La historia (resumida) de Get on Board (2012–2018)

Cómo un hack de fin de semana se transformó en un producto con cientos de miles de usuarios

Sergio Nouvel
MejorIndustriaTI

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Es fácil crear un slogan (“Get on Board conecta a los mejores talentos con las empresas donde vale la pena trabajar”), pero mucho más difícil es considerarlo una promesa que se debe cumplir día a día.

En el caso de Get on Board, el slogan va en serio y lo fue desde que fue creado en junio del 2011, cuando Jorge, pensando en darle un espacio a las habituales preguntas de ¿conoces a un programador? ¿conoces a un diseñador?que solía recibir de amigos y cercanos, en un par de horas programó en Ruby on Rails un clon del job board de 37signals y lo anunció en el blog de Continuum:

[…]Ayúdanos a difundirlo para que startups o empresas como Continuum lo usen, nuestros geeks locales lo conozcan y evitemos que se sigan fugando a trabajar en bancos o grandes empresas aburridas donde la norma es trabajar en cubículos cerrados, vestir ropa incómoda, usar herramientas de desarrollo comerciales implantadas, y beber café instantáneo mientras fuman para descansar en vez de jugar ping-pong o xbox.

El primer clon, escrito en un par de horas.

La página se pasó a llamar Get on Board (tras darnos cuenta que “jobs.continuum.cl” no iba a funcionar) y Ricardo se encargó de darle un estilo propio:

El primerísimo primer estilo visual de Get on Board.

A falta de mejores opciones, varias empresas amigas lo empezaron a usar. El software en sí era ridículamente simple: Un formulario para publicar un anuncio (sin aprobación ni moderación) y una web que listaba todos los anuncios.

Y ahí quedó, en piloto automático, por más de un año mientras rescatábamos a Continuum (que pasó por un mal momento financiero) y también porque pusimos foco en otra startup más “seria”, donde hicimos todo lo que se supone que hacen las startups: levantar inversión privada y pública (Start-Up Chile), hacer elevator pitches, viajar a hacer esos mismos pitches a otros países a “internacionalizarnos”, etc.

¿Y si nos lo tomamos en serio?

Get on Board siguió durmiendo (con poco más de 7–10 anuncios publicados al mes) hasta que llegué a Continuum el 2012, ya habiendo conocido Get on Board por casualidad, y me dieron ganas de ponerle un poco de cariño al proyecto. Tras hacer un pitch interno al resto del equipo de Continuum, Jorge y yo nos entusiasmamos con mejorar la experiencia de usuario y averiguar si un nuevo diseño y más funcionalidades le daba un nuevo impulso:

Get on Board a principios de 2013.

A poco andar sumamos a Oscar para empujar las redes sociales, y sin que hiciéramos difusión extra, la cantidad de anuncios y usuarios empezó a crecer de manera constante. Nos animamos a plantar bandera en Argentina y Perú el 2013 y comenzamos a ensayar estrategias para crecer. Generar plata, por ahora, estaba muy lejos.

Lamentablemente nuestra otra startup (la “seria”) murió y con el trauma/experiencia decidimos que Continuum dejaría de subvencionar a Get on Board: si no generaba dinero para pagar sus costos (unos USD 300 al mes), entonces no merecía existir.

El empuje hizo que el 2014 por fin entendiéramos por dónde cobrar: crear un sistema que ayudara a organizar a los postulantes y dar acceso a las empresas a cambio de un pago. Integramos Stripe (lo cual involucró constituirnos en EEUU) y nos lanzamos con el nuevo sistema. Ya el primer mes se había cubierto totalmente la “subvención” de Continuum.

Pro tip: Si tienes un producto que le sirve de algo a alguien, no te demores tanto como nosotros en empezar a cobrar.

Emprendiendo al revés

El experimento part-time estaba comenzando a crecer y el entusiasmo por seguir mejorando la plataforma comenzó a demandar más tiempo. El 2015 lanzamos Get on Board en Colombia y México; Ernesto se sumó al equipo, y junto a Leo de permanente advisor — y ocasional hacker de mejoras y experimentos — comenzamos a trabajar en un sistema mucho más sofisticado, inspirado en Trello y usando una entonces incipiente librería llamada React, para administrar los postulantes y apoyar tareas de reclutamiento que antes — cuando nos tocaba reclutar para nuestros propios fines — las solíamos hacer en Excel. Este sistema ha evolucionado hasta transformarse en un ATS (Applicant Tracking System) con todas las de la ley.

