Por qué es tan difícil encontrar una persona que sea tu co-founder en Chile, sin haber estudiado en el mismo colegio
A veces me preguntan — y me pregunto — cómo encontrar una cofundadora o un cofundador cuando eres un “solo” founder en una startup. Me reapareció la interrogante leyendo un posteo de Cristian Tala, fundador de Pago Fácil, en el que muy generosamente compartió sus aprendizajes en su startup y anunció su venta a Evo Payments. En ese posteo, Cristian decía: “No emprendería solo nuevamente” porque “hacer crecer una empresa rentable a la velocidad que lo hicimos requiere de un nivel de exigencia mucho mayor al que una sola persona puede manejar. Al menos, no sin afectar la sanidad mental.” (Aquí lees el artículo completo)
Cristian está en lo correcto. Es en extremo difícil ser fundador o fundadora sin tener un/a partner que sea mejor que tú y se especialice en cosas que no son tu fuerte, con quien construir el próximo unicornio juntos. El problema es que es más fácil decir que quieres tener ese/a partner que encontrarle.
¿Cómo encuentras una socia o socio que se atreva a subirse a un bote que ya salió del puerto pero aún es pequeño y enfrenta grandes olas y cuenta con gasolina limitada? ¿Cómo conoces y haces match con una cofundadora o cofundador cuando apenas estás construyendo el bote y ni siquiera sabes si lo que tu cliente quiere es un bote en vez de un scooter? ¿Cómo, sin que te pregunten a quién conoces, a quién le has ganado (frase detestable y común porque no te mide por tus logros sino por tu capacidad de abuso), o en que U estudiaste, etc.?
Mi socio Leonardo Soto, a quien busqué por sus méritos y por los méritos de sus socies y los méritos y visión y cultura de su empresa, ha escrito con datos y ejemplos (hilo de Twitter) como es que emprender en países de alta desigualdad y poca protección social (léase Chile, entre otros) es casi un lujo. Esto está cambiando progresivamente y — quiero creer — cada vez más rápido pero no deja de ser una realidad.
Dos caminos
Emprender en una startup en Chile tiene dos caminos:
- Arriesgas la camisa, la casa, el futuro. Todo.
- Dices que arriesgas pero en realidad no porque en el peor de los casos, si fracasa tu startup, te vas a la casa de tus viejos y entre ellos y tus redes de contactos consigues volver a levantarte. Esto es lo común en países con poca desigualdad y alta protección social.
Mi caso está entre el primero y el segundo más o menos. Tengo 45 años, soy viejoven en un mercado anti-edad, tengo hijos, pago colegios, hipoteca, créditos de consumo, etc. Si me va mal, podría pasar de estar en el 20% más rico del país, estoy ahí porque he tenido bastante suerte, a la pobreza, con excepción, quizá, de ciertos salvavidas delgados que aún hoy me permiten decir que soy alguien que toma “riesgos controlados”. Es decir, podría irme al carajo pero tengo algo de colchón y de redes profesionales y familiares que podrían ayudarme a no irme tan al “joraca” o levantarme algo más rápidamente. Who knows.
Confío en ti siempre y cuando seas de mi tribu
A lo anterior, se suman factores intangibles y perceptibles a la vez que hacen aún más difícil encontrar tu Tinder startupero, como es que en economías de alta desigualdad y segregación de clase — definidos por cosas tan básicas y concretas a la vez, como dónde estudiaste, con quién, dónde vives -, los índices de desconfianza entre personas de distinto origen son altos y eso termina reduciendo la probabilidad de que personas de backgrounds distintos hagan negocios juntos o, en este caso, se atrevan a lanzarse a la aventura de hacerse co-founders, basados en el poder del mensaje y no de quién lo emite. Es decir, que a ambas personas les haga sentido que el problema identificado es potente, el potencial de mercado de quienes tienen ese problema o necesidad es grande y que la propuesta de solución de ese problema es muy jugosa.
