Autoengaño, excusas y empresas

Luis Cruz
MejorIndustriaTI
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4 min readApr 24, 2020

¿Te has encontrado haciendo algo que supuestamente no iba contigo pero que debías hacer?, ¿debiste dar explicaciones incómodas por comportarte de forma diferente a lo que se esperaba de ti?, ¿aplazas continuamente esa decisión porque aún no ha llegado el momento oportuno?

Cortesía de Gonzalo Losada.

La gran mayoría de decisiones que tomamos a diario están alineadas a nuestras creencias. Nos gusta pensar que nuestras acciones son consistentes a nuestro discurso y forma de pensar. Creemos que somos buenos líderes, compañeros y amigos, y por eso siempre actuamos de forma correcta. Pero en ocasiones no todo va de acuerdo a lo esperado y algunas acciones te dejan un sabor amargo en la boca. Una explicación a esta incomodidad puede ser el auto engaño en el que sin querer te hacer caer tu cabeza.

A menudo tu cerebro percibe de forma inconsciente que realiza acciones que no quería o no debía hacer, acciones que no están de acuerdo con tu sistema de creencias, tu cerebro debe justificar esa acción y para ello no encuentra nada mejor que inventarse una excusa.

El psicólogo Leon Festinger dio una explicación a este comportamiento en lo que él llamo Disonancia Cognitiva. La disonancia cognitiva es un concepto que hace referencia a la tensión a la que se ve expuesto nuestro sistema de creencias, ideas o pensamientos al realizar acciones opuestas a ellos. Al producirse la tensión entre dos ideas opuestas entre sí, se crea una disonancia y nuestra mente inmediatamente busca una reducción a tal disonancia y para ello debe inventarse otra idea para justificarla dando lugar a la excusa.

Si fueras un vendedor que a lo largo del tiempo no logra cerrar ventas, la evidencia te diría que no eres muy bueno en tu trabajo, tu mente no lo acepta produciéndose la disonancia y como resultado aparecen excusas como: mi equipo no es lo suficientemente bueno para cuidar de este cliente, si lo vendiera no podríamos entregarlo o no tengo el apoyo que necesito de mi equipo de operaciones.

Estamos llenos de excusas. Quizás fue aquella vez que no dejaste ir a un mal cliente porque después de todo, era una oportunidad de hacer algo más grande; Quizás fue aquella vez que no cerraste una venta porque no tuviste el respaldo suficiente de tu equipo de operaciones; Quizá fue aquella vez que te justificaste por no dejar ir a un mal elemento porque después de todo, podría mejorar algún día.

Las excusas son un problema para todos, pero si se producen en los liderazgos son fatales. El problema de los lideres que comienzan a justificarse con excusas, es que una vez que lo hacen envían señales difusas a tu equipo, y cuando esto se prolonga van creando una cultura de las excusas. George Orwell en su libro 1984 acuñó un concepto similar para poder vivir con nuestras excusas, lo llamo doblepensar.

Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad.

Si doblepensamos constantemente arrastraremos a los que nos rodean con nuestras disonancias, generemos un sistema complejo de decisiones confusas, poco claras e inconsistentes, y con ello la confianza en nosotros desaparece: nuestros colaboradores nos abandonan y para nuestros clientes dejamos de ser auténticos, lo cual tarde o temprano se ve reflejado en tus ventas.

Para evitar caer en disonancias debemos tener claros quiénes somos y cuáles son nuestros valores y metas, con ello podremos evaluar nuestras acciones contrarrestándolas con nuestro sistema de creencias.

Si racionalizo mi comportamiento debo preguntarme si la justificación es una razón valida tomada en lo posible con datos y hechos concretos. Como líderes debemos tener la confianza para seguir nuestras ideas, no se puede estar de acuerdo con todo el mundo, por lo que lo importante acá es comunicar tus ideas y respaldarlas con acciones concretas.

Nuestro cerebro es muy hábil a la hora de engañarnos haciendo muy difícil distinguir nuestras propias excusas, por ello es ideal encontrar un ecosistema o relaciones que nos retro alimenten, nos guíen y nos cuestionen para que nuestras excusas vayan quedando en evidencia. Cuanto antes salgamos de nuestros engaños, será mejor para todos.

Parte de esta retroalimentación la encuentro en MITI — Asociación por una Mejor Industria TI — donde cada encuentro, la conversación, las diferentes realidades y los múltiples puntos de vista van poniendo a prueba mis acciones para así, no ser víctima de mis excusas.

¿Cuáles han sido las últimas decisiones que no te han dejado conforme? ¿cuánto de racionalización hay en esas decisiones? Mientras antes te des cuenta de tus engaños, mas pronto estarás ayudando a tus colaboradores, no te demores. Ellos lo necesitan.

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Luis Cruz
MejorIndustriaTI

Socio y ex CEO/CTO en 2Brains, CEO y socio en Contable.app. Amante del aprendizaje, el desarrollo de software, la gestión de equipos y las ventas.