El cielo de los computines.

Agustin Feuerhake
MejorIndustriaTI
Published in
4 min readDec 26, 2017

Irse a trabajar a Google debe ser como irse al cielo. Cuando le conté a mi mamá que me habían contactado desde Google para pedirme una entrevista se le iluminaron los ojos y me abrazó. Por fin lo había logrado. Eso sí cuando le dije que no me interesaba ni siquiera postular, la emoción se transformó en preocupación por la salud mental de su hijo.

Estas nubes tienen copyright, no son mías, son de Haruna Akatsuki

Qué espectacular cómo lograron que todos los computines pensemos que moverse en las bicis del “campus” del Googleplex en Mountain View, recorrerlo como un ingeniero más y tener un email @google.com es todo lo que uno necesita en la vida. Y no sólo los computines, ¡convencieron hasta a sus mamás!

En serio, si te hacen una oferta de trabajo en Google, todos tus amigos y primos van a decirte que te vayas y que si la rechazas eres un idiota. Es impresionante.

¿Será que efectivamente es lo mejor que le puede pasar a uno?

Según la Katy Levinson, una ex-ingeniera de Google: “La gente no quiere escuchar ni una palabra que no sea entusiasmo absoluto por lo afortunado que eres de entrar a Google y lo feliz estás de quedarte ahí. Si renunciaste o quieres hablar de cualquier cosa que no sean ponies o arcoíris, casi todos, desde mi mamá hasta el taxista, te van a exigir explicaciones de cómo puedes no estar maravillado de trabajar en Google.”

Este pony debe ser de Hasbro® y Google® es… de Google.

Es fuerte la cosa. A mí incluso me cuesta escribir este post. Si llego a decir que trabajar en Google no es tan genial ¿Se enojará alguien conmigo? ¿Me llegarán retos por estar poniendo en duda la existencia del “cielo computín”? ¿Me dirán que estoy asustado de que mi equipo se vaya a trabajar allá?

Jeff Nelson, el creador de Chrome, dijo algo que me llamó aún más la atención: “Entre los ingenieros de Google es considerado ‘Googley’ hacer que Google desde afuera sea visto como un lugar espectacular para trabajar, incluso si lo que se dice es principalmente falso.” Chuta. O sea que entre los propios Googlers lo taquilla es contestar “estoy pasándolo la raja” y si no… uuuy que poco “Googley” te pusiste.

Según he visto, los Googlers más “herejes” dicen que Google desaprovecha las capacidades de sus empleados. Parece que a varios súper capos les toca hacer las pegas aburridas y repetitivas que en otra empresa haría alguien con menos experiencia.

Pero bueno, no escribí esto para pelar a Google ni decirte que es un mal lugar para trabajar. Tengo amigos genuinamente contentos trabajando ahí (o al menos me tienen convencido los Googley bastards). Lo que quiero es “hacer un llamado a la cordura” (mi frase cliché de senador en retiro). En serio, elegir dónde uno trabaja es una decisión súper importante y no podemos dejar que los primos, las mamás y los taxistas decidan. Al final es uno mismo el que va a estar ahí todo el día metido, así que mejor pensarlo solito. No existe un trabajo donde es “obvio que quieres estar” porque todos somos distintos y queremos cosas diferentes de la vida.

A primera vista puede parecer evidente que si te vas fuera de Chile tu pega va a ser mejor y serás más feliz. Después de todo, en el mundo estar en Chile es como estar en “provincia”. Silicon Valley es a Santiago como Santiago es a Talcahuano. Pero ojo, vivir en Mountain View, por ejemplo, puede convertirse en mucha soledad y una lata espantosa. Que no se te olvide que lo más importante del lugar donde vives no es el transporte público, las carreteras o las empresas que hay, sino las personas que te rodean y cómo es tu entorno más inmediato. Prefiero este cowork en Valdivia lejos.

Es cierto que acá en Chile hay muchas ofertas de trabajo que son trampas clásicas de pegas que se ven la raja pero son aburridísimas, pero también hay muy buenas oportunidades para computines secos. Por ejemplo, sé que en particular las empresas que forman parte de MITI se preocupan mucho de sus empleados y hacen esfuerzos concretos para lograr que estén contentos y aprendan un montón.

Después de todo vivir aquí tiene sus gracias, por algo hay gringos que se vienen a vivir a Chile. Además tu mamá vive acá.

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