A esto, César Hidalgo, físico experto en Economía Compleja, autor de Why Information Grows, lo ha llamado algo así como el índice de nivel de confianza. César es alguien que se ha obsesionado con responder la pregunta de por qué hay países a los que les va mejor que a otros, habiendo partido desde el mismo lugar. En su primer proyecto de economía y datos, que le hizo mundialmente reconocido, se preguntó cómo fue que en 1970, Chile y Corea del Sur tenían índices económicos virtualmente idénticos y 30 años después, Corea del Sur había diversificado su economía y multiplicado su PIB, y Chile seguía y sigue más o menos en la misma: exportando materias primas brutas. Luego, él y sus estudiantes del MIT Media Lab estudiaron qué incide en que si en un momento de la historia dos países tienen el mismo PIB y brecha de desigualdad, años más tarde uno de ellos reduce la brecha de desigualdad. Luego de eso o entremedio — la memoria me falla — se hicieron la pregunta de los niveles de confianza.
A saber ¿cuánto influye en la economía de un país que dos personas que no se conocen, tengan mayor probabilidad de confiar la una en la otra sin haber sido amigos o provenir del mismo background? En castellano simple: si te encuentras en el supermercado con alguien en la sección de cereales ¿cuán probable es que termines hablando con esa persona de cosas triviales y/o de cosas relevantes para ambas y termines haciendo negocios con esa persona? Te lo pregunto a ti que lees esto: ¿cuántas veces has entablado una conversación sobre tu startup con alguien en la fila para comprar queso? ¿Cuántas de esas charlas derivaron en que luego te juntaste a tomar una cerveza con esa persona, ya sea para boludear un rato o para hablar de negocios y terminar siendo co-fundadores/as? Si respondiste: sí, terminamos siendo socios ¿esa persona provenía de una tribu distinta a la tuya? Si tu respuesta es sí, comparte tu experiencia en los comentarios por favor.
En GCU we trust
GCU significa Gente Como Uno. Es un acrónimo medio en broma y medio en serio que no sé de dónde salió pero lo escuché varias veces en otras épocas. No requiere explicación: eres o no eres del lote, el grupo, los amigos, etc. Algo que continúa haciendo difícil para “solo” founders encontrar co-fundadores/as, si no demuestran cualidades GCU.
Acá voy a poner dos ejemplos que refuerzan lo anterior. No para tirar palos sino más bien para abrir el debate y tratar de que entre todos/as propongamos ideas de cómo encontrar una persona que sea tu co-founder — o mi futura nueva co-founder — sin haber estudiado en el mismo colegio.
- En el primer gabinete de su primer gobierno, Sebastián Piñera, 16 de sus 22 ministros habían estudiado en la Universidad Católica.
- En las dos versiones de la aceleradora Platanus Ventures, una compañía chilena muy bacán, creada por los fundadores de Buda y Fintual, las startups seleccionadas fueron 9. Cinco, el 55%, tienen cofundadores/as de la Universidad Católica.
En ambos casos podríamos decir que eso significa que la UC es una gran universidad. Lo es. Varios rankings internacionales lo demuestran (y me toca hacer el disclosure de que he hecho clases ahí y tengo inversionistas que estudiaron ahí).
También podemos decir que en el proceso de selección de los ministros y de las startups eventualmente pudo haber un “sesgo de selección”. ¿Enfrentados dos candidatos/as, una/o de la UC y una/a de la USACH, con los mismos méritos y diferente capital de redes y simbólico, quién fue elegida/o?
Preguntas para debatir y crear valor
Todo lo que escribí arriba, incluidos los ejemplos de la UC, como dije antes, no son para trolear. Tengo cero ganas de provocar disputas. Al contrario, busco invitar al debate y enriquecer el ecosistema que construimos entre todas y todos.
También quiero ver cómo podemos responder la pregunta inicial de este posteo de ¿por qué es tan difícil encontrar una persona que sea tu co-founder en Chile, sin haber estudiado en el mismo colegio?
Se trata de promover la diversidad, inclusión, competencia, mérito y de construir vínculos de confianza que fortalezcan la comunidad de emprendimiento nacional.
Te invito a tirar ideas en los comentarios. Hay demasiadas fundadoras y fundadores bacanes que buscan su media naranja y te los estás perdiendo. Si no te sientes cómodo/a escribiendo ahí mándame un email: miguel.paz@reveniu.com
