Empresas emocionadas

Martin Sanchez
MEITPRO_es
Published in
4 min readFeb 6, 2017

“He asistido a muchas negociaciones donde una parte le ofrecía a otra grandes estrategias de expansión, un fabuloso asesoramiento de planificación o un modelo de negocio ganador. Sin embargo, observe que en el mundo de los negocios todavía falta algo vital”.

“Las emociones siempre tienen un asiento en la mesa”, dice Marc Brackett, director del Yale Center for Emotional Intelligence. “Han estado con nosotros desde que el hombre es hombre y van a estar ahí por siempre”.

Las emociones marcan nuestro día a día en cualquier ámbito de vida, sin embargo, resultan especialmente importantes en entornos laborales, ya que afectan al desempeño, las decisiones, las relaciones y los compromisos acordados. Las respuestas emocionales son nuestra carta de presentación, actúan como señales para clientes y compañeros de trabajo. Y todo ello sin abrir la boca, recuerda que las conductas no verbales suponen alrededor del 80% de la comunicación”.

Para comenzar a comprender qué es la Inteligencia emocional (IE) hay tres puntos a los que debemos prestar especial atención:

• Reconocer la emoción

Supone la capacidad de identificar la emoción en uno mismo y en otros mediante la interpretación de expresiones faciales, lenguaje corporal, fisiología y cognición.

• Comprender la emoción

Es la habilidad para conocer las causas y consecuencias de las emociones sobre el pensamiento, así como las consecuencias que se derivaran de un determinado comportamiento.

• Gestionar la emoción

Capacidad para saber cómo y cuándo expresar emociones con diferentes personas y contextos. Una buena gestión nos permitirá promover el crecimiento personal, construir relaciones saludables, lograr un mayor bienestar y alcanzar las metas propuestas.

¿Cómo desarrollar la Inteligencia emocional?

Las emociones están siempre presentes, así que o intentamos aceptarlas y entenderlas o les damos la espalda dejando que interfieran libremente en nuestra conducta. Evidentemente recomendamos la primera opción, ya que desarrollar estrategias para lidiar con nuestras emociones puede ser enseñado y ya ha demostrado ser de gran utilidad. Para comenzar a desarrollar mecanismos de gestión es fundamental ser consciente de las emociones que se experimentan, ya que el desconocimiento da total libertad a las respuestas automáticas no conscientes, las cuales pueden provocar consecuencias incontrolables y nefastas.

Un método para controlar positivamente las emociones es desarrollar una imagen de “tu mejor yo”. Para ello detente, obsérvate en tu mejor expresión y recuerda aquellas ocasiones en las que rendiste a un alto nivel. Visualizar tu mejor yo te ayudará a controlar tus nervios y gestionar los estados con alta carga emocional. Cuando alguna situación compleja te aborda, disponer de una respuesta prefijada y ensayada ayuda a lograr controlar el comportamiento y a conseguir el resultado deseado.

Otra estrategia que resulta útil es pensar en cómo quieres verte en público. Anota los adjetivos de cómo te gusta que los demás te perciban y comienza a actuar en consecuencia. Esta conducta te ayudará a controlar tus reacciones en situaciones novedosas o cargadas de tensión como puede ser una entrevista de trabajo o una reunión importante.

También recomendamos utilizar Mindfulness o técnicas de atención plena para aumentar la conciencia y complementar las estrategias arriba mencionadas. Con el correcto entrenamiento podemos aprender a ser conscientes de cómo nos movemos, cómo nos sentimos (tanto física como emocionalmente), y cómo respondemos o reaccionamos ante cada momento de la vida.

El equipo de MEITPRO ha desarrollado una aplicación que permite medir tu Inteligencia emocional y te ofrece pautas personalizadas para comenzar a mejorar esta capacidad. Accede a ella y descubre tu IE con un descuento del 20% (código MEIT20).

Los beneficios de ser emocionalmente inteligente

Las empresas están empezando a preocuparse por cultivar las habilidades emocionales de sus empleados, especialmente las de altos cargos y las de aquellos que se encuentren en un nivel más bajo. Todos tenemos en mente a un compañero que no te deja de hablar mientras expones tus ideas, a otro que se aprovecha de tus ideas y se lleva el mérito o al que te hace quedarte hasta horas intempestivas arreglando un error suyo. El objetivo de entrenar la IE no es ser feliz, de la felicidad se encarga en un 70% la genética. La idea es desarrollar las capacidades emocionales para alcanzar mayores niveles de bienestar y productividad.

Durante los últimos 30 años la investigación científica ha demostrado que los beneficios de la IE son múltiples: descenso en niveles de ansiedad y depresión, menos problemas de atención, mejor desempeño, mayores habilidades de liderazgo, empleados más comprometidos y colaboradores, además de lograr un ambiente de trabajo más positivo. La IE en gerentes ayuda a que tengan mayor empatía, eficacia y mejores índices de desempeño. Los equipos con EI pueden crear una cohesión y eficacia más rápidas, y recibir mayor apoyo social interno.

En resumen, el entrenamiento en capacidades emocionales repercutirá creando un ambiente positivo en el lugar de trabajo, mejorando la habilidades comunicativas y desarrollando la productividad global de la organización.

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