Así se veía la interfaz de Get on Board el 2017, desde el lado empresas.

A pesar de que el emprendimiento ya estaba generando algo de recursos y crecía en usuarios, nos negamos a dedicarnos full-time o a intentar pagarnos un sueldo. Esto espantó a inversionistas que de otra forma habrían estado bastante entusiasmados por participar; pero no le veíamos sentido a volver a bailar el baile de las startups.

Acá la charla de por qué no seguimos los típicos consejos que les dan a las startups

Y no lo necesitábamos tampoco: los ingresos de Get on Board alcanzaban para financiar todos nuestros costos, el apoyo de Oscar y un par de retreats para juntarnos a trabajar presencialmente (desde el 2013 que hemos sido una startup 100% remota, con equipo en Santiago, Miami, Lima y Ciudad de México).

Hicimos (y seguimos haciendo) un montón de cosas que todos te recomiendan que no hagas, como crecer deliberadamente lento, cerrar líneas de negocio que podían ser muy rentables o dejar fuera potenciales clientes (a través de la moderación de anuncios). Los límites de tiempo, plata y gente nos han forzado a ser eficientes, escalables y a no malgastar esfuerzos. Mientras veíamos nacer y morir startups a nuestros costados, nosotros seguíamos ahí; si viene una crisis gigante, o nadie quiere contratar y/o bajan muchísimo las ventas, igual sobreviviremos.

Luego nos enteramos que nuestra aproximación a emprender tiene un nombre: startups cucaracha. Son poco sexy, pero no mueren con nada.

Hasta 2019, habíamos recibido cero inversión, cero aceleración (tempranamente postulamos a Wayra y hoy agradecemos mucho que nos hayan dicho que no) y cero endeudamiento.

En varios sentidos, Get on Board recién está empezando. Hemos tenido todos estos años para explorar el problema complejo de los empleos, la contratación y la evolución del mercado digital desde todas las aristas posibles. La digitalización de la economía hace que éste sea un mundo muy diferente al 2011, y en el 2018 Get on Board tiene más sentido que nunca. Cuando un banco publica con nosotros es porque el mundo ha cambiado, y una empresa que antes se entendía como grande o aburrida ahora tiene que competir con las startups por el mejor talento.

En retrospectiva, haber avanzado con freno de mano durante tantos años tuvo sus dividendos: el experimento de fin de semana de 2011 hoy es la pantalla que miran día a día miles de reclutadores al hacer su trabajo, y es el lugar donde decenas de miles de profesionales en todo Latam ponen sus fichas para encontrar un mejor empleo o una nueva vida.

Lo que se viene

El crecimiento nos está demandando un cambio de marcha para no estrangular al proyecto. El 2018 se sumó Felipe, el primer integrante full-time, para comenzar a acelerar el desarrollo de un backlog que no para de crecer con ideas, hacks y mejoras, así como nuevos planes de expansión que requieren más energía que nunca:

  • Consolidación en Latinoamérica;
  • Mejora de la experiencia para el postulante (mejorar los tiempos de respuesta de la empresa, reducir la incertidumbre al postular, facilitar el descubrimiento de empleos);
  • Más eficiencia en la moderación y la atención de peticiones de usuarios;
  • Más y mejores soluciones para la empresa que recluta, que permita reducir los tiempos de contratación, filtrar más eficientemente a los candidatos, comunicarse en tiempo real, y acomodarse a las necesidades de equipos grandes.
  • Expandirnos a nuevos rubros e industrias afines con el nicho digital y que necesitan urgentemente algo como Get on Board.

Mil gracias a Leo y a Jorge por complementar con la mayor parte de este artículo.

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Sergio Nouvel
MejorIndustriaTI

CEO of @getonbrd (500 SF). Articles featured in Mashable, The Next Web, UX Magazine. www.getonbrd.com.