población. Luego viene la parte en la que otros grupos de científicos se interesan, tratan de reproducirlo, encontrar contradicciones, mejorarlo y, finalmente, emitir un veredicto sólido. Así funciona la ciencia.

También parece cierto que hoy, más que nunca en la historia de la humanidad, estamos rozando asuntos en la bioquímica relacionada con el envejecimiento celular que nos sitúan al borde de un hito: la posibilidad de expandir los límites de la vida humana más allá de lo imaginable. Tal vez sea cuestión de unos cuantos años más (puede que no muchos) y estaremos en condiciones de sobrepasar fácilmente los 100 años. Y, fundamental, en unas condiciones físicas y mentales óptimas.

La concatenación de avances en diversos campos de la ciencia y la tecnología podría incluso dar como resultado, en no demasiado tiempo, el que podamos rebasar el discutido límite de los 120 años. No es ciencia-ficción; los que trabajamos en estos asuntos sabemos bien en qué anda la comunidad científica mundial. Actualmente, el asunto de la longevidad está ocupando el interés de la ciencia, la tecnología y los inversores como nunca antes.

Pero he citado varias veces la palabra tiempo. Una pregunta fundamental es: ¿tendré tiempo suficiente para aprovechar esta ola de descubrimientos?

Aquí es donde entra la labor de los que creemos en un conocimiento abierto y nos “precipitamos” divulgando ciencia relacionada con el envejecimiento y la longevidad.

La idea, tal vez polémica, lo sé, es que cualquier persona interesada pueda extraer algunas ideas de aplicación práctica inmediata. Y, para eso, un grupo de científicos “opensource” hemos creado LONGEVIDALIA.

Sí, ya, es un blog. Uno más, entre muchos. Y, además, fundado sobre una plataforma más conocida como medio de expresión para artistas, diseñadores, ilustradores y fotógrafos aunque, también es verdad, con una buena cantidad de excelentísimos blogs de ciencia, menos conocidos pero muy importantes.

Seleccionamos noticias, comentamos y divulgamos trabajos científicos que contienen ideas que pueden ser aprovechadas ahora. Tal vez, en el futuro, algunas de esas ideas queden obsoletas o sean rebatidas por otros nuevos estudios. Pero, en todo caso, no se habrá perdido nada por intentarlo. Quién sabe, puede ser que alguna vez podamos decir: estoy aquí gracias a que una vez me precipité aplicando una idea que aún no estaba globalmente aceptada por la comunidad científica.

Tampoco vamos a divulgar incoherencias. Pero sí nos vamos a arriesgar un poco apostando. Y nos encantaría que el premio esté muy repartido.

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