Liderazgo del siglo XXI

Martin Sanchez
MEITPRO_es
Published in
3 min readJul 24, 2017

¿Cómo puede un grupo de profesionales aprender a funcionar y llegar al máximo rendimiento conjuntamente en un lapso de tiempo relativamente corto?

¿Cómo se pueden reducir las demandas al mismo tiempo que se van reduciendo los recursos que disponen las personas para enfrentarlas y equilibrar la balanza?

En un mundo tan interconectado, globalizado y repleto de proyectos ambiciosos, cada vez se hace más necesario el trabajo en equipo a través de la colaboración de grupos de personas que ofrezcan su máximo rendimiento en un tiempo determinado.

Antiguamente predominaba la figura del líder único, fijo, directo y bajo la operancia de una estructura vertical “jefe-empleado”, la cual no permitía delegar ninguna de sus funciones. Con el paso del tiempo y la aparición de entornos cada vez más complejo y ambiguos, este perfil ha ido evolucionando y adaptándose a la necesidades. El líder moderno se encarga de transmitir y gestionar conocimiento y emociones; impulsa el cambio y la innovación; fomenta la curiosidad intelectual y el aprendizaje continuo; escucha, interpreta y defiende valores; comparte criterios y delega funciones otorgando más responsabilidades al equipo.

Las teorías e investigaciones han apuntado a la figura del “líder” como la persona capaz de guiar y mejorar el rendimiento de los equipos para lograr alcanzar los objetivos de la organización con éxito, aunque existen gran variedad de teorías que remarcan las características fundamentales y el perfil que debe cumplir el líder para ser considerado como tal.

Líder es aquella persona capaz de guiar y mejorar el rendimiento de los equipos para lograr alcanzar los objetivos de la organización con éxito

Por un lado, algunos autores catalogan el concepto líder como un “impulso” para mejorar la productividad de las personas. John Maxwell destaca que “los líderes excepcionales son aquellos que consiguen que los grupos que dirigen desarrollen un rendimiento superior”. Otros se inclinan más por el logro de objetivos, según Idalberto Chiavenato el liderazgo se caracteriza por “la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana, a la consecución de uno o diversos objetivos específicos”.

Cabe tener en cuenta que no siempre se ha visto esta figura como algo positivo, sino que también se han desarrollado modelos de líder “tóxico”, jefes o directivos que no han sabido retener el talento y han empobrecido el clima laboral. Líderes que no han apoyado y motivado a su grupo, se han mostrado excesivamente autoritarios, o han dejado a sus empleados en la estacada sin implicarse en los asuntos importantes “liderazgo pasivo”. Esto genera insatisfacción, agotamiento, violencia e incluso acoso lo que propicia el abandono de los empleados.

Afortunadamente, se han desarrollado nuevos perfiles de liderazgo positivo interesados en el crecimiento personal de los empleados para sacar lo mejor de ellos mismos en su trabajo diario. Entre las tipologías más relevantes destacan el liderazgo transformacional, liderazgo ético y líder de equipo (Proyecto Globe, Global Leadership and Organizational Behavior).

  • El liderazgo transformacional pone su atención en el simbolismo, apela a los sentimientos, transmite inspiración, fomenta el compromiso, realiza una serie de cambios en creencias y actitudes, e incrementa el rendimiento al máximo.
  • El liderazgo ético pretende servir a la organización y a los seguidores; muestra consciencia de sí mismo, es transparente y sincero en las relaciones, posee una moral internalizada a favor de los intereses de la organización por encima de los suyos propios, y acepta perspectivas y puntos de vista diferentes a los propios. Predomina la ética y los valores positivos.
  • Finalmente, el liderazgo de equipo es aquel vinculado a la idea de equipo como lo primordial y todo se desarrolla en base a procesos grupales. Se motiva a los empleados para que contribuyan de forma voluntaria en la consecución de los objetivos del grupo. Los empleados se transforman en un equipo que apuesta por el beneficio mutuo en lugar del individual.

El liderazgo es una parte esencial dentro de las organizaciones, especialmente cuando es positivo y forma parte del proceso de enriquecimiento de los empleados. De esta forma ayuda al desarrollo de las personas les otorga las herramientas necesarias para solventar todo tipo de inconvenientes.

Y tú, ¿todavía apuestas por la figura del jefe clásico centrado en los resultados o consideras necesario un cambio de liderazgo más orientado hacia la cooperación y el equipo?

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