La importancia del clima laboral

Javier González Lozoya
MEITPRO_es
Published in
3 min readAug 15, 2017

Se suele poner mucho hincapié en la importancia de efectuar el trabajo lo mejor posible atendiendo al propio proceso de actuación y, en un segundo plano, suele quedar relegado el ambiente en el que se lleva a cabo las tareas.

Las emociones van ligadas a nuestros comportamientos, es decir, en función de cómo nos sintamos y de nuestros estado emocional, actuaremos de una forma o de otra y, esas actitudes y comportamientos en grupo, van formando lo que se conoce como clima laboral. Por tanto, dependiendo de cómo sea ese estado emocional en cada persona (positivo/negativo), se construirá un clima laboral favorable o perjudicial.

El profesor de la Universidad de Valencia Vicente González propuso una señala el clima como “las percepciones del ambiente o contexto social, y las descripciones de ese ambiente, es decir, de cómo se observa el ambiente en el que interactúa cada trabajador, ya sea a nivel organizacional, de departamento o de equipos de trabajo”.

González explica el enfoque estructural de la formación del clima laboral de la siguiente manera: “los miembros de una misma unidad tienen percepciones de clima similares porque están expuestos a una estructura común” y, añade que “las características estructurales pueden afectar las percepciones del clima”. Aunque advierte que dicho enfoque no explica la aparición de diferentes subgrupos con percepciones de clima diferentes dentro de una misma unidad.

Un estudio realizado por el portal Psicología y Empresa señala que el clima laboral es algo intangible pero que afecta a todo lo que acontece en una organización, y lo conceptualiza mediante la relación entre las percepciones de los trabajadores sobre las condiciones del ambiente de trabajo con las emociones, sentimientos y actitudes que se dan gracias a la interacción entre estos.

El clima laboral repercute directamente en el desempeño de la organización, cosa que parece obvia ya que si existe buen clima laboral a la hora de trabajar, los empleados se muestran más motivados y su compromiso aumenta.

Al hablar de clima laboral, solemos pensar que estamos ante una cuestión simple en la que es suficiente con trabajar en un entorno agradable. Sin embargo, en el ámbito de las emociones nada es tan sencillo. Por muy bonita que sea tu oficina o por más simpático que sean tus compañeros, una emoción concreta o una determinada actitud puede cambiarlo todo. Una simple mirada, una escasa palabra incluso o algún malentendido en alguna conversación puede enrarecer el ambiente y propiciar consecuencias bastante negativas si no se soluciona rápidamente.

En una ocasión, un profesor de la universidad nos contó la historia de dos amigos suyos que trabajaban juntos. Una mañana Carlos entró a su oficina sin saludar a Mario. Este último no entendía porque Carlos no le había saludado, por lo tanto, él tampoco quiso acercarse a preguntarle porque se sintió despreciado. En todo el día no se hablaron. Al día siguiente, Mario no saludó a su amigo, lo cual extraño a Carlos. El ambiente se fue enturbiando hasta que la una semana después, Carlos le recriminó a Mario su distanciamiento, a lo que Mario contestó: fuiste tú el que empezó toda esta historia. Entonces Carlos le explicó que si no le saludó el primer día fue porque había discutido con su mujer y estaba bajo de ánimo.

Esto es solo una anécdota pero a todos nos ha pasado algo similar, por tanto hay que tener en cuenta que el más mínimo suceso puede ir agravándose si no se expresa correctamente. Esto nos lleva a valorar la importancia de saber gestionar lo mejor posible nuestras emociones. A intentar ponernos en el lugar del otro y comprenderlo. Es la mejor manera de mejorar nuestras relaciones sociales y sostener un buen clima laboral a lo largo del tiempo.

El clima laboral puede ser medido y mejorado. Si quieres conocer cómo mejorar este importante aspecto en tu empresa te invitamos a descubrir las diferentes soluciones que ofrece MEITPRO.

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